Harvey Shine, un neoyorquino maduro que compone música publicitaria, está pasando por un mal momento, tanto profesional como personal. De repente, surge una novedad en su vida: durante un viaje a Londres para asistir a la boda de su hija, conoce a Kate, una peculiar solterona cuya vida social es bastante anodina. Harvey se siente inmediatamente atraído por su inteligencia y su espontaneidad y pronto se establece entre ellos una relación que puede cambiar el curso de sus tristes y solitarias vidas.
En "Nunca es tarde para enamorarse" se dan cita los ingredientes básicos que habitualmente conforman las comedias románticas ligera, como son los caprichos del destino y azar, la mala fortuna y la ordinariez en la vida de cada uno de los implicados, la naturalidad que desprenden sus acciones cuando se conocen, etc; no obstante, aunque tal premisa puede echar hacia atrás, en esta ocasión hace que se desmarque (levemente eso sí) de las otras propuestas del género debido al aplomo de su pareja protagonista: Dustin Hoffman y Emma Thompson. Es un verdadero placer disfrutar de su enorme talento interpretativo y demuestran tener muy buena química. Ellos sostienen una película con una premisa sin sobresaltos y cogida con pinzas, propiciando que rezume encanto; en otras palabras, de haber tenido una pareja de actores más jóvenes posiblemente su resultado no hubiera sido el mismo.
En definitiva, "Nunca es tarde para enamorarse" es una película bonita y muy entretenida, sostenida por sus dos grandísimos interpretes, las acertadas pinceladas tanto de humor como de drama, haciendo que se vea con agrado.