Bill Pohlad, reputado productor estadounidense responsable de exitosas películas como "Brokeback Mountain" (Ang Lee, 2005), "El árbol de la vida" (Terrence Malick, 2011) o "12 años de esclavitud" (Steve McQueen, 2013), entre otras... y con solamente un filme dirigido en los años noventa "Old Explorers" (Id, 1990); es el encargado de llevar a la gran pantalla la convulsa vida del músico británico.
En este atípico biopic hay dos líneas argumentales bien definidas y diferenciadas: una ambientada en la década de los sesenta y la otra en los ochenta. Por lo que se refiere a la subtrama de los sesenta, nos muestra a un Wilson, que tras retirarse de las actuaciones en vivo, se enmarca en la gestación de sus álbumes más laureados: "Today!" (1965), "Pet Sounds" (1966) y el inconcluso e inédito "SMiLE", que un año más tarde sería reciclado en el disco "Smiley Smile" (1967). Es fascinante como Pohlad exhibe las creaciones de estos discos, considerados como verdaderas obras maestras de la música popular; sus procedimientos en el estudio de grabación (como su meticulosidad en los arreglos o sus excentricidades, sirva de ejemplo el incendio controlado en una de las grabaciones); y también, como sus problemas mentales derivados de su infancia difícil (perpetrada por un padre de Wilson frustrado y tiránico que le maltrató, dejándole sordo de un oído), la obsesión con la música de los Beatles (sobretodo tras el lanzamiento del disco "Rubber Soul", que le cautivó y lo consideraba el mejor álbum de todos los tiempos); además del consumo de drogas (como la cocaína y el LSD).En relación con la subtrama centrada en los ochenta, vemos un Wilson bajo la tutela del polémico doctor Eugene E. Landy, que le trataba las adicciones y problemas psicológicos, siendo también la misma época en la cual conoció a la que sería su segunda esposa, Melinda. Pohlad nos muestra de forma precisa como Landy, con sus métodos viscerales y poco ortodoxos, tenía el dominio total de la vida del músico británico, controlando todos sus movimientos, visitas, salidas, comidas, etc..., y asimismo, le recetaba fármacos psicotrópicos que agravaban aún más sus problemas mentales.
Es necesario recalcar las portentosas interpretaciones de Paul Dano y John Cusack, que dan vida al músico en las dos etapas mostradas en el filme, los sesenta y ochenta respectivamente. En menor grado, también destacan las de un pasado de vueltas Paul Giamatti, que encarna al doctor Landy, y una deliciosa Elizabeth Banks, que da vida a Melinda; asimismo, su ritmo pausado e introspectivo que le imprime su director, al igual que el desarrollo simultaneo de sus subtramas, hacen de este biopic un retrato muy interesante; aunque se podría objetar que hay algunos detalles de la vida de Wilson que se han quedado en el tintero; sin embargo, no empañan para nada este magnífico largometraje.
Llegados a este punto, cabe resumir que "Love & Mercy" (título prestado de la primera canción de su primer y homónimo álbum en solitario) y que además describe a la perfección la esencia del filme... "amor y misericordia"; es una película notable, con unas interpretaciones verdaderamente espléndidas, repleto de las formidables canciones de los Beach Boys (sobretodo "God only knows" y "Good vibrations"), y con una cautivadora representación del genio y la figura de uno de los músicos más grandes e influyentes de todos los tiempos.