[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
Bum Motion Club son el equivalente del niño genio, ese que te sorprende con su precoz ingenio, porque eso es Delta: la temprana y pequeña fórmula magistral dreampop de un grupo con un talento indiscutible, potenciado por el impecable trabajo de producción de Víctor Cabezuelo. Son únicamente cinco temas pero el efecto que causa desvirtualiza el tiempo: Son solo diecinueve minutos, pero qué diecinueve minutos los de Alberto Aguilera, Iris Banegas, Alejandro Leiva, Antonio Trapote y Pablo Vera.Fuentebravía inicia espoleada por un seco y marcial beat, marcando la métrica de un modesto canto que conforme se desarrolla la pieza entra en fase de expansión hasta convertirse en un torbellino que se nutre de los sintetizadores y guitarras hasta autoaniquilarse. April, el single promocional, abre con esplendor; es un tema que transmite positivismo, representado por el motivo principal de guitarra, que en el tercio final se adueña del conjunto, ocupándolo y elevándolo hasta la catarsis. La Luz hace honor a su título, porque es un faro de pop frenético, eléctrico y luminoso, reforzando el efecto reconfortante de April. Summer Ends pone la pausa con un tempo calmo, cediendo el protagonismo a la sección rítmica, teniendo en los teclados el gran elemento diferenciador; esto es lo más cercano a una canción de amor, entendida desde la perspectiva de una banda que no hace concesiones al sentimentalismo convencional, decantándose por el enaltecimiento de la belleza formal de la música. Amnesia concluye Delta y lo hace maravillando, porque es quizás el tema que mejor representa lo que es el dreamwave de Bum Motion Club. Cada apartado instrumental en este corte transporta al oyente a diferentes lugares, dependiendo de a cual cuadrante sonoro se dirija la sensibilidad.
Vivimos tiempos emocionantes en la escena indie española y este disco es un indicador de ello.
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