Crítica de “Nuestro último verano en Escocia” (2014)

Publicado el 04 junio 2015 por Manuzapata @vivazapatanet

Suena Fisherman´s blues sobre el murmullo de las olas rompiendo contra la orilla, con esos violines juguetones en primer plano. La sucesión acompasada de imágenes muestra cómo tres niños recogen restos de palos, cuerdas y todo lo que encuentran en la playa para terminar de construir lo que parece un barco vikingo en miniatura. Una vez han terminado el chico se dirige a sus dos hermanas con ese aire entre ingenioso, listillo y despistado que se gasta. Qué ganas tengo de volver al colegio y de que nos pidan escribir sobre lo que hemos hecho durante nuestras vacaciones, aunque seguro que Shona, como siempre, tiene algo más interesante que contar. En esta ocasión no, Mickey; esta vez tu redacción va a dejar a la de tu compañera a la altura del betún.

Ese texto podría perfectamente titularse Nuestro último verano en Escocia y contaría, en tono de comedia dramática, con toda la sorna británica, la celebración del 75 cumpleaños del patriarca de la familia, al que, a petición de sus histéricos padres, en trámites de separación, han de ocultar la convulsa situación familiar. Unos días inolvidables que marcarán, sin duda, sus caracteres, todavía en formación; algo parecido a lo que le aconteció al chaval protagonista del corto de J.A. Bayona Mis vacaciones.

Tenemos ante nosotros algo más que una película amable, de esas que se ven con una sonrisa en la boca e incluso con la que se desata alguna que otra carcajada, gracias, sobre todo, a la genialidad de los diálogos de estos tres granujillas. La forma en la que el guión habla con total naturalidad, y una gran dosis de humor y emoción, de temas serios y trascendentes como el divorcio o la vida misma a través de esa complicidad que existe entre el abuelo y sus nietos deja entrever las intenciones de los dos directores. Este par de sesentones provenientes del mundo de la televisión plantearon su ópera prima desde la visión que tienen los niños del mundo de los mayores, en la que ellos son los personajes más sensatos ante lo inmaduros, absurdos y ridículos que aparecen los adultos.

Un libreto ingenioso, la luminosa fotografía que aprovecha en su plenitud los espectaculares paisajes de las Highlands, el ágil y efectivo montaje que no deja que decaiga el ritmo en ningún momento, la fantástica banda sonora que se mueve de lo festivo y folclórico a lo sinfónico y emotivo, la música de los Waterboys y, cómo no, las estupendas interpretaciones de Rosamund Pike y David Tennant, acompañados por el carismático Billy Connolly, con una mención especial a los tres maravillosos actores infantiles, conforman una combinación que da lugar a una película inspiradora, que conmueve, emociona y divierte y que contagia felicidad y ganas de abrazar a quien tienes al lado. Un filme al que pueden acudir padres con sus hijas, tías y sobrinos, abuelos junto a sus nietas, pero eso sí, con la convicción de que a la salida deberán estar dispuestos a responder muchas preguntas.

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright imágenes  © BBC Films, Lipsync Productions, Origin Pictures. Cortesía de A Contracorriente Films. Reservados todos los derechos.

Nuestro último verano en Escocia

Dirección y guión: Andy Hamilton y Guy Jenkin

Intérpretes: Rosamund Pike, David Tennant, Billy Connolly, Emilia Jones, Bobby Smalldridge, Harrit Turnbull

Música: Alex Heffes

Fotografía: Martin Hawkins 

Duración: 95 min.

Reino Unido, 2014