Crítica de cine: Los Seductores

Publicado el 27 octubre 2010 por Lapalomitamecanica
Con la situación controlada

Nota: 6,5
Sumario

Lo mejor: Romain Duris intentando llorar.Lo peor:  la carrerita final y el escaso talento de Vanessa Paradis, que compensa con su exótica belleza. Para quién: para los que disfrutan haciendo trampas.La suma: Confidence + Cuatro Bodas y un Funeral - Gigoló  = Los Seductores.Ficha: Imdb.Presupuesto/taquilla: desconocido / 42 mundiales a día de hoy. Es la cinta más taquillera del año en su país natal, Francia.El director: tras varias series de éxito Pascal Chaumeil da el salto al cine donde ya trabajó como asistente junto a Luc Besson en éxitos como Leon el profesional  o El Quinto Elemento.  El plan: demostrar que la industria europea puede hacer productos de entretenimientos igual o más dignos que la  estadounidense con sus mismas armas. Conseguido.
La curiosidad: A sus 38 años Vanessa Paradis sólo cuenta con 10 películas como actriz en su filmografía
y es más conocida por ser la mujer de Johnny Depp. Visto su talento en esta cinta no me extraña.

La duda: ¿Cómo logra el más bien  normalucho Romain Duris estos papeles de galán?
El principal logro de esta historia de tramposos y timadores consiste precisamente en un engaño mucho mayor que los que lleva a cabo el felino Romain Duris en la cinta. Y es que sólo recordamos que Los Seductores es una película francesa cuando mencionan el nombre de alguno de los personajes. El director ha encerrado en un cajón los asfixiantes planos cortos y cámara hiperativa que caracterizan al cine galo y nos ofrece un producto típicamente americano pero con el equilibrio y la eficacia que permite una perspectiva europea.

La historia nos sitúa junto a un equipo de trabajo bastante excéntrico, compuesto por un cabecilla narcisista, su mandona hermana y el sufrido marido de ella. Una peculiar familia que se gana la vida rompiendo parejas por encargo. Eso sí, respetando siempre unos límites tan blanditos e infantiles como nunca tener sexo y separar a la pareja sólo si no son felices. Un par de detalles que edulcoran la historia para que no olvidemos que ante todo nos encontramos con cine de entretenimiento para toda la familia.
Asfixiado por las deudas los estafadores aceptan un complicado trabajo: hacer que la hija de un importante mafioso rompa con su novio a 10 días de la boda. Baste decir que no tardará en darse cuenta de que la chica le importa más de lo que debería y bla bla bla. Pero lo verdaderamente interesante más allá de si acabaran juntos o no es ver las constantes y trabajadas artimañas del personaje de Duris para ganarse el afecto de la chica: desde hacer el ridículo bailando el tema de Dirty Dancing hasta enseñar a unos delfines a gritar el nombre de la víctima. 

Dichos trucos son a cada cual más exagerados que el anterior hasta el punto de conseguir que el mismísimo Barney Stinson de Cómo Conocí a Vuestra Madre se sintiera superado de conocerlos. Porque aunque tenga el envoltorio de una comedia romántica Los Seductores es casi una comedia de aventuras. Los elementos propios del primer género como el acercamiento entre la pareja, el desengaño o la lección a aprender por el personaje que ha estado ocultando un secreto se resuelven a la velocidad del rayo sin darnos tiempo a sufrir un coma diabético o a aburrirnos con las convencionalidades.
El personaje de Duris es una especie de James Bond sin la parte heroica que le lleva a derrotar peligrosos criminales. Es decir, un seductor que presume de estilo. Los que huyáis de la cinta por su aspecto almibarado que sepáis que él es el autentico protagonista de la función. Y a pesar de que Duris no parece la mejor elección para el papel no tardas en acostumbrarte a su extraña sonrisa Quizás sea por esa tendencia a huir del género que el personaje de Paradis no termina de coger todo el peso que debería, aunque una vez visto de lo que es capaz puede que sea mejor así. Si pensábais que Seven Seagal era inexpresivo esperar a echarle un vistazo al trabajo de la señora Depp.

El mejor valor de Los Seductores es que ha sabido aunar muchas cualidades necesarias para triunfar en el mercado internacional: actores más o menos conocidos, un estilo muy dinámico y un (des)equilibrio entre el humor, la acción y el romance que funciona. Porque en Europa también sabemos hacer productos made in Hollywood.