Crítica de “Siete vidas este gato es un peligro” (2016)

Publicado el 08 septiembre 2016 por Manuzapata @vivazapatanet

Rótulo verde intenso sobre fondo de hojas secas y bosque otoñal con inconfundible acompañamiento musical a cargo de Carter Burwell: Director de fotografía, Barry Sonnenfeld. La firma de su mejor trabajo, a las ordenes de los hermanos Coen, en la mítica Muerte entre las flores. Su posterior salto a la dirección, toda una sorpresa. Este “transfuguismo” se hace más habitual en el caso de guionistas e incluso montadores, aunque ahí están Jan de Bont (Speed) y Peter Hyams (Muerte súbita) para llevarnos la contraria. Si Sangre fácil, Cuando Harry encontró a Sally o Misery pregonaban a los cuatro vientos la brillantez de Sonnenfeld como cinematógrafo, ¿por qué los cantos de sirena le embaucaron para tomar un camino distinto al que le estaba viendo triunfar? Un misterio insondable.

Su currículum en este nuevo cometido no resplandece tanto. Un par de chispas, Cómo conquistar Hollywood y Hombres de negro, entre un ramillete de medianías, con sonoros fiascos como Wild wild west. Teniendo en cuenta su falta de instinto a la hora de elegir proyectos (rechazó dirigir Forrest Gump, a la postre ganadora del Óscar a la mejor película), su nombre al frente de un largometraje como éste no nos proporcionaba excesivas esperanzas.

Un hombre de negocios ególatra, duro e inflexible (Kevin Spacey) descuida, debido a su adicción al trabajo y a la empresa que lleva su nombre, la relación con su familia. Las circunstancias (y el karma) harán que termine atrapado dentro del cuerpo del gato que se dispone a regalar a su hija por su decimoprimer cumpleaños.

La trama nos resulta harto familiar. No es más que un “Cuento de Navidad” de Dickens camuflado de comedia felina, con un Mr. Scrooge que sufre el acecho de su particular fantasma, un vendedor de animales con una divertida vena sádica tras el que se encuentra el rostro de Christopher Walken.

 

Un ágil comienzo que tira, vagamente, de un toque irónico y cínico nos hacía prometérnoslas felices. Tristemente, todo queda en un espejismo. El guión abusa de tópicos y no acaba de trascender un arquetípico diseño de situaciones y personajes que, en ocasiones, bordea el ridículo, incluso a los ojos del público infantil, objetivo evidente de un filme familiar como éste. Con un tipo como Spacey, creador de una galería de fulanos a cual más ruin y oscuro, poniéndole la voz a un gato, uno esperaba mayores dosis de mala baba en un texto rompedor que rebosase causticidad. Dándole la vuelta a la tortilla, si analizamos el largometraje como una historia de redención al más puro estilo de Frank Capra, queda tan lejos del cine del director de Qué bello es vivir que resulta preferible obviar la comparación.

A pesar de ciertos momentos entrañables, la superficialidad se adueña de una trama ñoña, sosa y descafeinada que se queda en agua de borrajas, dejando como único punto fuerte de la cinta su escasa duración. Y es que desde Babe, el cerdito valiente resulta realmente complicado ver una película con animales que termine de funcionar.

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Siete vidas, este gato es un peligro 

Dirección: Barry Sonnenfeld

Guión: Gwyn Lurie, Matt Allen, Caleb Wilson, Dan Antoniazzi, Ben Schiffrin

Intérpretes: Kevin Spacey, Jeniffer Garner, Christopher Walken

Música: Evgueni y Sacha Galperine

Fotografía: Karl Walter Lindenlaub

Duración: 87 min.

Francia, China 2016