Crítica de cine: Lope

Publicado el 23 septiembre 2010 por Lapalomitamecanica
  
La pluma pesa mas que la espada.



Nota: 7
Lo mejor: La ambientación, tan lograda que en ocasiones da la sensación de estar oliendo las calles de Madrid de la época.Lo peor: Las sonrisitas de Lope, en plan machito ibérico engreído.
Lope no es una película de aventuras aunque traten de vendérnosla como tal. De hecho, si vas a verla esperando épicas batallas probablemente te decepcione. Tampoco es una película sobre poesía, ni versa sobre amores imposibles y conquistas románticas. Tiene peleas con espada y líos de faldas, pero también tiene poesía y teatro. Sin pertenecer enteramente a ninguno de estos géneros fílmicos, Lope toma prestados elementos de ambos para ofrecernos una magnífica visión del Siglo de Oro.
La película narra varios años de la vida del prolífico poeta Lope de Vega. Comienza con el regreso de nuestro protagonista de la guerra a su Madrid natal, donde se instala y empieza a buscarse la vida como dramaturgo. Trabajando en un corral de comedias, conoce a Elena Osorio (encarnada por Pilar López de Ayala), hija del dueño. Como cabe esperar, mantiene con ella un furtivo romance mientras, de forma paralela, se ve ocasionalmente con Isabel de Urbina (Leonor Watling). Entre sus encuentros amorosos, los poemas y comedias que crea y los encontronazos con la justicia transcurren las dos horas de metraje.

La impecable interpretación de los actores es lo que hace de Lope una película a tener en cuenta. Alberto Ammann, el argentino encargado de dar vida el poeta es simplemente genial. Este recién llegado al cine español recibió el premio a Mejor Actor Revelación en la última gala de los Goya tras sorprendernos con su debut en Celda 211, y con Lope demuestra que ha venido para quedarse. Ammann crea un escritor inquieto, enamoradizo y con un comportamiento siempre rayando la ilegalidad, pero movido por nobles razones. Por su parte, Pilar López de Ayala (Juana la Loca, Las 13 rosas) está magnífica en su papel de amante orgullosa. Su gran capacidad interpretativa, unida a su belleza natural, hace de Elena Osorio un personaje sensible y profundo, y una amante fogosa y romántica. Por último, Leonor Watling (Los crímenes de Oxford) encarna a la tercera protagonista de la película, Isabel de Urbina. Esta se nos presenta como la amante sensata, tierna y humilde de Lope de Vega; en una interpretación que no se queda atrás respecto a las de sus dos compañeros de rodaje.
Además de los protagonistas, cabe resaltar el trabajo de los actores secundarios ya que son estos los que colaboran a crear un ambiente real para la película. En este caso hay que destacar la interpretación de Juan Diego como Velázquez, dueño del corral de comedias donde trabaja Lope y padre de Elena, y la de Luis Tosar como Fray Bernardo. Gracias en parte a estos veteranos actores, consagrados en el panorama del cine español logra Lope trasladar a la pantalla el ambiente del Madrid de finales del s.XVII.

Pero evidentemente, los actores no lo son todo. Y cuando se trata de una película de época, los decorados cobran gran importancia. En el caso de Lope, la ambientación no decepciona. La decadente pero culturalmente más viva que nunca Madrid de finales del XVII se presenta en la pantalla de forma magistral. Los detalles están cuidados al máximo, de forma que vemos calles sin empedrar y habitantes que luchan por sobrevivir entre puestos de mercado y deudas. Somos testigos, además, del ambiente en las compañías teatrales y en los corrales de comedias, donde la gente traía sus propias banquetas y jaleaba todas las actuaciones. Sorprende la cantidad de pequeños detalles que favorecen la ambientación y contribuyen a crear esa sensación de realidad que todos agradecemos cuando vamos al cine. Ejemplo de esto son las uñas sucias de Lope, o los bajos de la ropa de los personajes, siempre sucios de barro, como cabe esperar de la época.

Tenemos ante nosotros, en resumen, una buena película de época, magistralmente dirigida, interpretada y ambientada. Se centra en la vida como poeta y dramaturgo del gran Lope de Vega, y en sus historias amorosas. No es una película de acción y aventuras, las escasas peleas con espada resultan anecdóticas. Es una película de personajes, con una narración y un ritmo excelentes aderezados con un poco de poesía clásica.
Aunque la promoción de la cinta intentaba compararla con Alatriste, la realidad es que no tiene nada que ver con aquel fracaso de película, afortunadamente. Aquella se centraba en las batallas épicas y dejaba poco espacio a los personajes. Sin embargo, Lope se centra en aspectos más humanos de la historia, Se centra en los juegos de miradas y las pasiones que emanan de sus protagonistas, dejando escenas magníficas en la memoria de los espectadores. Lope dará que hablar. Estará casi seguro presente en la próxima ceremonia de los premios Goya. Y, quién sabe, puede que este año España vuelva a participar en la ceremonia de los Oscar.