Crítica cinematográfica: Ghost World

Publicado el 21 agosto 2012 por Monotematicosfm @curnom



No cabe la menor duda que la carrera cinematográfica de Terry Zwigoff como director está íntimamente relacionada con el noveno arte. Su escasa filmografía está formada por tan solo cinco títulos, y hace seis años que no dirige nada nuevo, pero en ella encontramos tres títulos dedicados al cómic. Sus dos primeros films fueron documentales, y uno de ellos narrando la vida del peculiar dibujante y guionista de cómics independientes Robert Crumb, la que posiblemente sea a día de hoy su mejor obra. El documental mostraba a un Crumb completamente inestable mentalmente, y cómo asombrosamente era el más sano de toda su familia. Tras esta llegó su película de ficción más reconocida y famosa, aún en la misma línea del cómic independiente: Ghost World.
Enid y Rebecca son dos chicas que acaban de terminar el instituto y no tienen ni idea que hacer con sus vidas. A lo largo de un largo verano deberán aprender a conocerse a sí mismas, a madurar y afrontar la vida que les espera. En principio quieren compartir piso juntas, pero Enid empieza a alejarse de Rebecca. La primera está todo el tiempo con un extraño coleccionista de discos de música llamado Seymour, y la segunda consigue trabajo en una cafetería.
La historia es interesante, dinámica. El proceso de evolución y de conocimiento/desconocimiento de sí misma en Enid está bien llevado, la desorientación y la incertidumbre que inunda a estas jóvenes. Está plagada de momentos geniales, ingeniosos y muy cómicos. No aburre en ningún momento. Pero resulta algo irregular en su desarrollo, y esto lastra en algunos momentos la trama, haciendo caer algo el nivel de la película. Algunos personajes son inolvidables como la propia Enid o Seymour, el personaje peor llevado es Rebecca, la elección de Scarlett Johansson  ha sido errada, demasiado sosa y seca para el papel, demasiado guapa.
Resulta extraño como habiendo realizado tan buenas películas como Crumb o Ghost World la carrera de Zwigoff ha empezado a caer en picado con Bad Santa y como definitivamente se estrelló con El arte de estrangular (adaptando el cómic de Daniel Clowes, el mismo autor de Ghost World). A día de hoy guarda un completo silencio desde hace seis años en los que no ha realizado nada en absoluto, una pena, pues podría seguir sacando obras muy interesantes si levantase el vuelo.
Por el momento tendremos que conformarnos con volver a ver las películas que ya tiene en su haber, a la espera de que saque algún día alguna nueva. Junto a Ghost World hay que recomendar siempre el documental sobre Robert Crumb, toda una maravilla.