Crítica de Point Break (Sin Límites), un film de Ericson Core

Publicado el 20 enero 2016 por Bebina @Games4u_es

Sinceramente no he hecho surf en toda mi vida, he hecho muchas cosas pero surfear no ha sido una de ellas, sin embargo imagino que la sensación que uno pueda tener al cabalgar con su tabla por primera vez una gran ola debe ser algo grandioso y es probable que el sentimiento de aquella primera ola se mantenga en el tiempo y en el recuerdo como algo especial. Es posible que el surfista en sí anhele volver a sentir esa sensación especial que aquella ola le hizo vivir y que probablemente en el fondo busque cabalgar la misma otra vez. Esto es exactamente lo que pasa con el cine, quizás hace muchos años vimos una película que nos conquistó o que se ganó nuestro cariño eterno, sin embargo, al igual que esa primera ola especial del surfista del que acabo de hablar, las sensaciones que aquel film nos hizo sentir en su momento no se pueden replicar así como así, de hecho cada película es hija de su tiempo, de un momentum particular, de una visión de las cosas unida a la época de la que viene y las sensaciones que produjo en su día son el resultado de una serie de factores muy partículares y muchas veces temporales e imposibles de volver a replicar, porque los aspectos visuales se pueden remasterizar, pero el encanto y la magia de una película no. Y este es el motivo de que, a día de hoy, lo que hace diez o veinte años nos gustó esté tratando de volver a encandilarnos nuevamente, quizás también sea la idea de actualizar ciertas historias para un público nuevo, pero sea como sea y aunque la nostalgia sea un valor seguro también lo es el hecho de que ésta no se puede remasterizar, es muy difícil replicar exactamente la misma sensación dos veces….del mismo modo que no se sube uno dos veces a la misma ola.

CRÍTICA DE POINT BREAK (SÍN LÍMITES):

En 1991 se estrenó una película dirigida por Kathryn Bigelow y  protagonizada por Keanu Reeves y Patrick Swayze que narraba la historia de como el primero de ellos en su papel de Johnny Utah, un agente novato del FBI que era destinado a L.A. para investigar una serie de extraños robos a bancos, se encontraba con el surfista y vividor conocido como Bodhi al que daba vida el segundo. El film fue todo un éxito de taquilla en su época y con el tiempo se ha ganado, no debatiremos aquí si lo merece o no, el estatus de película de culto de los noventa, o al menos entre los thrillers policíacos más memorables de la década.

Han pasado casi quince años, los noventa ya quedaron atrás pero la historia de Point Break (conocida en España como Le llaman Bodhi) ha vuelto entre nosotros gracias al film que hoy nos ocupa. El remake del que ahora os voy a hablar, dirigido por Ericson Core (que fue director de fotografía de films como Payback,The Fast and the Furious o Daredevil) está protagonizado por Luke Bracey (Amnesia, G.I. Joe: La venganza) como Johnny Utah y Edgar Ramírez (El ultimátum de Bourne, Ira de Titanes) como Bodhi. La premisa argumental del film es cuasi idéntica a la de su homóloga de los noventa, una banda de atracadores capaces de auténticas proezas temerarias realizan una serie de golpes para amasar grandes cantidades de dinero en poco tiempo, Utah es un joven de pasado turbulento que decide unirse al FBI y pronto es destinado a California para investigar el caso de este grupo de criminales amantes de los deportes extremos. Para detenerles, el joven Utah tendrá que infiltrarse en el grupo de Bodhi, mientras mantiene contacto con su apoyo y principal compañero en el FBI Papas (Ray Winstone) , que en la película original fuera interpretado por Gary Busey.

Para empezar, y como era de esperar, esta nueva versión es mucho más espectacular y la acción y el argumento están construidos a una mayor escala, se nota sin duda la experiencia y reputación de Core como director de fotografía pues la belleza de ciertos planos y secuencias y sobre todo a nivel de paisajes es muy superior a la del film de 1991, todo es más épico y más grande y se nota la experiencia del director al haber trabajado en largometrajes de acción como Fast and Furious (de la que a veces casi se puede considerar a Point Break como una hermana bastarda de ésta) ya que si sustituimos los coches por tablas de surf y otros deportes extremos son muy similares. También destaca el hecho de que esta nueva versión y sus personajes tratan de tomárselo todo mucho más en serio que en la original, la profunda filosofía vital de Bodhi y su grupo es un tema en el que se pone más atención aquí y los personajes desprenden un aura más profunda  (aunque siempre quedan ensombrecidos por la acción en sí) y los diálogos son más sólidos (que no más memorables). Pero subir la escala, ampliar horizontes y dar más credibilidad y profundidad a los personajes no es quizás la mejor de las ideas cuando uno trata de revivir esa magia ligeramente cheesy de los films policíacos de los noventa.

Y aquí es cuando llegan las odiosas comparaciones entre los dos films, La Point Break original tenía tres elementos culturales de la época que la hacían memorable: los dos actores protagonistas, el surf y esos diálogos tan cheesy hijos de su época y esta versión de 2015 sabe que no puede traer de vuelta ninguna de esas tres cosas porque son elementos culturales de una década ya pasada, por lo tanto opta por diversificar conceptos (hay surf pero también hay otros muchos deportes extremos que le roban protagonismo), los atracos son más espectaculares pero no tan memorables como cuando Patrick Swayze y su grupo atracaban bancos llevando puestas las caretas de cuatro ex presidentes estadounidenses icónicos, y los diálogos y la temática tienden a profundizar más…lo cual no es para nada negativo a no ser de que estés tratando de homenajear una película de acción de los noventa….y se supone que ese el caso.

En conclusión la película es bastante épica y los dos personajes principales tienen algunos cara a cara bastante decentes que dejan la sensación de que se han trabajado bien los personajes, el ritmo es frenético, la fotografía y los paisajes dejan gran sabor de boca y hay mucho que saborear aquí para los fans de films como la saga Fast and Furious (de hecho son muy similares en muchos aspectos). Así que como conclusión diría que Point Break (Sin Límites) es un remake bastante descafeinado del film de 1991 y ni de lejos posee su encanto (aunque si que copia casi literalmente algunas escenas y situaciones de la original) por lo que no la recomendaría a los fans de la película de Keanu Reeves y Patrick Swayze. Pero sin embargo la recomiendo encarecidamente a todos los fans de la saga de carreras y acción de Vin Diesel y el ya fallecido Paul Walker, se siente en muchos sentidos como una hermana bastarda de Fast and Furious y es en verdad mejor film de acción que muchas entregas de esa saga.