Cuando hace unos meses me enteré de la nueva adaptación a la pantalla de “Las Tortugas Ninja” reconozco que mi interés por el proyecto en sí era bastante nulo, tan solo los sucesivos trailers que aparecieron previos a su estreno, hicieron que poco a poco me fuese llamando la atención el proyecto que tenía en sus manos Jonathan Liebesman (Battle Los Angeles, Wrath of the Titans).
Crítica de Las tortugas Ninja
Por Fernando Hernández
La buena gente de New York vive con el temor y la angustia de una nueva plaga que sacude sus calles, “el clan del pie”, que aterroriza y saquea cada rincón de la ciudad, sin que nadie les oponga resistencia. April O´Neal (Megan Fox), una reportera ingenua y novata a partes iguales, indagará en los oscuros planes de tan tenebroso clan, encontrando que no solo ella anda tras los pasos de esta mala gente, algo más grande y esquivo está velando por la seguridad de los viandantes neoyorquinos.
Y ahora el espectador que se sitúe delante de la cartelera, se preguntará que motivaciones puede encontrar para meterse en una sala a ver a cuatro quelonios de dos metros, repartiendo a diestro y siniestro durante la hora cuarenta y cinco que dura la cinta. Dejemos a un lado cualquier tipo de recuerdo nostálgico que nos podría hacer sentarnos en la butaca, ésta cinta de acción y entretenimiento cumple por completo todo aquello que la hace una buena película de palomitas. Apoyándose en un guión bastante sólido creado por André Nemec y Josh Appelbaum (Misión Imposible: Protocolo Fantasma), ambos vuelven a dar con la tecla para conseguir una historia que se aleje de cualquier tipo de artificio infantil o que por el contrario se tome demasiado en serio, perdiendo de vista el verdadero fin de la cinta, entretener con ciertos toque de calidad. La última vez que ambos guionistas trabajaron juntos, tomaron como punto de partida las historias creadas para televisión de “Misión Imposible”, en esta ocasión la chispa que hace que este motor empiece a carburar, es el trabajo de Peter Laird y Kevin Eastman, creadores de los personajes originales.
Jonathan Liebesman cual funámbulo sobre una cuerda, mantiene el carácter de la cinta de una manera estable y firme, divirtiendo al espectador sin meterle en rimbombantes situaciones tomándose más en serio de lo que debe. A destacar del trabajo de Liebesman, que por momentos hace olvidar que tenemos en pantalla a cuarto personajes creados por ordenador, dejando a un lado el hecho de ver en pantalla a un reptil gigantesco que no existe. Además no cae en esos momentos de locura donde el director no sabe dónde poner la cámara para rodar una pelea, en esta ocasión todos los planos de las secuencias de acción están bien elegidos, permitiendo que el espectador sepa que está pasando en pantalla.
En definitiva, estas tortugas ninjas adolescentes mutantes han dado en la diana, el paquete es compacto, sólido y consigue lo que busca, divertir y entretener. Sustentado el proyecto en guionistas muy de la escuela J.J. Abrahms y bajo la dirección de un señor que sabe dotar a la vuelta a la pantalla de estos reptiles, de un carácter digno de las mejores películas de acción. Ahora bien, todo aquel espectador que en su día creciera acompañado por las historias de Leonardo, Raphael, Donattello y Michelangello, saldrá más que encantado de la sala. Kowabunga amigos y a disfrutar.