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Crítica de TV: 'Blacklist', el nuevo drama de espías protagonizado por James Spader

Publicado el 25 septiembre 2013 por Lapalomitamecanica
El Doctor Maligno se cambia de bando
Crítica de TV: 'Blacklist', el nuevo drama de espías protagonizado por James Spader
Nota: 7 Las listas y los espías siempre han ido bien juntos. Listados de nombres, me refiero, ya sea con el código NOC -Misión Imposible- o como mero McGuffin sin una denominación especial -Skyfall, El Legado de Bourne-. La diferencia de Blacklist, la nueva serie de NBC, es que esa enumeración no hace referencia a los mejores agentes del MI6 o la CIA, ni siquiera a aquellos operativos encubiertos que desarrollan sus actividades en la sombra, sino que la famosa Lista Negra está formada por un compendio de los mayores terroristas y piratas informáticos del mundo; un grupo tan especial y cualificado de genios del mal que ni las principales autoridades, empezando por la Oficina Federal de Investigación estadounidense (FBI), conocen de su existencia o actividades. Ésta, la de Blacklist, es la historia de cómo uno de esos espías todopoderosos, algo excéntrico, bastante refinado y extremadamente elocuente, decide dar la espalda al lado oscuro y, por razones más misteriosas que la ubicación del nacimiento del pelo de James Spader, ayudar a los buenos a dar caza a todos y cada uno de esos supervillanos de nuestro tiempo. En lo que seguramente sea la escena más potente del todo el episodio, única vez en la que el realizador cinematográfico Joe Carnahan (El Equipo A, Infierno Blanco) se luce como debería, la serie comienza con la detención de ese enigmático y peligroso personaje, Raymond "Red" Reddington (Spader), que decide entregarse él mismo en la sede del FBI justo después de anunciar su nombre en recepción, dejar su maletín en el suelo y doblar cuidadosamente su gabardina de aire setentero. Desde su primera aparición en pantalla, seguida por una descripción de su historial a cargo del agente de turno que nos sirve para incrementar aún más las expectativas ante su extraña maniobra, el encanto del personaje reside en esa seguridad y confianza en sí mismo que posee por la simple razón de ser la única persona consciente del plan al completo. Y por ser James Spader, claro.
Crítica de TV: 'Blacklist', el nuevo drama de espías protagonizado por James Spader
Y es que pese a que el rol no guarda ninguna similitud con el personaje del abogado Alan Shore, que le valió a Spader la concesión del Emmy en tres ocasiones, el intérprete de 53 años se muestra incapaz de prescindir de ese encanto felino del que lleva haciendo gala desde su llegada a la televisión, optando por ofrecernos la versión menos dicharachera aunque igual de manipuldora del mismo personaje (o del que dio vida durante la octava temporada de The Office). Por supuesto, se trata de una sensacion de deja vu que para nada tiene que traducirse en un defecto cuando no sólo es un placer asistir a los paseillos despreocupados del personaje sino que toda la serie está ordenada en torno a su carisma, capaz de transformar a toda una división de agentes en sus mayordomos personales. La única contraprestación que exige el mercenario para colaborar con las autoridades pasa por que le asignen como enlace a la agente Elizabeth Keen (Megan Boone), recién licenciada en Quantico, con la que establece una dinámica muy del gusto de Hannibal Lecter y Clarice Starling, celda acristalada de última generación mediante y con conflicto paterno-filial en el horizonte. Por desgracia, o incluso ayudando a reforzar la intensidad del personaje central, es el perfil de la analista criminal lo que menos luce de toda la función, acercando su retrato al de una versión femenina e inexperta de Jack Bauer pero con la acuciante sombra detrás de ese gran personaje llamado Carrie Matheson (la única razón que existe a día de hoy para seguir enganchados a Homeland), cuya profesión y misión son idénticas a las de esta agente Keen. Más de lo mismo para los secundarios, desde el jefazo interpretado por Harry Lennix (El Hombre de Acero, Matrix Revolutions) hasta el operativo al que da vida Diego Klattenhoff (Pacific Rim, After Earth), incapaces de eclosionar, por lo menos en el piloto, por culpa de ese agujero negro demandante de atención perpetua que es Spader.
Crítica de TV: 'Blacklist', el nuevo drama de espías protagonizado por James Spader
Y es que, pese a unos valores de producción justos, - culpa de un creador y productor ejecutivo demasiado acostumbrado a colaborar en thrillers de medio pelo como es Jon Bokenkamp (Vidas Ajenas, The Call) - una coprotagonista femenina bastante mejorable, sobre todo a nivel de desarrollo; y todo un torrente de giros de guión y jugueteos con el espectador (algunos menos efectivos que otros), la nueva apuesta de NBC se estrenó el pasado lunes no sólo como un éxito de audiencia (12 millones de espectadores), sino también con bastantes opciones de convertirse en uno de los estrenos fuertes del otoño gracias a un equilibrio muy bien entendido entre su faceta procedimental, que seguro nos deparará una amenaza para la seguridad nacional diferente cada semana, y el morbo constante que suscita un conocimiento más profundo de las motivaciones y trasfondo de este maestro del crímen al que da vida un Spader en estado de gracia.

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