Siglo XXI. El Don Juan Tenorio de José Zorrilla viste en vaqueros y con chupa de cuero. Miguel Barderas dirige una nueva versión del mito con personajes variopintos y divertidos encarnados por los actores Eugenio Gómez, Félix Estaire y Marta Romero donde prima la gran pregunta retórica del ¿quién soy yo?
A través de una carta anónima, Juan recibe la sorprendente noticia de que es padre de una hija de la que desconocía su existencia. Apoyado por su vecino, nuestro protagonista traza un viaje en búsqueda de su hija, un viaje vital a través de la búsqueda en el que encontrará a las mujeres de su vida y en el que le acompañarán los recuerdos y decisiones que han marcado su presente… ¿Será capaz de reconocer-se en esas mujeres de su pasado? ¿Qué descubrirá y qué le descubrirán? ¿Realmente podemos cambiar nuestra esencia?
Con la frase “mis peores deseos para ti” comienza el viaje de Juan hacia la búsqueda de su hija hasta entonces desconocida. Lo que empieza siendo una comedia que desencadenó carcajadas entre el público, acaba depositando suave y de una forma casi inesperada la gran cuestión existencial sobre quiénes somos y cómo repercuten nuestras acciones. Difícil propuesta de adaptación pero con excelentes resultados en un escenario pequeño y humilde preparado para contar entre líneas el arduo camino de definirse como persona. El Teatro del Arte se viste en esta ocasión de viajero cuyas luces tenues, escenografía sencilla pero muy bien articulada y pensada, sirven al espectador y la música como grandes compañeros de este Don Juan conformista y hastiado en un viaje hacia su pasado con vistas hacia un futuro que a medida que avanzan sus pasos, se vuelve más incierto y desordenado. Totalmente indefinido.
Si pudiéramos describir con un adjetivo esta adaptación teatral sería “original”. La sencillez y lo insólito son los dos pilares sobre los que se basa la obra para expresar, sin que el espectador se dé cuenta, las grandes cuestiones de la vida. Personajes extravagantes desfilan por el pequeño pero acogedor y familiar escenario de este espacio escénico para contarnos historias de vidas con las que poco se puede sentir identificado el público pero que a través de la carcajada consiguen generar empatía.
Al principio, el argumento se vuelve un poco confuso, lleno de flashbacks y apariciones fortuitas ya que son solo dos los actores los que interpretan diferentes personajes, sobretodo destacable Marta Romero, cuya actuación merece ser mencionada por ser capaz de interpretar en menos de dos horas desde una adolescente con mucha tontería hasta una mujer resentida por su pasado. No obstante, con el desarrollo de la obra se comprende que el desconcierto inicial es muy acertado y necesario, ya que así es la vida de Juan: confusa y sin aspiraciones hasta que todo cambia y comienza, nunca mejor dicho, el viaje de su vida.
La transición de la comedia alegre, divertida y jovial al tono reflexivo y con un punto amargo es llevada de forma gradual y con una sencillez que engancha. La obra avanza conforme lo hace nuestro particular Don Juan hasta un punto en el que no hay retorno. El final es perfecto para la ocasión y la adaptación no sería tan original de no ser por el mismo, que nos deja una sensación con una mezcla de satisfacción, aceptación, reflexión o incluso impotencia. Todo a la vez y solo como nos la pueden dejar las cosas realmente bien hechas y trabajadas.
En definitiva, “Autoindefinido” es una comedia dinámica y veloz donde de una forma excelente y a través de carcajadas se nos plantea la cuestión de quiénes somos y para qué existimos y que además nos enseña, tal y como reflexiona nuestro protagonista en el cierre de la obra, que “el secreto está en vivir sin la respuesta”.
:: “Autoindefinido”, dirigida por Miguel Barderas, puede verse desde el 15 de abril los miércoles y los jueves a partir a las 22:00h en el Teatro del Arte. Más información aquí.