Ya sabemos que acabar una serie nunca es fácil y menos tras casi una década de andadura. Casos hay para todos los gustos: desde las que cuentan con una conclusión aceptada de forma generalizada, como The Shield o Breaking Bad; hasta las que llegan a su fin recibiendo críticas de forma unánime, como Dextero Expediente X. Sin embargo, en medio se encuentran esas propuestas que dicen adiós dinamitado cualquier expectativa y, por consiguiente, dando paso a la polémica. En este caso, la sensación se ha visto reforzada porque es un efecto que no suele darse en las comedias de 20 minutos, ya que se trata de un formato al que le son ajenas las tramas centrales y que habitualmente acaba lastrado por un desgaste progresivo en lugar de por una bomba final; pero, si tenemos en cuenta que el elemento diferenciador de Cómo Conocí a Vuestra Madre siempre fue una meta prefijada, ambos bandos del debate deberían coincidir en que esta conclusión, con sus defectos y sus virtudes, probablemente haya sido el último golpe de efecto de una propuesta que estaba a punto de morir sin hacer ruido, de forma poco legendaria.
Nuestro análisis completo del final de Cómo Conocí a Vuestra Madre, con spoilers, tras el salto.Que la serie protagonizada por Ted y compañía llevaba varias temporadas de capa caída no es ninguna novedad, de la misma forma que tampoco se puede negar que incluso en sus peores entregas aún era capaz de sorprendernos con algún episodio refrescante entre tanta emotividad mezclada con surrealismo. Sin ir más lejos, durante esta última temporada tampoco han faltado esos capítulos para el recuerdo, como aquel en el que Marshall viajaba a Japón para plagiar a Tarantino o ese otro en el que finalmente descubríamos el misterioso trabajo de Barney, entre otros de los secretos mejor guardados de la serie. Por desgracia, esas perlas aisladas hace años que vienen rodeadas por episodios demasiado centrados en la madurez de los personajes, con mensaje moralista, un exceso de carga emotiva y el bostezo del respetable, ¿o acaso no recordáis esto?:Aunque la fórmula temporal escogida para la última temporada ha terminado funcionando mejor de lo esperado, no era la única irregularidad que se reservaban los guionistas a la hora de disparar el último cartucho. El esperado momento, anunciado desde el título de la serie, llegó en la penúltima entrega, cuando Ted por fin posaba su mirada sobre la bajista de la boda, una chica menuda y de ojos saltones, Tracy, a la que hemos ido conociendo durante todo el año y que incluso contó con su propio episodio especial. Así, con la muchacha regalando simpatía por los cuatro costados y con los protagonistas solucionando sus problemas personales, todo quedaba atado de cara a la finale propiamente dicha, en la que todos esperábamos ser testigos del cortejo de Ted hacia la muchacha. Nada más lejos de la realidad. Todo eso ya lo habíamos visto durante los saltos temporales de este año y no íbamos a recibir más. Entonces, ¿qué narices nos iba a contar ese último episodio?
Weeds ya hizo algo parecido en su capítulo de despedida, viajando varios años al futuro para comprobar el destino de sus personajes, pero en el caso de CCAVM la cosa es algo más complicada. La serie creada por Craig Thomas y Carter Bays siempre ha jugado de forma arbitraria con el tiempo, fabricando flashbacks, flashforwards e incluso líneas temporales alternativas cuando era necesario para la comedia o simplemente cuando la idea quedaba "chula", con lo que tampoco podemos afirmar que el recurso nos haya pillado por sorpresa. En su lugar, la polémica comenzaba a gestarse cuando Robin y Barney anunciaban su divorcio, apenas un par de años después de la boda, implantando en el espectador la noción de que las cosas podrían no salir como estaban previstas y que Ted igual no comía felizmente perdices junto a su alma gemela.En efecto. Unas pocas y atropelladas escenas después, el protagonista nos anuncia la muerte de Tracy. Es en ese momento cuando toda la serie se redefine y descubrimos que la historia que les ha contado este carroza a sus hijos durante los últimos años no es el relato romántico de un noviazgo anunciado, sino una petición encubierta para pedirle una cita a la tía Robin.
Sólo Lily y Marshall terminan su días como todo sesperábamos, al borde de la fusión molecular, mientras que a Barney le sale una hija por la manga del traje y Ted, convertido en un venerable viudo, por fin se siente libre para estar con la que siempre fue la mujer de su vida. Desde luego, nadie puede acusar a los guionistas de falta de valentía, atreviéndose a romper con una idea que llevaba años preconcebida en la mente de su audiencia.