Crítica bicicleta, cullera, poma (2010), por albert graells

Publicado el 07 noviembre 2015 por Matias Olmedo @DragsterWav3

Sinopsis: En el otoño de 2007 a Pasqual Maragall se le diagnostica la enfermedad de Alzheimer. Tras el duro golpe, él y su familia inician una cruzada contra la enfermedad, de la que éste documental se convierte en testigo excepcional. Con inteligencia, sinceridad y buen humor, Maragall se deja retratar con su familia y los médicos para dejar constancia del día a día de su lucha personal. Dos años de seguimiento a un paciente excepcional dispuesto a que los científicos encuentren la cura para que la cifra de 26 millones de enfermos en el mundo baje a cero en unas décadas.
En 1999 Jordi Solé Tura publicó "Una història optimista", la primera mitad de sus memorias (lectura que el arriba firmante recomienda encarecidamente). El que fue uno de los ponentes de la Constitución Española de 1978 se vio incapaz de escribir la segunda mitad de su autobiografía al sufrir la enfermedad del Alzheimer, sus recuerdos se desvanecieron en su mente, no pudo dejar testimonio escrito del que fuera su vida política al regreso del exilio.
El director Carles Bosch ha querido evitar que le suceda a Pasqual Maragall lo que le ocurrió a Jordi Solé Tura, que no pueda dejar testimonio de sus últimos años antes de que los olvide. "Bicicleta, cullera, poma" resulta una obra que no evitará que Pasqual Maragall olvide que luchó contra el Alzheimer, pero sí ha conseguido que los que hemos visto éste destacable documental seamos testimonios de esa lucha. El retrato que Bosch hace al que fuera alcalde de Barcelona y President de la Generalitat de Catalunya es tan cercano e íntimo que irremediablemente queda grabada en la memoria del espectador.

Decía mi profesor de documental que el 50% de un documental es el protagonista, no cabe mayor verdad en éste caso. Pasqual Maragall es una figura tan interesante y carismática en su intimidad que el espectador no puede evitar quedar admirado por el personaje, por la persona de Pasqual Maragall. Bosch dignifica la figura de Maragall, lo presenta no como una víctima sino como un luchador, no como una persona debilitada sino como una persona valiente.
Aún así la propuesta pierde emocionalidad cuando deja al personaje momentáneamente para educar al espectador sobre la enfermedad del Alzheimer de manera analítica y didáctica, contextualizándolo para que sea consciente de la gravedad del Alzheimer, no sólo para el enfermo sino para todas las personas del mundo. No deja de ser necesario el tratar de situar al espectador en la gravedad de la afección de Maragall, pero hay momentos del documental en que parece que el director no termina por decidirse si dar prioridad a la trama de la convivencia de Maragall con su enfermedad o a la trama explicativa sobre la enfermedad misma.
Eso hace que en contados momentos el documental parezca narrativamente irregular, pero eso no llega a afectar muy negativamente al conjunto, al resultado final de la propuesta. Al final Bosch muestra haber tenido claro que éste documental se centra en la figura de Maragall y en su convivencia con y lucha contra el Alzheimer, y el espectador se queda con eso.
Mi calificación es: