Existe un miedo latente en nuestra sociedad a lo que puedan llegar a hacer algunos jóvenes menores de edad que se sienten amparados por la ley. Sucesos como la masacre del instituto Columbine han alimentado la imaginación de los guionistas de cine; jóvenes inadaptados y peligrosos que atesoran un odio incontenible y que son capaces de explotar de una forma completamente inesperada. Esta misma idea es la que sirve de pistoletazo de salida a la película japonesa Confessions, ganadora en los premios de la Academia Japonesa a Mejor Película, Director y Guión en 2011.
El último día de clase una profesora despide a sus maleducados alumnos. La clase no presta atención a su tutora hasta que esta saca un tema peliagudo: la muerte de su hija. Todo apuntaba a que dicha muerte la había ocasionado un descuido de la propia niña, pero su madre está completamente convencida de que esto no es así, hay dos alumnos en la clase que son claros culpables de su dolor. Ella no busca otra cosa que venganza.
La presentación de los acontecimientos dura media hora, en la que la profesora expone lentamente el problema. Si bien el impacto que provoca el tema es considerable, se alarga en exceso y llega a resultar cansino. Resulta muy difícil conseguir que esta historia de por sí llegue a parecer verosímil, y cuando la maestra dice a sus alumnos que les ha inyectado sangre de un enfermo de sida en la leche se quiebra todo por completo la credibilidad. Conforme la trama se desarrolla desde el punto de vista de ciertos personajes que se confiesan, la historia se vuelve tan errática y cambiante que es fácil perder el interés en la película. Quiere contar muchas cosas y es incapaz de conseguir que toda la amalgama que tiene en su cabeza quede decentemente plasmada en la película.
El lirismo con el que trata de recrear ciertas escenas (a cámara lenta, con gotas de sangre salpicando...) resulta ridículo y estúpido. El resultado no es más que una cáscara vacía, una historia terriblemente pretenciosa que carga las tintas innecesariamente. Resulta muy poco plausible que haya tantos niños tan psicópatas capaces de realizar los crímenes que se plasman en una historia que no se sostiene desde ningún punto de vista. Si es incapaz de construir una buena base donde sustentar el resto de la trama, menos aceptable resultará conforme se construye sobre un terreno pantanoso una historia sacada de quicio.
Mediatrés se está encargando de acercarnos los títulos más interesantes del cine oriental contemporáneo, y junto con una gran cantidad de películas del director Tetsuya Nakashima también se ha editado Confessions tanto en DVD como en Bluray. Si bien la edición carece de cualquier extra, la calidad de imagen es excelente incluso en el caso del DVD, de forma que resultará una buena compra para todo aquel que sienta curiosidad por esta película.