Crítica de cine: 'Brave'

Publicado el 30 agosto 2012 por Lapalomitamecanica
Las aventuras de Arya Stark en Escocia

Nota: 5
Lo mejor: que entra por los ojos.
Lo peor: que es espera más de Pixar.
¿Pueden los jóvenes por sí mismos decidir a quien amar? Esta es la pregunta que lanza Mérida, la princesa protagonista, en un discurso ante sus seguidores. Y es también el conflicto central en torno al que se articula toda la trama de Brave. Pues la pequeña heredera de Escocia ha llegado a ese punto en la apacible existencia de toda princesa en la que sus progenitores negocian con los clanes pudientes de la aldea el matrimonio concertado que marcará su futuro de por vida. Como era de esperar, la princesa intenta rebelarse por todos los medios, y al más puro estilo Arya Stark, demuestra teer más dotes para la arquería que todos sus pretendientes juntos. ¿Moraleja? No termina de quedar claro. ¿Se casará la princesa con quien conquiste su corazón? Pixar no se moja y opta por esquivar elegantemente el espinoso tema del arreglo matrimonial entre adolescentes.

Que tampoco es cuestión de ponerse quisquilloso, al fin y al cabo, no hay que olvidar que se trata de una película destinada mayoritariamente a un público infantil. Sin embargo, y ya ignorando el tema de la introducción, hay que reconocer que a Brave le falta gancho. El sello de Pixar puede ser la mejor virtud y el mayor defecto de una película de su factoría. Con el talento que caracteriza a la empresa Pixar, resulta lógico llegar a la conclusión de que no pueden superarse constantemente con cada película que lanzan al mercado. Y en este sentido, Brave se excusa como una de sus obras menos destacadas en el conjunto de su filmografía. Ya sea por unos personajes poco carismáticos, una trama no demasiado potente, o por un guión algo atropellado, lo cierto es que este filme no deja tanta huella como algunas de sus predecesoras.
En forma de cuento fantástico, Brave encarna el retrato de una princesa más de la factoría Disney; aunque esta vez es de agradecer que la protagonista se cuestione ciertas tradiciones retrógradas y su meta no sea conseguir el valioso beso del príncipe al final de la historia. Al igual que la hija de Ned Stark en Juego de Tronos, Mérida se niega a proceder como una dama propia de su condición, optando por desarrollar actitudes y aficiones reservadas al sector masculino de la comunidad. Al hilo de esto, y volviendo una vez más al escudo del público infantil al que va dirigido esta cinta, se obvia la necesidad de que ciertas partes deban ser más explícitas. No obstante, - y una vez más agradeciendo que la protagonista femenina se encuentre un escalafón más arriba en el esquema evolutivo de la princesa Disney estándar - no deja de resultar dudosa la manera de los estudios Disney - Pixar de representar a la heroína (feminista). Al igual que Mulán, una debe ser diestra en el manejo de algún arma y por supuesto nunca sentirse a gusto con un vestido encima (los carga el diablo). Pero el renegar de la condición femenina, adoptando roles masculinos, tampoco hace ningún favor a las espectadoras. Démosle a Pixar un poco más de tiempo en este aspecto.

Brave se sirve de la naturaleza indómita como escenario para explicitar tanto el carácter de la doncella Disney como las características del paisaje en el que tendrán lugar sus aventuras; además de ofrecer un retrato de la relación materno - filial entre las protagonistas de filme. Así, dispone de un guión basado en una obra de Brenda Chapman y coescrito junto a Mark Andrew y Steve Purcell - en cuya filmografía se cuenta el honor de haber dirigido tres películas con las gemelas Olsen de protagonistas - (Voy a aplicar yo también, a ver si puedo entrar a trabajar para Pixar). Quizás así puedan explicarse ciertas partes carentes de lógica del libreto del filme. Con todo, y a pesar de un indiscutible trabajo visual, con una animación colorida y preciosista, esta vez no es suficiente para que Brave brille todo lo que debería. Por tanto, el veredicto es que la combinación Disney/Pixar no es caballo ganador en esta ocasión. ¿Quizás la próxima vez?