¿Lo oléis? Es el olor a putrefacto del nuvo cadáver de la ABC. Y es que no han podido tener mejor idea que llevar a la pequeña pantalla otra vez a Los Ángeles de Charlie recogiendo a su paso afiladas críticas y preocupantes datos de audiencia. Lo cierto es que esperaba algo tan atroz que por sorpresa me he encontrado con algo aún peor, y no es otra cosa que aburrimiento. Y es que un piloto puede ser mejor, peor, o tan malo que te permita reirte a su cosa. Pero si lo que te encuentras en el primer episodio de una serie es el tedio más absoluto, mejor apaga y vamonos. Por si aún no os ha quedado claro, el análisis del piloto tras el salto.
Todos tendremos en la retina la versión cinematográfica que Drew Barrymore, Lucy Liu y Cameron Díaz nos trajeron por partida doble para disfrute de muchos. Es indiscutible que las películas eran malas a rabiar, pero también es innegable que eran tremendamente divertidas gracias a que sabían llevar el tono jocoso sin llegar nunca a tomarse en serio. Eso, y que las escenas de acción tenían su miga porque eran una absoluto despropósito.
Sin embargo, la versión para la pequeña pantalla poco o nada tiene que ver con la protagonizada por la polifacética Drew Barrymore, que también se encarga de producir la serie. Las nuevas caras de este proyecto son Rachel Taylor, Annie Ilonzeh y Minka Kelly. A esta última muchos la recordaréis por participar en la entrañable Friday Night Lights, y he de añadir que llegué a odiar tanto su personaje que me es imposible ver a la actriz sin expulsar ningún improperio hacia su persona. Algo similar a lo que me pasó con otros cuantos personajes de la televisión como Sookie de True blood, la animadora de Héroes o la insufrible Gemma de Sons of Anarchy.
Volviendo al tema en cuestión, el remake de Los Ángeles de Charlie no nos cuenta nada que no nos hayan contado ya con anterioridad. De hecho, la única novedad es la muerte de uno de los Ángeles como punto de partida, lo que llevará a encontrar a una nueva agente (Minka Kelly) para el siempre reservado Charlie, y por supuesto, la venganza en el clásico caso procedimental de una serie que seguirá esta tónica semana a semana. Estamos ante un producto que sigue la misma temática que El Mentalista o Mentes Criminales con la diferencia que en esta ocasión tenemos a un grupo de chicas buenorras paseándose por la pantalla con dosis de humor más bien justitas.
De hecho, lo más sangrante de este mal comienzo es sin duda la carencia absoluta de dicho humor, sin duda, debido a unos personajes que parecen sacados de la fábrica de la Stacy Malibu abstinentes de cualquier chispa o genio, ¡Y ya no hablemos de carisma! Planes chorras, disfraces aún más ridículos y escenas de acción más pobres que los monólogos de Anabel Alonso es lo que está nueva versión insípida de uno de los mitos televisivos nos trae de nuevo en su resurrección ABC. ¿Habrán fichado a los mismos guionistas del remake de Cheers?