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Crítica de Cine | Confessions (Kokuhaku), de Tetsuya Nakashima (2010)

Publicado el 03 diciembre 2013 por Mientraslees
Crítica de Cine | Confessions (Kokuhaku), de Tetsuya Nakashima (2010)Crítica de Cine | Confessions (Kokuhaku), de Tetsuya Nakashima (2010)
El cine nipón siempre me ha resultado curioso, porque al ser una cultura tan diferente a la mía, la manera que tienen los japonés (y los asiáticos en general) de ver el mundo, y por consiguiente, de trasladarlo a la pantalla, es tan extraña como enriquecedora. Esta vez me he acercado al país del sol naciente con una película que se desarrolla en las aulas. Confessions ha sido todo un descubrimiento y he disfrutado cada minuto de metraje al verla.
PortadaTítulo Original: Kokuhaku (告白)
Año: 2010
Duración: 106 min.
País: Japón
Distribuidora: Mediatres Estudio (España)
Director: Tetsuya Nakashima
Guión: Tetsuya Nakashima, Kanae Minato
Interpretes (voces): Takako Matsu, Yukito Nishii, Kaoru Fujiwara, Mana Ashida, Yoshino Kimura, Ai Hashimoto, Masaki Okada
Sinopsis: En un instituto, el último día de clase, una profesora se despide de sus alumnos y, además de anunciarles que deja la escuela, les confiesa que su hija de cuatro años que, aparentemente, murió ahogada en la piscina de la escuela, fue en realidad asesinada por dos estudiantes de esa misma clase. También les hace saber que ya ha puesto en marcha su venganza contra ellos.


Es el último día para Moriguchi en el instituto. Típica clase de jóvenes que no atienden, que se levantan para charlar con el compañero, que arman jaleo, se mensajean constantemente por móvil y se tiran proyectiles de papel. No acatan las órdenes ni prestan atención. Es más, la noticia del retiro de su profesora eleva el alboroto general, los vítores y aplausos. Pero antes de marcharse Moriguchi tiene algo que confesar. Hace poco su hija de cuatro años, Manami, murió ahogada en la piscina del instituto. Al principio todo pareció fruto de un accidente, pero su madre siguió las pistas hasta descubrir que en realidad había sido asesinada, y que los dos culpables se encuentran en esa clase.
A partir de ese momento todos los alumnos prestarán atención a las palabras de la profesora. “A” y “B”, los asesinos, pronto salen a la luz y empiezan a relatar su confesión, llena de luces y sombras, de verdades y mentiras, de orgullos y arrepentimientos. Como tienen menos de catorce años, la ley los protege y no serán juzgados por asesinato, por lo que será la profesora Moriguchi la que se tome la justicia por su mano, urdiendo una venganza estudiada hasta el último detalle.
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Confessions es bizarra, Confessions es pausada, Confessions es misteriosa, sorpresiva, inquietante y siniestra. Es una película que no te suelta en ningún momento. Comienza fuerte y no decae. No tiene una estructura típica, porque poco le importa resolver el misterio de quiénes son los asesinos antes de que haya pasado la primera media hora. A medida que se va resolviendo el caso, todo parece claro y coherente, pero avisados quedáis que nada es lo que parece, de que cualquier cosa que veáis escamotea más de lo que muestra. De nada sirve hacer conjeturas ni imaginarse por dónde va a salir la trama. Podéis suponer y deducir, hacer vuestras apuestas. A lo mejor tenéis suerte y acertáis, pero lo más probable es que no, porque el punto fuerte del elaborado y logradísimo guión de Confessions es sorprender al espectador a cada paso que avanza.
La película es como un videoclip continuo, con planos que se repiten y se recrean en pequeños detalles, en movimientos que parecen eternos, en gestos y expresiones. Me costó acostumbrarme, lo admito. Disfruto con las películas lentas, en las que comúnmente y de manera poco acertada se comenta que “no pasa nada interesante”. En este caso es lo contrario a Confessions: no es que sea lenta en la historia, para nada, si hay algo de lo no carece la película es de ritmo; lo que es lento es el montaje. La mayoría de la película está narrada con voz off de los personajes. Es como si lo que nos estuviesen contando ellos lo estuviéramos creando con imágenes, y para que la narración se acomode a ellas, estas tengan que ir pausadas. Y esto es parte de la estética tan característica que tiene, muy personal, en la que destacan unos filtros descarados pero efectivos sobre todo en exteriores: cielos encapotados que rezuman electricidad, ambientes oscuros y a la vez luminosos, espacios con una claridad deslumbrante…
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Pero esta película no es magnífica. Aunque las actuaciones son estelares, no acabo de creerme que los niños actúen como actúan. No tienen ni catorce años y ya saben más de física, ciencia y mecánica que un adulto. Piensan de un modo muy calculado y metódico para ser niños, y se deja poco espacio al miedo y la incertidumbre que podrían haber experimentado al verse involucrados en tal situación. Me gusta que los personajes sean coherentes consigo mismos, y aquí la película me ha fallado. Hay otro factor que le resta puntos, aunque este es menor: la banda sonora. Me gusta, pega con la película, pero se basa prácticamente en la repetición de dos canciones (Last flower de Radiohead y Rainbow de Boris y Michio Kurihara), cuando se le podría haber sacado mucho más partido.
En conjunto, Confessions es una muy buena película. A ratos despiadada y violenta, es un thriller estupendamente configurado, en el que todas las piezas cuadran al final sin necesidad de ser resultar un final forzado. Que tienes sus fallos… Sí, pero son un mal menor. Si fuese la película perfecta seguramente no sería tan desconocida como lo es. Tiene lo imprescindible para funcionar, y presume de poseer una estética propia y singular. Vedla, que los japoneses, de esto, saben bastante.
Lo mejor: La historia tan bien hilada y construida, y las actuaciones.
Lo peor: La reacción de los niños protagonistas, esas mentes tan maquinadoras que tienen, no son del todo creíbles.
Puntuación: 8/10

HermyEscrito por HermyWeb personalTwitterCorreo electrónico
Hermy es amante de las imágenes en movimiento y el tacto de los libros recién comprados. Vive en un pueblecito en el país del color verde y las lluvias regulares, por lo que desde pequeña siempre ha encontrado en las películas y los libros la manera perfecta con la que matar el tiempo.


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