Aaron Sorkin en la secuencia más rompedora de la televisión reciente ponía en boca de Will McAvoy, quijotesco e íntegro periodista con afinidades republicanas, un discurso tan reaccionario para los estadounidenses que los atónitos universitarios que escuchaban la soflama no podían dar crédito a lo que llegaba a sus oídos. En el genial prólogo de la serie The Newsroom una estudiante preguntaba inocentemente crédula: “¿Puede decir por qué Estados Unidos es el mejor país del mundo?”. El redactor no tardó en quitarle la venda de los ojos sin miramiento alguno tras argumentar firmemente con sangrantes datos y sincero pesar en qué se ha convertido su amada nación: “No lo es; un día lo fue, pero ya no”.
Michael Moore, el ácido ensayista, documentalista y azote de las políticas de George W. Bush, persevera en su afán de no dejar títere con cabeza. Tras las incendiarias Bowling for Columbine, Farenheit 9/11, Sicko y Capitalismo: una historia de amor rompe su silencio de 6 años para proseguir en su cruzada en pos de remover las conciencias de sus conciudadanos.
¿Qué invadimos ahora?, como título, invita a pensar en “Haz turismo”, la canción de Celtas Cortos que tan palmariamente reflejaba la política militar estadounidense allende sus fronteras. El realizador lo utiliza para hacer un guiño a anteriores trabajos en los que pasaba revista al estamento castrense y sirve de introducción, en modo irónico, a las pacíficas incursiones que, bandera en mano, se dispone a realizar en diversos territorios europeos y africanos con el fin de “robar” aquellas ideas que tan bien aplican estos estados en materias como derechos laborales, educación, prisiones, lucha contra la corrupción o incorporación de la mujer en el gobierno de empresas y naciones, para importarlas a su patria con el fin de contestar a esa pregunta que implícitamente planteaba en la ficción Will McAvoy: “¿Qué podemos hacer para volver a ser los mejores del mundo?”.
Con su habitual tono mordaz, Moore aporta agilidad a las dos horas de metraje de su documental consiguiendo transmitir unos argumentos que, si bien pueden partir de un estilo narrativo un tanto sensacionalista que surge al confrontarlos con el reflejo que los mismos asuntos tienen en su propio país, gracias a la profundidad de lo que subyace calan en el espectador. Aunque previamente se haya justificado aclarando que en este viaje va a dedicarse a recoger las “flores”, no la “maleza”, habría que colocar en el debe del orondo director la ausencia de ángulos oscuros que pudieran ensombrecer algunas de las tesis que engrandecen esas aportaciones de los diferentes contornos que visita. Y es que, como la acuciante actualidad nos salpica día sí y día también, no es oro todo lo que reluce en la vieja Europa.
¿Sería posible hacer funcionar ese monstruo de Frankenstein construido a partir de lo mejor de las sociedades modernas en un mismo estado? Estaría por ver.
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¿Qué invadimos ahora?
Dirección y guión: Michael Moore
Fotografía: Rick Rowley y Jayme Roy
Montaje: Pablo Proenza, Woody Richman y Tyler H. Walk
Duración: 120 min.
Estados Unidos, 2015