Música de piano de fondo. Una mano se mueve al compás de las notas que dejan un curioso eco en la amplia estancia. Pertenece a un hombre. Pantalón y camiseta de algodón de manga corta de un blanco nuclear. La cámara sube en un plano cenital. Los ojos, cerrados, disfrutando del momento, de la sencilla majestuosidad de la composición. Contrastando con la palidez del rostro, que la luz eléctrica acentúa aún más si cabe, la barbilla salpicada de un rojo sangre todavía caliente.
Una titubeante manita se mueve por encima de las cincuenta y dos blancas y treinta y seis negras. El dedo índice pulsa torpemente las teclas de un piano de cola haciendo sonar una canción tradicional japonesa. Otra mano, esta vez más grande, entra en cuadro y acompaña la alegre tonada. En un simple plano quedan expuestos los elementos clave de la historia que se nos está empezando a contar. Con la sensibilidad especial que tiene el cine oriental para narrar historias y esa capacidad para sintetizar en símbolos, como si de ideogramas se tratara, los temas que va a tratar, ahí se plasman ante nuestra atenta mirada un hijo, un padre, la peculiar relación que pueda haber entre ellos y la música de un piano.
¿Qué puede tener en común Hannibal Lecter con el cine de Hirozaku Kore-eda? Una melodía de cadencia lenta, como la de las Variaciones Goldberg de Bach interpretadas por Glenn Gould.
De la misma forma que ese pausado sentido del ritmo resulta el adecuado para la obra musical y que es el justo y necesario para hacer disfrutar a un sibarita melómano de la catadura moral de Lecter, de ese mismo modo se descubre como el preciso para expresar en imágenes la compleja reflexión sobre la paternidad que nos plantea el realizador nipón en esta De tal padre, tal hijo. Kore-eda utiliza la inmortal obra de Bach en los tres momentos clave de su largometraje pero la música de piano se encuentra presente, de una u otra manera, a lo largo de toda la cinta, como en el tema tradicional que intenta aprender el niño protagonista para agradar a su padre.
La melancolía que transmite el sonido de un piano y ese tempo tan especial sirven al director de Tokio para decirle de esta forma subliminal al espectador que es precisamente así como va a articular su película, que esa es la manera que ha elegido para poner sobre la pantalla esta maravillosa historia. De modo que quien espere una vertiginosa sucesión de imágenes al más puro estilo de un francotirador saldrá decepcionado. Cuando Karen Blixen decía en Memorias de África que Denys Finch Hatton disfrutaba de un relato bien contado estaba pensando precisamente en algo como lo que nos ofrece el talento de Kore-eda. Así que lo más recomendable a la hora de acercarse al cine es relajarse, acomodarse en la butaca y dejarse llevar por un filme que no tiene miedo en adentrarse en el intrincado camino de intentar explicar qué significa ser padre y llegar incluso a preguntarse cuándo se convierte uno en padre.
El retrato de la sociedad japonesa, con dos formas de ver la vida, la tradicional, más recta y encorsetada, y la moderna, más desenfadada, a través de las dos familias protagonistas aporta riqueza argumental y envuelve una trama principal que no solo habla de padres e hijos sino que se atreve con el papel de la mujer dentro del matrimonio y como madre tanto en la actualidad como en generaciones anteriores.
El Premio del Jurado del Festival de Cannes, presidido por un Steven Spielberg que ya ha comprado los derechos para producir el remake de De tal padre, tal hijo, y, sobre todo, el Premio del Público del Festival de San Sebastián avalan la calidad y la cercanía al espectador de esta estupenda propuesta del cine japonés. Toda la complejidad reunida en este brillante e inteligente guión podría sintetizarse en las primeras palabras de otra excepcional obra que inmortalizó el genio de Joan Manuel Serrat, esta vez en forma de canción. “A menudo los hijos se nos parecen, así nos dan la primera satisfacción…”
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright de las imágenes © 2013 Amuse, Fuji Television Network, GAGA . Cortesía de Golem Distribución. Reservados todos los derechos.
De tal padre, tal hijo
Director: Hirozaku Kore-eda
Intérpretes: Masaharu Fukuyama, Machiko Ono, Yôko Maki
Duración: 120 min.
Japón, 2013