El concierto fallido de Eugenio Mira
Lo mejor: su gran técnica visual.
Lo peor: una resolución facilona y que sabe a poco.Grand Piano es la tercera película de Eugenio Mira, director anteriormente de dos películas, Agnosia y The birthday (además de doble ocasional de Robert DeNiro). Pero es esta Grand Piano la que más proyección internacional ha tenido, con un reparto estelar y un tono que no esconde su herencia del maestro del suspense. La cinta trata la historia de un pianista con miedo escénico que, en los primeros compases del relato, es informado de que o toca una pieza calificada como imposible de una manera completamente perfecta o él y su mujer recibirán un disparo. Aunque estéticamente más que aceptable y con una propuesta interesante, Grand Piano falla en el desarrollo y en el desenlace de esa premisa tan concreta y deja con ganas de algo mejor. Es entretenida, desde luego, y no se excede en su metraje, pero le falta la chispa necesaria para llegar a ser esa ratonera recomendable en la que aspiraba a convertirse.El problema fundamental que impide la eclosión de la historia parte del guión, más concretamente del esbozo que realiza de los escasos personajes que pueblan la función. El que mejor se salva es el protagonista, interpretado por un angustiado Elijah Wood aún reminiscinte de su icónico Frodo, que lo hace mejor que puede en su agobio perpetuo. Pero a partir de ahí, todo va a peor. Tenemos un mentor que no es más que un fantasma, mencionado una y otra vez sin realmente explicarnos quién era o por qué hizo lo que hizo; un villano poco convincente, que orquesta una operación increíble -y cara- para ganar unas migajas; y una mujer que no va más allá de una posición de florero, referenciada por el protagonista como "la única razón para que esté aquí" (una frase que bien explotada hubiese dado pie a un doble juego para el personaje femenino).