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Crítica de 'TRON Legacy': Un blockbuster 28 años después

Publicado el 12 diciembre 2010 por Davicine
Las críticas de David P. "Davicine": TRON Legacy
Crítica de 'TRON Legacy': Un blockbuster 28 años después
No hace ninguna falta haber visto TRON para disfrutar de la espectacularidad de TRON Legacy, pues Disney ha creado un producto basado en el original, pero independiente hasta el punto, empleando una trama heredera de su predecesora, de ser capaz de enganchar a cualquier persona con la adrenalina y tridimensionalidad de sus escenas, todo ello aderezado por el techno de Daft Punk.
Quizás, en esa idea de independencia y búsqueda de un mayor público es donde falla esta producción, pues no se han esmerado en exceso a la hora de desarrollar una trama compleja, como pudiera ser la vista en la versión de 1982, y se han decantado por coger los personajes y lo visto en ella, pero introduciéndoles en una coctelera de gráficos por ordenador, persecuciones y peleas de infarto, todo ello con las motos de luz y las batallas de discos como principal reclamo.
Los que esperen una película de culto, como sucediera con la versión de Steven Lisberger, incomprendida en su época, se llevarán un disgusto, pero seguro que a los fans de TRON, como a sus desconocedores más jóvenes, les encantará al tener los ingredientes para convertirse en el blockbuster que Disney deseaba tener de nuevo en sus filas, gracias a la mejora que el tiempo ha aportado en el apartado de efectos especiales, y al saber hacer de su director, quien ha dotado de un gran dinamismo a la película, como si de un largo videoclip se tratara.
Pero claro, la pregunta clave es saber que pueden ofrecer 28 años después, y cual puede ser esa trama que se les ha ocurrido para retomar la historia. La base es que el programador protagonista de la primera entrega, Kevin Flynn, interpretado por Jeff Bridges de nuevo, obsesionado con el mundo virtual que creó, y que visitaba con demasiada frecuencia, quedó atrapado en él cuando su "avatar" virtual, y fiel ayudante, Clu, decide mejorar lo creado y le atrapa en su mundo. Ahí es donde entra en acción su hijo, quien entra por casualidad en dicho mundo virtual y debe ayudar a su padre a escapar de la red en la que Flynn es el Dios de todos los programas que allí conviven.
Una trama más sencilla de lo que parece, aunque sin tanta terminología técnica como la original, y que no abusa de relleno en ningún momento, lo que facilita el ritmo de la cinta, ayudándose de un protagonista joven para enganchar a esta red al público más joven. De hecho, el protagonista, Sam Flynn, interpretado por Garrett Hedlund, aporta mucho más de lo que esperamos, no siendo el típico joven rubio y surfero de muchas producciones "made in USA", y deja claro que ésta es la primera película de relevancia en una fructífera carrera que tiene por delante, siendo un gran compañero de reparto del alma mater de la película, Jeff Bridges, quien da vida a un anciano Flynn, aunque con una réplica juvenil de él mismo que también vive en la red. Pero lo que es obvio es que nada puede con el oscarizado actor, pues Bridges puede llenar la pantalla con su sola presencia, sin necesidad de esa ingente de gráficos generados por ordenador que aderezan la totalidad de la película. Aunque no es el único actor que repite: Bruce Boxleitner da vida a Alan Bradley, personaje de la original, y que ahora, entrado en años, ayuda a entender y dar continuidad a la historia. Echamos de menos al personaje de Ed Dillinger, quien robó ideas y juegos a Flynn en el pasado, haciéndose con el negocio, aunque ahora vemos a Cillian Murphy como el hijo de Dillinger, y el mismo espírito de villano del padre. Por último, para rematar el reparto, citar a Michael Sheen, quien parece que le han solicitado que sobreactúe para dar vida a su histriónico personaje, y que, a pesar del gran trabajo que suele hacer, vemos innecesario el repertorio de sandeces que dice y hace en unas pocas escenas.
Aunque que sería de una crítica de una película como TRON Legacy si no hicieramos especial hincapié en los efectos especiales, sustento de esta producción, y principal reclamo 28 años después de la original... todos ellos perfectamente creados y rematados gracias a una buena base, un buen diseño de vestuarios y escenarios que nos introducen de lleno en un mundo artificial pero creíble, en el que circulan motos de luz, seres con trajes de luces, edificios que se transforman acorde a las necesidades y ese vacío tecnológico sustentado por la energía, a modo de líquido, que aporta lo que esa sociedad necesita para vivir. Miles de maravillas podemos decir de los efectos especiales, pero como suele pasar, basta un detalle malo para estropear un gran trabajo, y ese detalle ha sido la necesidad de crear un rejuvenecido Bridges para dar vida a Clu, su avatar virtual. Como el tiempo no pasa para el software, la imagen del personaje debía ser la del actor en su versión original, más de 20 años atrás, pero curiosamente, ni con los avances de la tecnología han logrado el mismo trabajo que disfrutamos al ver un joven Brad Pitt en El curioso caso de Benjamin Button. Ese ser virtual da el pego en algunas escenas, sobre todo a cierta distancia o planos laterales, pero el problema reside en los primeros planos, que no son pocos, y que dejan claro que no estamos viendo a un joven Bridges, sino a un ser creado por ordenador y que se nota artificial, lo cual no tendría mayor relevancia, pues podríamos atribuirlo a ver un personaje creado para vivir dentro de un "PC", pero es el mismo que usan para mostrar los recuerdos reales del personaje, y por ahí no pasamos, pues no pueden intentar hacernos creer que ese es el Flynn de la original.
Todo el trabajo de efectos especiales, de CGI, de interpretacion y de guión no quedaría tan completo si no fuera acompañado por una espectacular banda sonora, futurista dentro del mundo virtual y emotiva y "remember" cuando nos trasladan a la época en la que Flynn desapareción. Daft Punk ha sabido emplear su saber hacer musical, Techno y vanguardista, para que la película nos haga vibrar en nuestras butacas, pero igual de relevantes son las escenas en las que oímos temas ochenteros que suenan en una antigua sala de máquinas para la que no ha pasado el tiempo.
TRON Legacy tiene todos los ingredientes para ser un gran blockbuster, pues nadie discute que una gran producción no necesita de un gran guión para arrasar en los cines, y en esta película no es que tengan un mal guión, tan sólo es más flojo que el original, pero nos dá lo que necesitamos para disfrutar de un mundo desconocido que descubrir con grandes dosis de palomitas.Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.

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