Y sí, siguen las aventuras cinematográficas de estos muchachos amantes de los fierros (por sobre otras cosas), que arrancó allá por el 2001 con la sorprendentemente buena “Rápido y Furioso” (“The Fast and The Furious”), cinta que reunía lo mejor en calidad técnica en cuanto a carreras clandestinas y escenas automovilísticas de acción de primera calidad, pero que a su vez poseía una buena trama policial, lo cual daba un combo perfecto para un más que correcto producto cinematográfico.
Dado el auge económico de la primera entrega, dos fueron los años que se tardaron para lanzar a la pantalla grande una lamentable secuela, carente de toda idea guionística atrayente, por lo cual ni las solventes escenas de carreras y acción salvaban a aquel filme del naufragio total (sin siquiera mencionar los demasiados y tontos toques cómicos que fueron insertados en la cinta). Por esto último, no fue para nada raro que en el 2006, la tercera entrega de la saga, titulada “Rápido y Furioso, Reto Tokio” se trasladara de Continente hasta tierras orientales con bastantes cambios de estilos, a saber: muy poca trama policial, y tratar de situar la acción prácticamente en la edad adolescente con un actor muchísimo más joven. Debo admitir que la impecable calidad técnica de la cinta, me hizo olvidar algunos evidentes problemas de guión y pude disfrutar a pleno de un filme digno del mejor entretenimiento. Y así, llegamos al 2009 con “Fast and Furious”, cuarto filme de la saga, dónde Justin Lin repite dirección luego de la tercera entrega, pero dónde vuelven a la carga con prácticamente todo el elenco original, entre ellos, Vin Diesel, Paul Walker, Jordana Brewster y Michelle Rodríguez.
Quien había hecho un impecable trabajo técnico en la tercera entrega, el director Taiwanés Justin Lin, naufraga aquí increíblemente preso del excesivo y tremendamente exagerado uso del CGI, dando un par de secuencias de acción muy logradas, pero también brindando unas cuantas escenas dignas de estar viendo “Meteoro: La Película” (sin menospreciar el filme de los hermanos Wachowski, que realmente está muy pero muy bien hecho). Sin ir muy lejos en el filme, la primera secuencia desarrollada en un larga ruta desértica está muy mal filmada y resuelta, lo que ya de por sí, predispone al espectador a lo que va a ver en el resto de la cinta. Si bien el ritmo narrativo es bueno y la película en general es entretenida, hay algo que definitivamente no me llegó a convencer. El hecho de querer juntar todo lo bueno de la primera, más la trama policial de la segunda, creo que no funcionó de acuerdo a lo esperado. Todo ya ha sido visto, y todo es demasiado previsible.
Tampoco ayudan demasiado las actuaciones. Ni Vien Diesel, ni Paul Walker brindan buenas actuaciones, sino performances meramente correctas. Quizás la mejor actriz de todo este grupo sea Jordana Brewster, una muy buena actriz, que no ha tenido a lo largo de su carrera un gran rol protagónico salvo el de “La Masacre de Texas, el Inicio”, donde cumple y con creces.
En definitiva, “Rápidos y Furiosos” es una cinta entretenida, que tiene un buen ritmo narrativo y que puede llegar a gustarle a la gran mayoría de los fans de la saga. Por mi parte, creo que literalmente esta saga se encuentra totalmente agotada. “Rápidos y Furiosos” es una mezcla de tramas de sus dos primeras entregas, lo cual no estaría del todo mal si hubiera estado acompañada de un buen apartado técnico. Por momentos lo logra y por momentos francamente naufraga por absolutamente todos lados. Una lástima, ya que creo que la saga se merecía un regreso a las fuentes, que en este caso ha quedado literalmente a medias.
Calificación de la Película: Regular.
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