El veterano director Alain Resnais, con casi noventa años nos presenta su última película, aunque a España llega con casi tres años de retraso. El director que realizó obras maestras como El año pasado en Marienbad o Hiroshima Mon Amour nos trae Las malas hierbas, que si bien no llega a la altura de las dos anteriores mencionadas sí que sigue los pasos de su mejor cine.
La película comienza con unos seguimientos que nos recuerdan al inicio de Extraños en un tren de Alfred Hitchcock, acompañamos a una mujer pelirroja a comprar unos zapatos, y prácticamente sin haber levantado la vista de sus pies, a ella le roban el bolso. Poco después, un hombre encuentra el objeto perdido en un parking. Cuando él registra la cartera de ella comienza a imaginarse a la mujer de sus sueños. Cuando ella recupera su bolso él se queda con ganas de saber más de ella, comenzará así a tratar de acercarse a ella.
Robert McKee, el conocido estudioso del guión se negó desde siempre de pleno a la utilización de la voz en off, y esta película se ayuda de ella como si esta fuera la banda sonora que nos acompaña a lo largo del film. Las malas hierbas es un film absolutamente libre, en el que el director deja volar su imaginación para grabar una extraña historia.
El colorido es una parte crucial, la fotografía excelentemente ejecutada nos muestra una ciudad llena de colorido en la que los personajes se mueven rápidamente, y la cámara los sigue sin descanso y dándole la oportunidad de realizar tomas muy dinámicas. Resnais se ha ido adaptando a los tiempos que corren, y ha sido capaz de utilizar los avances que el cine moderno le brinda para poder continuar haciendo sus arriesgados filmes.
Aunque parezca mentira, en Las malas hierbas nos encontramos una comedia romántica, de corte casi clásico. El azar juega un papel indispensable, es por azar que el bolso fue robado de la mujer pelirroja y encontrado por el hombre cincuentón. Él se enamora rápidamente de ella, mientras que ella no le corresponde hasta que él deja de perseguirla, cuando se reencuentran (más bien se encuentran por primera vez) llegan a la inevitable discusión entre los enamorados, arreglándose con solo beso en un final made in Hollywood y cerrando con un breve epílogo. La película es densa, compleja, y en ocasiones difícil de captar, pero también es visualmente hermosa e incluso divertida en algunos momentos. Los amantes del cine más exquisito podrán encontrar una verdadera joya.