Crítica de cine: Kick-Ass

Publicado el 01 junio 2010 por Lapalomitamecanica
Cuando Tarantino se puso capa. 

Nota: 9


Lo mejor: Hit Girl, sádica, incómoda y divertida a partes iguales.
Lo peor: la subtrama con la chica.
En una época en la que el público no sólamente acepta las cintas de superheroes sino que además las demanda de forma masiva no es raro que algunos se muestren escépticos ante el entusiasmo general que ha generado Kick-Ass, pero al igual que El Caballero Oscuro fue al género de enmascarados como El Padrino al cine de mafiosos (y nadie pone en duda la calidad de la cinta de Coppola) Kick-Ass es la Pulp Fiction de las películas de superhéroes. Es decir, una puesta al día de una fórmula que se ha desgastado en poco tiempo y que inevitablemente marca un antes y un después en la historia del género.
Como todo clásico, Kick-Ass parte de la premisa más tópica dejando claro desde el primer momento su sello personal. El protagonista no adquiere poderes gracias a un experimento o un accidente, pero igualmente asistimos a su origen y primeros pasos como si de cualquier otro superhéroe se tratara. En este punto es necesario contar con un realizador que sepa llevar a buen puerto el desarrollo que plantea el cómic original sin caer en la infantilización o lo políticamente correcto.
Por eso la elección del director Matthew Vaughn no es ninguna casualidad. Un tipo que tiene las cosas claras. El responsable de dos films tan entretenidos comos Layer Cake  o Stardust fue anteriormente el productor que acompañó en sus inicios a Guy Ritchie (Lock and stock, Snatch) y que supo desligarse de su sombra a tiempo.  En Kick-Ass se da a conocer al mundo con la mejor carta de presentación posible, heredera en ritmo dinámico del cine de su compatriota inglés que combina tan bien el humor negro con los diálogos propios de las películas de Tarantino.Unos ingredientes que le sientan que ni pintados al cómic de John Romita Jr. y Mark Millar, que con ligeras diferencias -mayoritariamente estéticas- es muy respetado en su salto cinematográfico. Los que temían una infantilización del contenido violento de la novela gráfica pueden darse con un canto en los dientes ya que las escenas de acción son sin duda uno de los puntos fuertes de la película. Pero también uno de los aspectos más polémicos, ya que en su mayoría están protagonizados por una niña más sádica y efectiva que el ninja mejor entrenado. 

Hit-Girl es sin duda el personaje clave de Kick-Ass. En una película donde el desarrollo está totalmente sujeto a la evolución del protagonista, los diferentes acompañantes que tiene a lo largo del camino tienen su propio espacio para lucirse siendo su máximo exponente la niña asesina. La joven Chloe Moretz comienza una carrera que la llevará pronto al estrellato e incluso llega a incomodar al espectador con menos estomago en un personaje que le metería una paliza a la novia de Kill Bill. El joven protagonista de 19 años Aaron Johnson tampoco se queda atrás. Aunque al principio pueda parecer un adolescente geek más, pronto su interpretación comienza a coger muchos matices hasta confeccionar uno de los mejores personajes del género de superhéroes. La carcajadas ante sus poses en el espejo contrastan con el sufrimiento ante las palizas que le pegan en una mezcla entre el Spiderman más paleto y el mismísimo John McLane.

El resto del reparto si que se enmarca dentro de papeles más regulares en las historias de enmascarados como el villano de Mark Strong, directamente extraído del cine de mafiosos del que hablábamos al principio de la crítica o el personaje de la novia, principal punto débil del film pero que aunque acerca la función peligrosamente a O.C. no consigue arruinarla en ningún momento. El que sorprende es el siempre excéntrico Nicolas Cage, protagonista de la mejor escena de tiroteos de la película, y con un aspecto muy cercano al de Batman con el que acertadamente bromean en la película. Por su parte McLovin está genial en la versión original pero se lo han cargado en el doblaje, y eso que hay Bruma Roja para rato con Kick-Ass 2 confirmada.
Aunque en Estados Unidos no haya funcionado todo lo bien que se esperaba, su escaso presupuesto de 30 millones de dólares ya está sobrepasado sin contar con el mercado internacional. Por su intencionado distanciamiento de la fórmula tradicional en favor de añadir otros géneros al combinado puede que muchos espectadores no se atrevan de buenas a primeras a disfrutarlo, pero Kick-Ass es carnaza de cult-movie y supone un nuevo techo no solo para las venideras películas de enmascarados sino para el cine de entretenimiento barato y bien hecho.