7 años la primera película española de Netflix
Para llamarse " 7 años", esta película dirigida por Roger Gual y producida por Netflix (primera película original de Netflix en España), se me hizo bastante corta. Y aunque la cinta no dura más de 76 minutos, debo reconocer que desde filmes como "Buried" o "La habitación del pánico", no me encontraba con un largometraje en el que se generase tanta tensión e incertidumbre en tan solo un escenario de pocos metros cuadrados y con tan solo cinco actores; a nombrar: Alex Brendemühl, Juana Acosta, Paco León, Juan Pablo Raba y Manuel Morón.
Pero a ese condicionante de la localización, hay que sumar el hecho de que la tensión e incertidumbre aparece con el simple hecho de tener que tomar una decisión. Una crucial decisión para cuatro de los personajes (socios fundadores de una empresa de aplicaciones tecnológicas) y en la que el quinto en discordia ejerce tan solo de mediador comunicativo. Una profesión que hasta ahora conocía y que lejos de parecerme extraña, he llegado a la conclusión de que harían falta mediadores en todas y cada una de las casas de España. Pero esa decisión que deben tomar es tan sencilla y compleja como: ¿Quién de ellos debe sacrificarse para salvar a los otros tres de ir a prisión por estafar a haciendo desviando fondos a un paraíso fiscal?
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Pero vayamos al tema en cuestión que atañe a esta película española de nueva generación 7 años. Empezaré por reseñar una de las cosas que más me han llamado la atención; y son los vacíos de la trama. Durante toda ella, hay muchos datos referentes al desencadenante de la trama principal que desconocemos. Cosa que por lo que creo, está hecha adrede. Es más, ese factor del guión creo que está magistralmente utilizado para añadir un valor especulativo en el espectador.
Por otro lado, tanto la interpretación como los diálogos son de una cotidianidad y limpieza sublime. No es fácil interpretar un continuo diálogo de una forma tan natural, sutilmente gestualizado y creíble como ellos lo hacen; pero tampoco es fácil de guionizar un diálogo tan fluido, tan exquisito y trabajado como el que los guionistas han logrado para estos cinco actores, cada uno en un rol muy bien definido y estructurado. Debo reconocer, que solo conocía de forma clara a dos de ellos, Paco León y Juana Acosta. A Manuel Morón muy poco y a los otros dos nada. Pero reconozco que me han sorprendido todos por igual. En cuanto a Paco, por ver un nuevo registro suyo en el que encaja a las mil maravillas, a Juana porque todo lo que hace lo hace bien y al resto porque sencillamente han llevado a cabo un excelente papel. Para mí, Juan Pablo Raba y Alex Brendenmühl son dos nuevas adquisiciones en mi surtido "cuétara" de actores con derecho a cualquier película.
Como ya he anunciado antes, toda la trama transcurre en un único escenario, pero además transcurre en unas pocas horas, con lo que el trabajo de escenografía, maquillaje, atrezzo debe ser muy meticuloso para no caer en continuos fallos de raccord durante el rodaje. Una cuidada estética y a la vez natural que a pocos no le resultará identificable con el mundo y la gente que le rodea. Así mismo, el trato de la imagen es sencillo, elegante, sobrio, suficiente y sin florituras, puesto que no las requiere. Pero se atisba unos planos de cámara metafóricos y con cierto mensaje que son muy dignos de elogio.
Y para acabar, porque tampoco es cuestión de alargarse, porque lo suyo es que la veáis, corroboro mi buena decisión a la hora de seguir eligiendo películas de factura española porque si algo tenemos en este país los artistas es que nos preocupamos mucho por el mensaje que queremos enviar. Y en este caso, el primer largometraje de Netflix, merece un reconocimiento alto porque envía de una forma muy clara y original un mensaje al espectador en el que le habla del doble filo de la codicia, la ambición, las clases, la corrupción, la amistad y las relaciones laborales o extramatrimoniales. E incluso un mensaje final que queda suspendido en una sugerente escena última, en donde queda de manifiesto lo difícil que es aceptar la verdad cuando tienes que convivir con ella de frente.
Sin más, seguir recomendando cine español, porque entre tanto bodrio americano, los españolitos de vez en cuando hacemos algo bueno.