Crítica de “Deadpool” (2016)

Publicado el 23 febrero 2016 por Manuzapata @vivazapatanet

Culpable. Lo confieso. Ningún cómic de Deadpool había pasado por mis manos antes de ver la película. Más de un entusiasta de las correrías de este tipejo podría impugnar esta crítica pero, a mi pesar, me arriesgaré a estamparme contra el parabrisas de un coche a alta velocidad cual desvalida mariposa que, despistada, cruza la carretera cuando no debe. A pesar de mi bisoñez en el tema, una somera investigación post visionado me da a entender que Ryan Reynolds, coproductor y protagonista de la cinta, se las ha tenido tiesas con los peces gordos de la 20th Century Fox para preservar la esencia del personaje. La disyuntiva, dulcificar el carácter del fulano en cuestión para obtener una calificación que permitiese entrar en las salas a adolescentes a mansalva (y cabrear enormemente a los aficionados irredentos) u optar por la fidelidad y llevarse toda una R (menores acompañados) en Estados Unidos y un “no recomendada para menores de 18” en España.

Los diez minutos iniciales dejan muy a las claras que toda esa violencia de las viñetas (según cuentan los ávidos lectores), los bocadillos (no los de comer, las burbujitas que contienen los parlamentos de los personajes) sobrados de lenguaje obsceno, los provocativos dibujos que no evitan los desnudos parciales y el humor negro que puebla de cabo a rabo las páginas del cómic de Marvel, se han traspasado de manera fidedigna a la gran pantalla. Y para regocijo de los gerifaltes de la Fox, convirtiéndose en el primer filme dirigido a mayores de edad en superar los 100 millones de dólares en su estreno.

Deadpool ya aparecía testimonialmente al final de X-men orígenes: Lobezno, pero la irreverencia de éste nada tiene que ver con el hieratismo de aquél. Desde un principio rompe la “cuarta pared” para dirigirse al objetivo de la cámara y establecer una relación directa con el espectador, haciendo gala de un ingenio y una incontinencia verbal rayana en lo escatológico.

Una única secuencia de acción, espectacularmente resuelta, de la que surgen varios flashbacks que nos revelan el origen del personaje, compone la estructura de una primera hora trepidante. A partir de ahí, convencionalismo puro y duro al que salva de la quema la mordacidad de un guión que revela sin ambages y con mucha mala uva que todo se debe a la falta de presupuesto que la productora se negó a sufragar. Un texto poblado de continuas chanzas a costa de la propia saga de los X-men y de chistes privados en los que Ryan Reynolds se carcajea de su gran fiasco como superhéroe traspasado al celuloide, Linterna verde.

El pastel se corona con homenajes en forma de citas textuales a obras tan variopintas como El padrino o Notting Hill, aunque lo que llega al alma del cinéfilo gamberro que habita aquí dentro es el recuerdo a ese maestro de la comedia para adolescentes que fue John Hughes, parafraseando a La mujer explosiva y, justo tras los créditos, emulando a Matthew Broderick en Todo en un día.

 

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright imágenes  © The Donners´ Company, Marvel Enterprises.  Cortesía de Hispano FoxFilms. Reservados todos los derechos

Deadpool

Dirección: Tim Miller

Guión: Rhett Reese y Paul Wernick, según el cómic de Fabian Nicieza y Rob Liefeld

Intérpretes: Ryan Reynolds, Morena Baccarin y Ed Skrein

Música: Tom Holkenborg

Duración: 108 min.

Estados Unidos, 2016