Crítica de A Young Doctor's Notebook: Daniel Radcliffe y mucha sangre en Rusia

Publicado el 02 febrero 2015 por Dro @Drolope

A Young Doctor’s Notebook nos traslada a la fría Rusia de 1917 para contarnos las historias del Dr. Vladimir Bomgard (Daniel), que va desarrollando en su libreta las extrañas vivencias dentro del pequeño hospital al que es mandado tras terminar la carrera de medicina.
No hay cosa que más me guste que una serie de médicos, y más si juntas esto con Daniel Radcliffe (por si alguno no lo sabe es el magnífico-maravilloso-fantástico Harry Potter - nótese el entusiasmo).
Empecé a ver la serie sin ningún interés, bueno, mi único interés fue Radcliffe, pero de resto, el interés era mínimo, simplemente una serie de ventipocos minutos para pasar el rato.

¡¡SPOILEANDO VOY!!
El primer capítulo en sí no es gran cosa hasta que la sangre se apiada de él. Juro que nunca había estado tan cerca de vomitar viendo una serie o película y eso que yo soy de los que come viendo The Walking Dead. El caso es que me parecía muy real y acabó revolviéndome el estómago al ver al Dr. Joven-Inexperto (para que se entienda) arrancar una muela picada junto al hueso maxilar, pero esto no es lo único porque en los siguientes tres capítulos la sangre es la verdadera protagonista, como cuando le corta una pierna a una niña con una sierra desafilada o como cuando le realiza una traqueotomía a otra niña (cómo se ceban con las niñas para hacernos sufrir).
El Dr. Bomgard de principio no me cayó nada bien, ni su yo joven, ni su yo maduro. El Dr. Joven me parecía muy joven para interpretar ese papel. Me imagino que los creadores de la serie tenían esta idea: ver a un tipo diminuto realizando este tipo de trabajos, y sí, es verdad, Daniel en Harry Potter no nos parecía un tipo débil, sin embargo, verlo fuera de su papel hace que pierda toda la virilidad que pudiera tener. Mientras transcurre la miniserie va cogiendo un aspecto más maduro y es cuando empiezo a cogerle asco a su personaje. Me parece verdaderamente repugnante como se va convirtiendo en el Dr. Maduro.
Desde un principio el Dr. Joven es comparado con el antiguo Dr. Leopold Leopoldovic (quédense con este nombre) de ese minihospital de la Rusia profunda, no, más allá de lo profundo. El nombre del Dr. Leopoldo Leopoldovic no solo irrita al Dr. Joven sino que, personalmente, me ha irritado a mí. En el primer capítulo ese nombre lo pude escuchar unas VENTICINCO VECES, sin exagerar, bueno, un poco sí. Acabas harto de ese nombre a los diez minutos de empezar.
Aparte de la sangre, la historia entre el Dr. Joven-Inexperto y el Dr. Maduro es otra clave para que te quedes enganchado (al igual que ellos). Hay algo que une a los dos doctores, y sí, digo dos porque son tratados como dos personajes diferentes (como he venido comentando), y eso que les une es: la agradable sensación de inyectarse morfina.
Esta miniserie no te aburrirá porque tendrás mucho: Leopold Leopoldovic, sangre, morfina, sexo del malo o del verdadero, sangre, sífilis, mucha sífilis, más morfina, Leopold Leopoldovic, sangre, cigarrillos, nieve y mucha repugnancia por parte del Dr. Joven y el Dr. Maduro.
¡¡SPOILEANDO VENGO, VENGO!!
No quiero spoilear mucho porque no es lo que pretendo. Lo que realmente quiero es que os enganchéis a esta miniserie, que son cuatro capítulos y si os quedáis con ganas de más hay una segunda temporada: A Young Doctor’s Notebook & other stories.
Ante todo, muchas gracias, comenten, compartan y vean series.
Hasta aquí mi primera entrada.

Samuel Alonso (@SamAlonsoRguez)