Crítica de Cine: 'Al Encuentro de Mr. Banks'

Publicado el 31 enero 2014 por Lapalomitamecanica
Descubriendo los monstruos de Mary Poppins

Nota: 6'5
Lo mejor: Emma Thompson y Tom Hanks.Lo peor: los insufribles flashbacks de la infancia de la protagonista.
A decir verdad, Al Encuentro de Mr. Banks es una de esas películas cuyo visionado, en un primer vistazo a su sinopsis y avances, transmite más pereza que la revisión de la obra completa de David Lynch. Y es que la película de John Lee Hancock, responsable de la decente The Rookie (El Novato) con Dennis Quaid o, más recientemente, de Un Sueño Posible (sí, esa con la que Sandra Bullock se llevó inmerecidamente el Oscar) presenta aparentemente una historia muy light más propia de una TV movie común que de una producción de Hollywood con un reparto estelar, pero como somos por naturaleza unos mamonazos con prejuicios, la sorpresa es doblemente grata al encontrarnos en realidad frente a una simpática propuesta familiar que a lo mejor no es plato de gusto para los más adictos a la adrenalina, pero al menos cumple con el cometido de servirse como un digno entretenimiento acompañado de unas finas dosis de comedia que no convertirán el día de cine con tu madre en un infierno como el vivido con Sexo en Nueva York.
El humor y unos principales de lujo son precisamente los dos pilares sobre los que se asienta Al Encuentro de Mr. Banks, una cinta que toma como protagonista absoluta a P.L. Travers (Emma Thompson), la autora de la célebre serie de libros de Mary Poppins. Nos encontramos a la escritora, que no es precisamente la mujer risueña y encantadora que podríamos imaginar, en 1961, casi arruinada y a punto de perder su hogar. Es en ese momento de crisis cuando Travers se ve obligada a plantearse la venta de los derechos de su amada niñera ficticia, por la que Walt Disney (Tom Hanks) lleva peleando 20 años, pero Travers, además de odiar al omnipotente artífice de Mickey Mouse y todo lo que tenga que ver con su hipócrita e infantil reino, tiene un pánico terrible a que puedan convertir a Mary Poppins en otro de esos "estúpidos monigotes animados y planos" tan propios del estudio. Aún así y por su propio bienestar económico, no le queda más opción que ceder y es así como viaja hasta Florida para encontrarse no sólo con Disney, con el guionista asignado para adaptar la historia (Bradley Whitford) y los hermanos Sherman (B.J. Novak y Jason Schwartzman), encargados de componer las canciones del musical, sino también con los traumáticos recuerdos de su pasado y de su idolatrado padre (Colin Pharrell). A partir de ahí, comenzará una auténtica batalla entre la protagonista, que impone sus propias condiciones bajo la amenaza de romper su compromiso contractual, y el sufridor equipo del film, que no encuentra la forma de satisfacer a la exigente autora al mismo tiempo que trata de confeccionar una película hermosa y alegre para los niños.

La trama del film propicia numerosas y anecdóticas situaciones que, además de atreverse a lanzar ciertas críticas encubiertas al funcionamiento de una industria que presentando un maletín con pasta se cree con potestad para cualquier cosa, dan mucho juego para introducir divertidos diálogos que surgen de la pluma del equipo de scripters formado por Sue Smith Kelly Marcell, esta última escogida para versionar el libreto de la novela que está haciendo estragos en la ropa interior de las mujeres de medio mundo, 50 Sombras de Grey. El problema reside en que el guión no siempre funciona tan bien, ya que aunque en el tiempo presente de la protagonista es efectivo gracias a una elegante cantidad de sarcasmo y a unos roles principales maduros con carisma y encanto, en lo que respecta a los flashbacks de la infancia de Travers, la película resbala y cae en la vulgaridad de ese telefilme convencional del que hablábamos antes, con sus recursos dramaticones, tragedias y sentimentalismos a todo gas, que no hacen sino mermar el largometraje y tornarlo farragoso, además de pedante.
Al Encuentro de Mr. Banks tampoco tiene a su favor un desarrollo más previsible que Eduardo Manostijeras jugando al Piedra, Papel o Tijera, y no ayuda nada un desenlace lacrimógeno a la credibilidad de un film desvergozadamente endulzado. Menos mal que tras las insufribles secuencias telenovelescas, regresamos al presente con un reparto que está verdaderamente espléndido en su cometido. De hecho, resulta muy acertado el regreso de una todoterreno como Emma Thompson a la gran pantalla en un rol engreído, poco sociable, reprimido y más "fostiable" que las protagonistas de los anuncios de Ferrero Rocher. Apoyando esa actuación, la igualmente agradecida presencia de Hanks, aunque en un Disney caracterizado como un hombre educado y bondadoso y no como el despótico personaje que describen algunos, lo que eleva ese descrédito y ligereza de los acontecimientos. Igualmente es apreciable la participación del resto de actores que completan los créditos (Pharrell, Paul Giamatti, Novak, Schwartzman,...).

Y es así como Al Encuentro de Mr. Banks se alza como un producto entretenido sin mayores pretensiones y más satisfactorio de lo que promete en sus avances, sin escapar, por desgracia, a la hipérbole propia de las tragicomedias de su categoría. En este caso, ese "poco de azúcar", como reza la canción de Mary Poppins, es el ingrediente que precisamente más amarga la purga. Por fortuna, en la letra pequeña del contrato también se icluye algo de mala leche.