Crítica cinematográfica: Los Vengadores

Publicado el 09 mayo 2012 por Monotematicosfm @curnom



Llevamos varios años quedándonos hasta el final de los títulos de crédito de las adaptaciones cinematográficas de Marvel para poder ver esas últimas escenas. En ellas aparecía Nick Furia, interpretado por Samuel L. Jackson como el universo Ultimate pedía a gritos, y reclutaba al personaje en cuestión para que se uniera a Los Vengadores. Esta campaña de promoción culminó el año pasado con la película de El Capitán América, cuyo final es un claro continuará que antecede a la esperada reunión de superhéroes. La espera ha sido larga desde que escuchamos que Joss Whedon escribiría y dirigiría, dándole un interés mucho mayor al proyecto. Por fin la película ha llegado, y ha superado todas las pruebas, podría haber decepcionado, pero nada más lejos de la verdad.
El malvado hermano del dios nórdico Thor, Loki, ha entrado a nuestro mundo y a robado una incontenible fuente de energía que usará para llevar a cabo sus más retorcidos y malvados planes. La SHIELD no puede permitir esto, y Nick Furia se encarga de unir a algunos de los más excepcionales superhéroes del mundo en un mismo grupo que será capaz de salvar a la tierra, y si no pues por lo menos la vengarán.
Parece difícil casar los términos "comercial" y "buen cine". Algunos terribles directores creen haberlo conseguido, como es el caso de James Cameron con Avatar, aunque no pudo estar más lejos de la realidad. Sin embargo no es algo tan terriblemente difícil como podría parecer en un principio, y el último ejemplo de ello lo encontramos en la sensacional película de Los Vengadores. Joss Whedon ha conseguido una hazaña realmente compleja, que es la de unir todos estos personajes sin que ninguno quede en segundo plano o pierda protagonismo. Esto mismo es uno de los aciertos de los cómics que adapta, tanto la primera como la segunda parte de The Ultimate de Mark Millar. En el primero hay una excelente batalla final que nos guía por la acción con asombrosa fluidez.
Whedon consigue dotar de carisma a personajes que nunca lo tuvieron, ni siquiera en los cómics. Por ejemplo el Capitán América pocas veces ha pasado de ser un patriota que casi nunca acababa con la vida de sus enemigos (se lió parda cuando Brubaker rompió hasta supuesta regla de oro del personaje). Pero en la película se nos presenta como lo que es, un atrasado a su tiempo, un personaje anticuado que está perdido en un mundo que va mucho más rápido de lo que él puede controlar. Iron Man sigue por el camino que ya se planteó en la película de 2008, con ese cinismo y caradura que le aporta Downey Jr. La Viuda Negra gana mucho con respecto a Iron Man 2, otorgándole algo más de interés. Una de las grandes sorpresas es Hulk, que si bien en las dos películas anteriores parecía no terminar de cuajar nunca como personaje, en esta ocasión consiguen dar en el clavo, incluso llegando a protagonizar alguno de los gags más divertidos (su particular pelea con Loki). Thor continúa en la línea Hippie que ya se nos mostró en cierto modo en su película, pero sin llegar a los extremos que en el cómic se nos muestra. Por último, el único que no ha tenido antecedentes en otras cintas, Ojo de Halcón, que posiblemente sea el peor desarrollado, pero resulta comprensible.
Los diálogos son geniales, ágiles y divertidísimos, y las escenas de acción perfectamente llevadas. Lo que pretendían en el final de The Ultimate era la mayor batalla jamás llevada al cómic, y aquí Whedon también lo intenta y no sale mal parado. En toda la amalgama de destrucción y caos se permite algunas escenas sensacionales, como cuando el Capi se ve reflejado en un espejo retrovisor de una moto o cuando el escudo y el martillo regresan a sus respectivos dueños y nos da la sensación por un momento de ir marcha atrás aunque no es así, o cuando en una sola toma recorremos toda la ciudad y vemos la situación en la que se encuentra cada uno de los héroes. La diversión está asegurada, el gran espectáculo que nos muestra Whedon está excelentemente conducido, una propuesta compleja resuelta con maestría.