Woody Allen vuelve a la carga con la que constituye su tercera película turística, esta vez ambientada en la ciudad eterna, Roma. Después de pasearnos por Barcelona y París, ahora le toca el turno a las impresionantes construcciones romanas y las pequeñas callejuelas italianas. Será la edad, el tedio o que ya no tiene mucho más que contar; lo que está claro es que Woody Allen ha metido la pata con su nuevo trabajo.
Título Original: To Rome with love
Año: 2012
Duración: 112 min.
País: EE.UU., Italia, España
Distribuidora: Alta Classics
Director: Woody Allen
Guión: Woody Allen
Interpretes: Woody Allen, Jesse Eisenberg, Ellen Page, Alec Baldwin, Roberto Benigni, Greta Gerwig, Penélope Cruz, Alessandra Mastronardi, Fabio Armiliato, Alison Pill, Alessandro Tiberi, Judy Davis
Sinopsis: Cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano (Woody Allen y Judy Davis) viaja a italia para conocer a la familia del prometido de su hija (Alison Pill). En la segunda, un italiano (Roberto Benigni) se hace famoso sin motivo de la noche a la mañana. En la tercera, un arquitecto californiano (Alec Baldwin) visita Roma con sus amigos donde conoce a un estudiante (Jesse Eisenberg) y, en la cuarta, una recién casada (Alessandra Mastronardi) se pierde en la capital italiana, a la que ha ido a visitar a los familiares de su marido (Alessandro Tiberi).
A Roma con amor gira en torno a unas seis historias: la de Jack (Jesse Eisenberg), un estudiante de arquitectura que se encuentra con John (Alec Baldwin), un arquitecto famoso, y que decide invitarlo a su piso en el que vive con su novia Sally (Greta Garwig), que espera la llegada de Monica (Ellen Page), una joven actriz que resulta encantadora a todos los hombres y que hará peligrar la relación de Jack y Sally; la historia de Leopoldo Pisanello, un padre de familia de clase media que un día se vuelve famoso sin motivo aparente; la historia de Milly (Alessandra Mastronardi), que conoce a un actor italiano durante un día de rodaje, y su marido Antonio (Alessandro Tiberi), quien tiene que hacer pasar a una prostituta (Penélope Cruz) por su esposa delante de sus tíos; y por último la historia de Jerry (Woody Allen) y su mujer Phyllis (Judy Davis), que viajan a Roma para conocer al novio de su hija (Alison Pill) y a sus excéntricos padres: la madre, que no entiende nada de inglés, y el padre Giancarlo (Fabio Armiliato), el cual terminará por hacer caso a los consejos de Jerry para sacarle partido a su increíble voz de tenor.
Aunque todo parece indicar que se trata de una película bastante caótica, lo cierto es que las historias son muy sencillas, no tienen nada de especial y resultan un tanto aburridas. La más interesante de todas (y la más entretenida) es, quizás, una de las dos que no pivotan sobre el tema del amor, la de Giancarlo. Es la más enriquecedora, pues las otras parecen trocitos cogidos de cualquier comedia romántica de poca monta y a las que se les ve el plumero a la primera de cambio. Si bien lo que hacía interesantes las películas de Woody Allen eran sus diálogos, ingeniosos y llenos de chispa, en A Roma con amor suenan manidos, hacen gracia en el momento pero no perduran, y no provocan la carcajada a no ser en un par de ocasiones contadas. No sé si es que he visto ya muchas películas de Woody Allen y al fin y al cabo todas me resultan muy similares y esta haya perdido su comicidad… El caso es que Vicky Cristina Barcelona y Midnight in Paris, las predecesoras de esta etapa de muestreo turístico, aunque no las considero de lo mejorcito de su carrera, aportaban frescura a los temas más comunes. Esta, sin embargo, peca de superficial.
Los personajes son los mismos de siempre, si habéis visto algo de este director ya sabréis a qué me refiero, y si no, os adelante que os vais a encontrar con el joven bohemio frustrado, el neurótico Woody Allen, el marido humilde al que le toca la lotería por unos días… Pero ¡no hay chicha!, como se dice comúnmente. No hay de donde sacar, las tramas no son originales y se salta de una a otra tan abruptamente que cuando le empiezas a coger el gustillo a una historia, te la cambian y santas pascuas. Es molesto, porque no llegas a engancharte del todo a ninguna. Tampoco pretendo poner a caldo la película porque no creo que estuviese hecha con muchas pretensiones, y sí, entretiene y hace pasar un rato agradable, pero para ser de Woody Allen yo me esperaba un poquito más. En cuanto a Roma, enseñar tampoco enseña mucho, y lo que muestra es lo típico. En Vicky Cristina Barcelona, aparte de visitar los sitios esenciales, deambulaba por calles, cafeterías y pueblecitos que le aportaban una mirada distinta a la ciudad, y lo mismo hizo con París, pero esta vez en Roma nos contenta con unas panorámicas, alguna que otra terraza y poco más.
La película se salva por las interpretaciones y algún que otro momento destacable. También es cierto que tiene un ritmo bastante acelerado y sin muchos altibajos, muy constante, que mantiene al espectador en el asiento durante toda la película. En general no es que esté mal, uno puede disfrutar de ella sin problema ninguno, echarse unas risas y pasar unas horas agradables. El problema está en que Woody Allen ha dado más de sí y esta parece una película de paso, como si la hubiera hecho sin ánimo. Me niego a pensar que Woody Allen ha perdido su encanto. Creo que lo tiene escondido y bien guardado para otra película, que no nos llevará a ciudades requete y archiconocidas, sino a historias nuevas y diferentes, con alma y contenido. Desde aquí me uno al grito de ‘¡Más películas turísticas, no!’ y cruzo los dedos para que la siguiente no parezca hecha sólo por el mero hecho de ganar dinero.
→Lo mejor: La historia de Giancarlo, el personaje de Woody Allen y el ritmo constante que mantiene la película.
→Lo peor: los enredos son los de siempre, las historias no profundizan y, en definitiva, no cuenta nada nuevo.
→Puntuación: 5,5/10
ESCRITO POR HERMY
Hermy es amante de las imágenes en movimiento y el tacto de los libros recién comprados. Vive en un pueblecito en el país del color verde y las lluvias regulares, por lo que desde pequeña siempre ha encontrado en las películas y los libros la manera perfecta con la que matar el tiempo. Es administradora del blog El Imaginario de Ideas y en su tiempo libre estudia Comunicación Audiovisual.