Por José Manuel Rodríguez PizarroRedactor-colaborador de la revista de cine ‘Versión Original’
El ejercicio de la profesión periodística ha sido, y sigue siendo, un filón para los guionistas pese a que la realidad a la que se enfrentan los informadores en su día a día, y por todo el mundo, es bastante espinosa. Al paro y la precariedad existentes en el sector periodístico, en países como España, se suman problemas mucho más graves, como los periodistas que son asesinados por desempeñar su profesión.
Recientemente, Reporteros sin Fronteras ha denunciado que, durante el pasado año, casi dos de cada tres de los más de 100 reporteros asesinados fallecieron en países donde no existe un conflicto bélico declarado. Es decir, ya no sólo los matan en países “en guerra”. Este dato nos recuerda lo complicado que resulta informar sobre lo que ocurre en distintos puntos del planeta, así como los riegos de encarcelamiento y secuestro que sufren los informadores, por ejemplo, en países como Siria, Iraq, Egipto, Turquía, China, Rusia o México, entre otros.
Volviendo al terreno de la ficción, las idas y venidas de un periodista –tanto en la redacción de un periódico, con sus colegas, como en sus salidas, en busca de esa verdad incómoda que algunos quieren ocultar– son casi siempre un material sumamente atractivo para poder ser narrado a través del lenguaje cinematográfico. No han sido pocos precisamente los periodistas que recordamos en historias para el séptimo arte. Por citar algunos, destacamos a unos pletóricos Robert Redford y Dustin Hoffman metidos en la piel de Bob Woodward y Carl Bernstein, –que, con su investigación periodística, fueron capaces de derribar a Nixon, en la película Todos los hombres del presidente(1976)– o a un Al Pacino en estado de gracia, que interpreta en El dilema (1999) a un periodista de investigación que saca a la luz un secreto oculto de la industria tabacalera.
A una larga ristra de obras cinematográficas sobre periodistas hay que añadir otra más, pero no una cualquiera, estamos hablando de una película imprescindible de 2015, nominada a seis premios Óscar, entre los que se encuentran las categorías de mejor película, mejor director y mejor guion original. Se trata de Spotlight, dirigida por Tom McCarthy, uno de los guionistas de la emotiva Up (2009) y artífice de algunos títulos imprescindibles del cine estadounidense independiente de las últimas décadas como The Visitor (2007) o Vías cruzadas (2003). En esta ocasión, McCarthy, que también participa en el guion, parte de un caso real: el escándalo de los abusos sexuales cometidos, durante decenios, por distintos sacerdotes de Boston y cómo la Iglesia Católicade Massachusetts los ocultó intencionadamente. La investigación realizada por un grupo de periodistas del periódico TheBoston Globe destapó estos acontecimientos y su trabajo fue galardonado con el premio Pulitzer al servicio público de 2003.
No obstante, los derroteros narrativos no se encaminan a los casos de pederastia en sí sino más bien al
proceso emprendido por un equipo de valientes periodistas de la unidad de investigación del periódico The Boston Globe, llamada ‘Spotlight’. En el equipo capitaneado por Walter ‘Robby’ Robinson, editor de ‘Spotlight’ (Michael Keaton), le acompañan tres reporteros de su máxima confianza: Michael Rezendes (Mark Ruffalo), Sacha Pfeiffer (Rachel McAdams) y Matt Carroll (Brian d’Arcy James).El principio del fin del silencio en torno a estos abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos se activa con la llegada de Marty Baron (Liev Schreiber), exdirector del Miami Herald, al Boston Globe, en 2001, en un momento crucial al que se enfrenta la prensa escrita. Se aventuran posibles despidos en el periódico; es el comienzo de lo que será más tarde la hegemonía de Internet, y la prensa escrita se resiente. Sin embargo, Baron, si bien al principio tantea la posibilidad de hacer recortes en la plantilla, apuesta por un periodismo de calidad, capaz de destapar alcantarillas, que, en este caso, afectan a la Iglesia Católica, en el seno de una sociedad como la de Boston: religiosa y conservadora. Baron será el instigador para que la maquinaria desenmascaradora se ponga en marcha.El sótano en el que se hallan los miembros de la unidad ‘Spotlight’ es toda una declaración de intenciones y una metáfora de ese trabajo de periodistas de investigación, que se adentran, durante meses, en un caso complejo, con profundas ramificaciones. Un ejemplo del buen Periodismo de Investigación, en estado puro."El sótano en el que se hallan los miembros de la unidad ‘Spotlight’ es toda una declaración de intenciones y una metáfora de ese trabajo de periodistas de investigación, que se adentran, durante meses, en un caso complejo, con profundas ramificaciones."
Como en las grandes gestas del cine político, los periodistas que trabajan en una dura investigación viven tan absorbidos y entregados a esta misión que se olvidan, en parte, del discurrir de sus facetas personales. Tan sólo se deja entrever que Marty Baron está soltero, que Michael Rezendes acaba de romper con su chica o que Sacha Pfeiffer vive con su novio o marido, y que acompaña a su abuela a misa, aunque ella haya perdido la fe.
Spotlight alcanza su grandeza, en mi opinión, al centrarse en lo importante, en lo esencial: en la osadía de estos profesionales de la comunicación y en cómo no hay que dejarse cautivar por cantos de sirena y llegar siempre hasta el final. El propio Marty Baron se lo dice así a sus empleados: “la gran historia no está en los curas, como individuos, está en la institución; práctica y política, hay que apuntar contra los males del sistema”. Toda una buena lección de periodismo para novatos y veteranos de este viejo y maravilloso oficio.
Lo mejor: La magistral manera de McCarthy para adentrarnos en los vericuetos de la redacción de un periódico y de una investigación periodística de calado. El rotundo guion y las creíbles interpretaciones de esta epopeya periodística que se recordará durante mucho tiempo.
Lo peor: A veces, si uno se despista mientras la ve, puede perder el hilo de la trama, de la que forman parte periodistas, editores, abogados, sacerdotes, cardenales, víctimas… Los más puristas podrán percibir, en cuanto a su realización, un cierto halo a película hecha para televisión.
Dirección: Tom McCarthy
Título original: Spotlight, País: USA. Año: 2015. Duración: 121 min. Género: Drama, periodismo. Intérpretes:Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery, Stanley Tucci, Brian d'Arcy James... Guion:Thomas McCarthy, Josh Singer
Música: Howard Shore, Fotografía: Masanobu Takayanagi