Crítica de “La pesca del salmón en Yemen” (2011) – Estreno en España: 20-abril-2012

Publicado el 30 noviembre 2014 por Manuzapata @vivazapatanet

Amo el cine británico desde que tengo uso de razón. Bueno, tal vez sea un poco exagerado decirlo así, digamos que desde que fui consciente de que el séptimo arte era algo más que una afición para mi. El recuerdo más temprano entre las cuatro paredes de una sala, Carros de fuego, mi primer gran amor, Michelle Pfeiffer en Las amistades peligrosas aunque la Jamie Lee Curtis de Un pez llamado Wanda no le quedó a al zaga, pero en ese caso las risas se llevaron la palma. Estos tipos tienen la sana costumbre de saber reírse de sí mismos y tal vez por eso les salen películas tan sinceras, en lo social, en lo dramático, en lo romántico y en lo cómico. Esa acidez, esa retranca, hace que historias que, desde otra óptica podrían resultar de un almibarado o de un empalagoso totalmente insoportable, cuando nacen del talento de los cineastas de las islas (de las dos), sean disfrutadas y puestas en valor por quien escribe, y tantos otros aficionados, frente a otros productos del estilo bastante más decepcionantes. Ahí están Cuatro bodas y un funeral, maravillosa Andie MacDowell pero absolutamente fascinante Kristin Scott Thomas, y sobre todo Notting Hill, ah, Julia, cuando Charles Aznavour escribió She parece que estaba pensando en ti.

 

Dando un paso más en esta fascinante forma de jugar con los géneros, tomaron el cine social de Ken Loach y le dieron cierto matiz de comedia, sin obviar el drama inherente y algún toque de romance y desarrollaron una corriente encabezada por las estupendas The full monty y Tocando el viento. En esta última destacaba un joven actor escocés que comenzó su carrera de la mano de Danny Boyle con pequeñas joyas como Tumba abierta y el filme que le lanzó a la fama, Trainspotting. No era otro que Ewan McGregor, un fulano que haga lo que haga te lo crees de cabo a rabo, sin duda, uno de los mejores intérpretes del panorama cinematográfico actual y además canta y no lo hace nada mal, no hay más que ver lo bien que se desenvuelve en Moulin Rouge.

La pesca del Salmón en Yemen es el perfecto ejemplo de buen cine británico que narra una comedia romántica con sus ramificaciones dramáticas, políticas y otorgando a la trama cierto empaque, llegando a lo filosófico-religioso-científico, que no tienen productos similares que llegan constantemente desde los Estados Unidos. Y claro, con Ewan McGregor en el reparto, qué más podría pedir un cinéfilo anglófilo. Una compañera a su altura.

En la parte femenina se encuentra la inteligente, atractiva, magnética y londinense Emily Blunt, cuya evolución desde aquella secretaria del demoníaco personaje de Meryl Steep en El diablo viste de Prada, que fue el que la puso en el mapa, pasando por la piel de La joven reina Victoria, hasta convertirse en la partenaire de Tom Cruise en Al filo del mañana, es la de quien ha llegado a la primera fila del cine mundial.

Por cierto, ojo a la evolución del personaje de McGregor basado en sus sutiles, y progresivos, cambios de peinado.

Todavía hay un detalle más que confiere un mayor atractivo a esta historia y no es otro que el nombre de su director, Lasse Hallström. Es curioso que un proyecto completa y genuinamente británico haya sido encomendado a un cineasta sueco pero quien lo hizo sabía perfectamente lo que tenía entre manos. Hallström es uno de los mejores contadores de cuentos en imágenes que existen. Si quieres una historia bien narrada él es tu hombre. Su puño y letra quedan claramente visibles en A quién ama Gilbert Grape, Las normas de la casa de la sidra y en esa maravilla incomprendida que es Atando cabos – The Shipping news.

 

Con ingredientes tan sumamente atractivos cómo no cocinar un delicioso plato que seduzca a los paladares más refinados.

Cada vez es menos frecuente encontrar un plano que compendie todo lo que se intenta contar en una película, el argumento en sí y lo que realmente se está intentando transmitir, y en pocas ocasiones dice tantas cosas y es tan expresivo como aquí. El momento en la oscuridad del cine es mágico, el hallazgo de un pequeño tesoro, sucede dentro de la primera mitad de la película y es el engranaje que hace girar la trama y pone en funcionamiento el mecanismo que hace avanzar el argumento hasta el siguiente nivel. Es probable que un instante tan especial se halle entre las páginas de la novela en la que se basa el guión de Simon Beaufoy pero solo un director de la clase de Lasse Hallström sería capaz de recogerlo y plasmarlo de esa manera tan sencilla, tan efectiva, tan hermosa y tan lírica a la vez. Para el espectador atento no pasará inadvertido.

Más allá de esto y de la situación entre los personajes de Ewan McGregor y Emily Blunt, que lleva el peso de la trama, resulta muy interesante el personaje del jeque, su especial relación con ellos dos y esa disquisición entre la ciencia y la fe que plantea el argumento. Al fin y al cabo nos encontramos ante otra historia que trata sobre la persecución de un sueño sin cejar en el empeño, sobre el despertar de una vida anodina y ser fiel a uno mismo, la diferencia, el punto de vista cínico y descreído que ponen los británicos, su peculiar sentido del humor y esa elocuencia tan elegante con la que Lasse Hallström cuenta las cosas.

(la parte que está en cursiva y no se refiere a títulos de películas, principalmente la que habla de Emily Blunt, está añadida a día de hoy, el resto pertenece a la crítica original que se hizo en el momento del estreno de la película)

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright imágenes  © Shine Pictures, Lionsgate, UK Film Council, BBC Films, CBS Films. Reservados todos los derechos.

La pesca del salmón en Yemen

Director: Lasse Hallström

Intérpretes: Ewan McGregor, Emily Blunt, Amr Waked

Duración: 107 min.

Reino Unido, 2012