¿Qué viene a nuestra cabeza cuando nos encontramos, en el ámbito del cine, con una secuela?, ¿más de los mismo?, ¿una oportunidad para mejorar el material original?, ¿la necesidad de crear una saga, de expandir un universo creativo? ¿o solamente un mecanismo para hacer caja aprovechando el éxito de la primera parte (en caso de que lo haya tenido)?. Las secuelas casi siempre han estado ahí, sobre todo a partir de los años 70 con la llegada y auge del cine comercial, muchas veces son necesarias para poder contar una historia de cierta densidad o para profundizar en aspectos importantes que no cabrían en un solo film, hay casos incluso de secuelas que han superado en calidad a la primera parte, pero también hay otras que suponen, cuanto menos, una ofensa respecto a su antecesora. En el abarrotado estrado de las secuelas inculpadas hoy se sienta Dando la nota: Aún más alto (Pitch perfect 2), sucesora de ese imprevisto hit de 2012 que logró hacerse un hueco en el corazón del público gracias a su humor irreverente, sus covers de canciones míticas y un grupo de chicas protagonistas que no dejaron indiferente a nadie. Vamos a ver si las Bellas de Barden pueden mantener la nota o si por el contrario han perdido algunos tonos por el camino.
Crítica de Dando la nota: Aún más alto
Han pasado tres años desde que las Bellas, un grupo de chicas que hacen covers a Capella de los mayores éxitos musicales, todas ellas pertenecientes a la universidad de Barden, dejarán anonadada a toda la nación de las barras y las estrellas con su impresionante actuación. Las chicas se encuentran en la cúspide de su popularidad hasta que tiene lugar un desafortunado incidente protagonizado por “Fat” Amy (Rebel Wilson) en una actuación en la que estaba presente el mismísimo Obama, a partir de ahí las jóvenes caen en desgracia, criticadas por la prensa y obligadas a devolver su título de campeonas….este podría ser el final de la longeva y sagrada hermandad de las Bellas. La única esperanza en el horizonte es que el grupo gane una competición internacional y hay cierto grupo alemán que tiene a crítica y pública metidos en el bolsillo y que no se lo pondrá nada fácil a las chicas y si,cuando en esta película se habla de música y de Alemania sabes que no va a faltar la broma correspondiente sobre David Hasselhoff.
Lo primero de todo y dejando las cosas bien claras: si buscas una secuela fresca, rupturista o inovadora….este no es el caso, la secuela de Dando la nota no es nada de esto, posee una estructura idéntica a la de su antecesora en todos y cada uno de los aspectos, tanto es así que muchas bromas casi parecen recicladas de la primera parte. Si, es un modelo obviado cuando se trata de secuelas en la industria hollywoodiense, coger algo que en su momento funcionó y repetirlo hasta la saciedad, el problema en este caso reside en que este film no solo peca por llevar un 2 delante (al menos en el título original americano), sino que te hace reflexionar sobre si la primera película fue realmente merecedora del éxito del que disfrutó en su momento, lo que es un doble golpe para la franquicia. La guionista Kay Cannon, que adaptó la obra de Mickey Rapkins para la primera Dando la nota vuelve aquí a repetir en su papel con un guión muy en la línea de la anterior. Elizabeth Banks ocupa el puesto de Jason Moore en la dirección y repite en su rol de la relamida y altiva comentarista Gail Abenathy-McKadden-Feinberg. El guión de Cannon juega ante todo con la familiaridad, sabe quien es su público potencial e intenta tocar todas las notas que dieron el éxito a la primera parte, con la consiguiente pérdida de frescura pero dando todo lo que se esperaba de la secuela. El debut de Banks como directora no es que se diga para tirar cohetes, se nota demasiado que en muchas escenas no sabe que hacer con el reparto que posee y sobre todo a algunas de las Bellas no les da demasiado para lucirse en pantalla.
Respecto al mismo reparto vuelve a destacar Rebel Wilson como “Fat” Amy, que sigue siendo la chica más carismática del conjunto pese a que esta vez no se le ve tan cómoda en su papel, aún así la escena en la que cruza un lago montada en una canoa mientras canta “We Belong” de Pat Benatar es altamente memorable. Beca (Anna Kendrick) parece ser la única del grupo que piensa en el futuro y resta importancia al tema de las supervivencia de las Bellas, trabajando para un productor musical, lo que crea un conflicto entre ella y Chloe (Brittany Snow) dando a luz a una subtrama que más bien parece un episodio de una sitcom de esos en los que el desenlace se ve venir a la legua. Bumper (Adam DeVine) junto a Emy (con la que tiene ese romance tan particular) es el único personaje que sigue manteniéndose en forma en su cómico papel, juntos aportan las escenas más hilarantes del film. La nueva adición al grupo de las Bellas es Emily (Hailee Steinfeld) cuyo nivel de entusiasmo desproporcionado choca con el del resto de sus compañeras, lo que da lugar a escenas en las que está muy fuera de lugar….pero igual esa era la intención del guión. Y por último vuelve John Smith (John Michael Higgins) como compañero comentarista de Gale, si sus comentarios ofensivos resultaban deliciosamente afilados en la primera parte, aquí comienza a rayar lo vulgar, bromas y comentarios de un mal gusto que más bien chirría en algunos momentos en el oído del espectador, probablemente cruza la línea de lo gracioso a lo gratuitamente ofensivo.
Como secuela, Dando la nota:Aún más alto busca ante todo la diversión pura y dura, los personajes no evolucionan apenas, su química en pantalla es muchas veces dudosa (no ocurre así en los momentos musicales que siguen siendo soberbios) y las bromas son casi clónicas de su antecesora, aún con todo su estilo desvergonzado y macarra mantiene en forma a las Bellas, pero no lo suficiente para justificar esta continuación si no eres un acérrimo seguidor de las comedias musicales adolescentes.