Crítica de ¡Ave, César! , un film de Joel y Ethan Coen

Publicado el 05 abril 2016 por Bebina @Games4u_es

Los hermanos Coen… a esta pareja de cineastas estadounidenses los amas o los odias, pueden hacer que te sientas como en casa cuando ves uno de sus films o pueden tenerte durante un par de horas viendo algo que lo único que te inspira es un enorme signo de interrogación en la cabeza. Sin embargo es innegable que tienen una manera ciertamente peculiar y diferenciada de hacer cine, sí, quizás puede ser a veces algo tosca, lenta e incluso nihilista…pero el amor por el séptimo arte que Ethan y Joel (Quemar después de leer, Valor de ley, El gran Lebowski)l profesan da lugar a momentos de puro cine, podría decirse incluso de “metacine” en el caso de su último largometraje. ¡Ave, César! es tanto una carta de amor al mundo del celuloide, como una mordaz e ingeniosa descripción de cómo era realmente la “fábrica de sueños” en los dorados años cincuenta, es un tributo en toda regla a unos años en los que la gente veía el cine como algo mágico, cuasi onírico y las estrellas que trababan en ese mundo estaban rodeadas de un aire de encanto, de gracia divina que evidentemente era solo marketing y apariencias pero que dieron a aquella década un brillo especial que aún luce inmaculado en el espejo de la nostalgia, y aunque esta fábula encantadora de los hermanos Coen trata de desvelar con la sátira y el humor los menos idílicos vicios y actitudes del Hollywood de aquellos tiempos más sencillos y de sus muchas veces desbocadas estrellas…lo cierto es que resulta tan entrañable y encantador como un film de la época a la que homenajea. Esto es cine sobre el cine, por y para los que aman el cine.

CRÍTICA DE ¡AVE, CÉSAR!:

Estamos en 1951, la industria del cine se prepara para plantar cara a la amenaza de la televisión con animadas coreografías, romances de ensueño y épicas historias bíblicas, es la época de las grandes estrellas de Hollywood, ya sea en el western, el musical, la comedia o el drama todos y cada uno de los astros de la compañía que en ellas aparecen son en parte responsabilidad de Eddie Mannix (Josh Brolin), un hombre de principios que tiene en sus manos la tarea de cuidar la buena imagen del estudio y de sus flamantes actores. Los problemas se suceden uno tras otro en la ajetreada vida de este religioso padre de familia que tiene que lidiar con los caprichos y excesos de los astros del celuloide a su cargo y velar por el bienestar de la compañía y de las películas que en ella se hacen, a la vez que trata de decidirse por continuar en su incansable e ingrato trabajo de babysitter de actores o aceptar la oferta de un agresivo representante de una empresa aeronáutica. Y en medio de todo este desasosiego la mayor estrella del momento es raptada mientras protagonizaba la última gran superproducción del estudio, una historia épica de los tiempos del antiguo Imperio Romano con grandes connotaciones bíblicas. El desaparecido es nada menos que Baird Whitlock (George Clooney), uno de los actores más famosos del momento que ha sido secuestrado por un grupo de guionistas comunistas que tratan de adoctrinarle en los problemas y taras del sistema capitalista.

A este imprevisto se suman diversos quebraderos de cabeza para el bueno de Eddie; el director Laurence Laurentz (Ralph Fiennes) necesita urgentemente un actor carismático para protagonizar su nuevo drama “Felizmente bailamos”, finalmente el estudio le consigue a una joven y prometedora estrella del western Hobie Doyle (Alden Ehrenreich) que aunque habilidoso y entrañable resulta ser un pésimo actor para un drama y apenas es capaz de pronunciar bien el nombre del director…

Y por si esto no fuera poco la actriz más adorada y dulce del momento DeeAnna Moran (Scarlett Johansson) se ha quedado embarazada de uno de los directores y el estudio trata de ocultarlo mientras le buscan un marido para que no pierda su halo de dulzura y pureza de cara al público, para ello no les quedará más remedio que acudir a Joseph Silverman (Jonah Hill) que es el as en la manga que se guarda el estudio cuando necesita de una persona que ocupe un determinado rol en la vida de sus actores o actrices, una especie de mercenario de la apariencia.

Los hermanos Cohen se sueltan la melena en este desaguisado de historias del Hollywood de los años cincuenta, y pese a lo a priori inconexo y a veces exageradamente absurdo de las situaciones que nos muestran logran construir una especie de fábula homenaje a esos tiempos dorados, a la par que hacen mofa de algunos de los mitos y costumbres de la época de una manera tan mordaz como agradable. Todos los actores son caricaturas o versiones ligeramente cambiadas de las estrellas y mitos que la factoría de los sueños dio a mediados del siglo XX; Clooney es una acertada mezcla entre Kirk Douglas y Charlton Heston con esa ¡Ave César! que trata de parodiar leyendas como Ben Hur, Quo Vadis o Espartaco. Channing Tatum nos deja una sublime escena para la posteridad, homenajeando esas tomar largas de canciones y baile que tanto gustaban en la época con su grupo de marineros en un bar y esas sonrisas casi robóticas de los bailarines de los musicales de los años cincuenta.

Scarlett es una clara reminiscencia a Marylin Monroe, Ava Gardner o Doris Day, y Hobie por su parte homenajea a todos aquellos jóvenes actores del sur de Estados Unidos que eran capaces de tocar la guitarra, montar a caballo y hacer toda clase de virguerias impresionantes en el cine de acción que era sobre todo el western…pero cuyas dotes interpretativas eran cuanto menos dudosas.

Si recuerdas o eres fan de toda aquella  imaginería mágica que desprendía el Hollywood de los años dorados toda la ambientación, personajes y circunstancias de este film te van a enamorar, los hermanos Cohen han creado un film que resulta ser un homenaje a la vez que una simpática y nostálgica mofa del mundo del cine norteamericano de los años cincuenta, su guión puede resultar algo flojo y exagerado por momentos pero le honra el hecho de no tratar de buscar el humor directo sino más bien un elaborado mosaico de situaciones cómicas realmente memorables que harán sonreir casi sin pretenderlo al fan del cine y las comedias clásicas…es todo un homenaje en clave de humor de estos dos hermanos a una época memorable y risueña.