Crítica de “Paulina (La patota)” (2015)

Publicado el 02 diciembre 2015 por Manuzapata @vivazapatanet

El marketing, tan importante a la hora de vender cualquier tipo de producto, experimenta un crecimiento exponencial cuando lo que se quiere es exaltar las virtudes de un filme. En ese sentido, resulta clave tanto la labor de promoción como la elección de la fecha en la que va a aterrizar en la cartelera. Tres razones muy diferentes hacían del 27 de noviembre el momento idóneo para el estreno de Paulina. En primer lugar, dos días antes se ha celebrado el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hecho que se encuentra íntimamente ligado al argumento del largometraje. La obra del argentino Santiago Mitre se hizo con tres galardones muy significativos en el pasado Festival de San Sebastián (Horizontes Latinos, Otra Mirada TVE y Premio de la Juventud) apenas dos meses atrás, con el efecto arrastre que eso supone para el aficionado. Y por último, no es necesario presentar a la actriz principal, Dolores Fonzi, a la que el gran público ya conoce por su aparición en la exitosa Truman.

Paulina es la actualización de La patota, trabajo que se estrenó en España en 1960 con el nombre de Ultraje. Cuenta la historia de una joven de posición acomodada que renuncia a una prometedora carrera judicial para colaborar como profesora en un proyecto que pretende desarrollar una zona rural deprimida de Argentina. Al poco de llegar es violada por un grupo de hombres. La película narra el modo en el que la protagonista va a afrontar las consecuencias físicas y psicológicas de un hecho tan terrible.

 

Dolores Fonzi, magnífica, representa lo mejor de la cinta. Su intenso trabajo transmite algo tan difícil de expresar como lo que se debate en el interior de Paulina. Mitre juega constantemente con planos secuencia en torno a esta mujer, mostrándola frente a la cámara, en primer término, siguiéndola constantemente, como si quisiera desnudar su alma, retratar lo que se le pasa por la cabeza, pero dejando que sea el espectador el que se asome a esa extraña mezcla de sentimientos.

 

El director, acertadamente, comienza la narración desde dos puntos de vista; primero, el de la cooperante, a continuación, el de sus agresores. Pero en el momento crucial en que debería emerger el conflicto el filme se atasca, se viene abajo dramáticamente, como si el cineasta no supiese cómo continuar. Paulina adolece de falta de concordancia entre una temática tan impactante como interesante y la manera en la que la misma se plasma sobre la pantalla. Produce cierta desazón el hecho de que el irregular pulso narrativo de un realizador disperso por momentos, y tal vez acobardado por la magnitud de lo que tiene entre manos, impida que esta historia golpee con más contundencia la conciencia del espectador. Las altas expectativas generadas por la catarata de reconocimientos recibidos terminan por jugar en contra de este trabajo, lo que no es óbice para, a pesar de sus defectos formales, recomendar su visionado debido a la complejidad y la relevancia del contenido abordado.

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright imágenes  © Telefé, Full House. Cortesía de Golem Distribución. Reservados todos los derechos.

Paulina

Dirección: Santiago Mitre

Guión: Mariano Llinás y Santiago Mitre, basado en el guión original de Eduardo Borrás y Daniel Tinayre 

Intérpretes: Dolores Fonzi, Óscar Martínez, Esteban Lamothe 

Música: Nicolás Varchausky

Fotografía: Gustavo Biazzi

Duración: 103 min. 

Argentina, Brasil, Francia, 2015.