En el olimpo de la historieta española habitan dos parejas diametralmente opuestas. Los lampiños Mortadelo y Filemón siempre han ocupado la posición predominante, pero a muy corta distancia el imaginario colectivo ha colocado las pobladas melenas de los hermanos Zapatilla; Zipi, el rubio, y Zape, el moreno. Los traviesos gemelos siempre fueron a la zaga de los espías de la T.I.A. en el terreno audiovisual, aunque acaban de dar alcance a sus chapuceros colegas. Recién entrado el siglo XXI disfrutaron de una serie de televisión obra del rey midas de la animación patria, Claudio Biern, dejando su re debut en la gran pantalla (tras un fallido intento en 1982) para 2013 con una adaptación de acción real que sorprendió debido a la calidad del producto final. Una muy entretenida película destinada a público infantil y juvenil que no descuidaba a la audiencia más nostálgica.
Zipi y Zape la han liado muy gorda. Después de reducir a cenizas una juguetería han de acompañar, como castigo, a sus progenitores a una misteriosa isla donde el paterfamilias, Don Pantuflo (inspirado Jorge Bosch), espera publicar su último libro.
En esta segunda incursión, idéntico equipo de producción, mismo director y una intención continuista, pese al cambio de protagonistas, en cuanto a la trama y al acabado de un trabajo que ambiciona superar a su predecesor. El guión rezuma grandes dosis de fantasía, y si bien toma ideas ya existentes en la fallida traslación al cine del cómic La liga de los hombres extraordinarios, consigue voltearlas en un muy interesante giro para lograr lo que al otro lado del charco no fueron capaces: captar la atención de la concurrencia e ilusionarla, sea cual sea su edad, gracias a una mezcolanza de referentes con forma de apasionado homenaje a la literatura de aventuras, a sus inmortales criaturas y a sus imperecederos creadores.
Por más que los diálogos busquen las más de las veces la complicidad adolescente, los más veteranos nos vemos agasajados con guiños que nos llevan de vuelta a aquellos maravillosos años, y que van desde Karate Kid a Pipi Långstrump, le piden algún elemento prestado a El show de Truman, se dan un garbeo por Regreso al futuro e incluso se atreven a parafrasear literalmente aquel infausto 23F.
Si a esta historia la vestimos con los atractivos ropajes del vestuario confeccionado por Sonia Grande, agregamos una dirección artística que aúna la espectacularidad de los escenarios naturales con la desbordante imaginación de los diseñados expresamente para la cinta, los fotografiamos de manera brillante añadiendo impactantes tomas aéreas, complementamos el conjunto visual con unos efectos especiales a la altura, lo dotamos de un montaje ágil que, como único pero, deja un pequeño valle de interés mediado el filme, y ponemos la guinda al pastel a través de una banda sonora de aire sinfónico que combina épica y misterio, redondeamos una factura técnica que nada tiene que envidiar a propuestas similares que nos llegan desde allende los mares, obteniendo un entretenimiento muy recomendable y refrescante para esta inmisericorde canícula.
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Zipi y Zape y la isla del capitán
Dirección: Oskar Santos
Guión: Jorge Lara y Oskar Santos, a partir de personajes creados por José Escobar
Intérpretes: Teo Panell, Toni Gómez, Elena Anaya
Música: Fernando Velázquez
Fotografía: Daniel Sosa Segura
Duración: 105 min.
España, 2016