En estos últimos años Clint Eastwood nos ha proporcionado un gran número de películas que son absolutas obras maestras, como son el caso la maravillosa Sin perdón, Million Dollar Baby o Gran Torino. Con J. Edgar vuelve a demostrar su maestría tras la cámara, llevando a buen puerto una historia cuyo personaje principal es tremendamente complejo y lleno de matices.
J. Edgar Hoover fue el creador del FBI y de la criminología tal y como la conocemos hoy día, con la investigación del escenario del crimen sin contaminarlo. El film arranca con un anciano Hoover que dicta a un mecanógrafo la historia del FBI, lo que por extensión es su autobiografía. Conoceremos sus inicios en el cuerpo policial, y como consigue su propio grupo para poder realizar lo que son los primeros intentos de FBI.
El personaje, como ya hemos comentado, es muy complejo. Es un hombre solitario, casi asocial, absorbido por su trabajo, terco y orgulloso. Un punto clave en la trama es la opresiva y dominante madre, interpretada por una excelente Judi Dench, que ejerce tal poder sobre su hijo que él es incapaz de realizar nada que ella no apruebe de antemano. La homosexualidad de Hoover está tratada con maestría, con sutileza a la vez que con fuerza. La terrible madre invita a Edgar a que se suicide si es incapaz de contener su atracción hacia su propio sexo, y esto le atormenta constantemente. Su ego a la vez que su inseguridad y casi desprecio por sí mismo se juntan para crear todo tipo de contradicciones en el protagonista del film.
Está claro que no hace falta decir ni mucho menos que el papel realizado por Leonardo DiCaprio es enorme, que solo se ve lastrado por el insoportable y excesivo maquillaje que le acartona el rostro en sus tiempos de vejez. La trama es compleja, y avanza inexorable con determinación y fuerza, absolutamente recomendable para disfrutar de su excelente dirección, interpretación principal y guión de hierro. Tal vez el único fallo que podríamos atribuirle es el de no saber como finalizar el film, cuando ya todos los flashbacks nos han contado la historia de Hoover, la trama renquea y pierde algo de fuerza, se alarga excesivamente sin que esto sea innecesario, pero es de los pocos fallos que se le puede atribuir a esta gran obra.