Crítica de TV: Alcatraz 1x01&1x02

Publicado el 22 enero 2012 por Lapalomitamecanica
Serie sobre isla misteriosa, segundo intento

Nota: 6,5
Alcatraz no es Perdidos, Alcatraz no es Perdidos, Alcatraz no es Perdidos, Alcatraz no es Los 4400 (hey espera, que esa...), Alcatraz no es Perdidos. Bien, creo que ya estoy listo para ofreceros mis impresiones sobre el piloto de Alcatraz sin que la alargada sombra de Lost enturbie el análisis del primer estreno de peso de 2012. Intentaré dejar de lado ya no solo que ambas compartan género, un escenario central isleño, estructura narrativa (¿alguien dijo flashbacks? sí, el guionista en la tercera página) e incluso a uno de sus protagonistas. Porque todo ello se puede condensar en una palabra que el señor J. J. Abrams tiene grabada en el cabecero de la cama junto al símbolo del dolar: fórmula.
Alcatraz es pura fórmula. Se trata de una serie que no aspira a codearse con Breaking Bad o Boardwalk Empire en las entregas de premios, sino ganar en la segunda división del entretenimiento puro y duro repitiendo al milímetro el Manual J. J. de Misterios Básicos, con cliffhangers, líneas temporales alternas, personajes que valen más por lo que callan y, esta vez si, una pregunta central de cuya respuesta dependerá todo el recorrido de Alcatraz, sea el que sea (10,5 millones de espectadores en su estreno auguran la renovación). Ahora bien, ¿Merecerá la pena el viaje? Descúbrelo en nuestro análisis tras el salto. 
La premisa es simple: ¿Qué sucedió con los últimos presos de Alcatraz? La historia oficial asegura que fueron trasladados a otras penitenciarias cuando se cerró el presidio isleño por falta de manteminiento, pero durante los primeros segundos del piloto asistimos a la verdad: todos desaparecieron de forma inexplicable obligando al gobierno a crear una cortina de humo. Y no solo eso, ya que 50 años después están regresando con cuentagotas sin haber envejecido ni un solo día. 
Lo que tenemos entre manos es un misterio central que no es nuevo (de hecho, es idéntico al de Los 4400), pero que funciona atrapando al espectador curioso. ¿Alienígenas?¿Agujeros de gusano? El caso se ha planteado con una falta de pistas tan absoluta que el abanico de posiblidades es amplísimo, y lo mejor de todo es que este enfoque promete una respuesta necesariamente concreta. Pero ahora vienen los problemas. 

Una vez explicada la premisa en el episodio piloto, el segundo capítulo de esta doble premiere nos muestra una serie estructurada en casos aislados (un episodio = el regreso y captura de un preso) que a buen seguro servirán para dilatar las explicaciones. No creáis que me he olvidado de que otro de los estrenos recientes apadrinados por J.J., Person of Interest, se basa en exclusiva en esa fórmula autoconclusiva y no por ello deja de ser una de las mejores incorporaciones recientes a la parrilla. Pero el espíritu de Alcatraz se acerca más al de Fringe, en la que se  alternan sin un orden concreto los episodios de este estilo y otros volcados plenamente con la trama central, solo que a diferencia de lo que sucedió en los comienzos de la serie protagonizada por Peter y Olivia, aquí desde un principio el interés se apoya en la gran pregunta convirtiendo al factor sorpresa en algo necesario, no solo bienvenido.
Y por desgracia, Alcatraz se sirve de todas las argucias posibles para no avanzar más allá. Los flashbacks forman prácticamente la mitad del metraje, y aunque sirven para explotar la cara más cinematográfica de la cárcel mostrando cómo vivian sus presos, simplemente huelen demasiado a relleno.  Es cierto que parece muy complicado mantener el interés y avanzar en la trama en una serie de estas caracterísitcas, pero sin ir más lejos, Homeland nos ha demostrado este año que se puede mantener un thriller televisivo sin llegar a la soap mistery y sin que decaiga el ritmo ni un segundo.

Otro aspecto en el que Alcatraz demuestra su falta de originalidad es en el retrato de un cuarteto protagonista al que ya conocemos al dedillo sin que nos lo hayan presentado. Sarah Jones (Sons of Anarchy, House, Justified) es la perfecta policía boy-scout cuyo último caso acaba derivando en el descubrimiento de la historia que nos ocupa. Jorge García es Hurley de nuevo, solo que al cambiar los pantaloncitos cortos por gabardinas levitas chaquetas con coderas adquiere un aura de experto en Alcatraz que redimensiona a todo el personaje (ejem). Por su parte, el veterano Ben Foster (Jackie Brown) encarna al tío policía y consejero paternofilial de la protagonista, antiguo guardia de Alcatraz y con muchos más secretos de los que parece. Y por último tenemos a Sam Neill dando vida a un misterioso tipo del gobierno que lleva toda su vida dedicado a este caso. A estas alturas de la serie él es el hombre de las respuestas (que a nadie le extrañe que luego no sepa un carajo), y como ya es tradición, a nadie se le ocurre agobiarle un poco para que suelte prenda. Simplemente porque es Sam Neill, el del entrecejo tatuado e intimidatorio. Habrá que esperar a que le apetezca soltarse.
Pero que no sean roles especialmente trabajados no impide que cada uno funcione como un reloj. Ella es el vehículo blanco perfecto que sirve de raíles a la historia mientras que Sam Neill es la siempre necesitada representación de las respuestas en el horizonte. El que menos encaja es García como contrapunto cómico, y no solo porque no sea de ningún modo creíble que un hombre que se dedica a escribir libros exponiendo los trapos sucios de Alcatraz tenga sin ningún problema permiso del gobierno para investigar un asunto ultrasecreto relacionado directamente con la prisión, sino porque su peso en la trama es excesivo. Más que un secundario cómico, Diego Soto es el protagonista masculino de Alcatraz, y aunque en cierto modo se agradece el riesgo en la apuesta, el tipo no termina de dar el perfil que si apunta, por ejemplo, Jeffrey Pierce (el primer preso, Jack Sylvane) con un personaje que promete dar juego. Para que nos entendamos, es algo así como poner a Leonard Hofstadter al frente de Twin Peaks. Como que no.

A pesar de esos defectos, Alcatraz es lo suficientemente atractiva planteando su propio laberinto y avisando al espectador de que el viaje va a estar cargado de callejones sin salida a la espera de la ansiada luz al final del túnel (el cliffhanger del 1x02 realmente no es ningún misterio, ya que si los presos están regresando, ¿Qué impide que lo hagan también el equipo de guardias y médicos?). Ya apuntábamos al principio que Alcatraz no es Perdidos, pero no podemos obviar que tanto J.J. como nosotros, los espectadores, ya tenemos un entrenamiento de 6 años en misterios isleños, con lo que solo queda esperar que la respuesta final ya esté escrita mientras procuramos no emocionarnos demasiado, no sea que al final sea otra serie sobre personajes (no he podido contenerme). Pero de momento entreteniene, y si logran evitar la caída en la repetición con los casos autoconclusivos mientras no son demasiado rácanos con las respuestas, puede que el primer gran estreno de 2012 merezca la pena después de todo.