El segundo capítulo de esta nueva temporada de Expediente X se estrenó casi sin dar lugar a digerir el primero, así que yo me tomé mi tiempo para verlo con tranquilidad.
Si alguno se está preguntando de dónde he salido yo o qué me pareció el 10x01 le invito a que antes de seguir haga click aquí.
La premisa de “The Founder´s Mutation” es de una simpleza apabullante: uno de los trabajadores de una empresa se ha suicidado inexplicablemente mientras trataba de robar datos clasificados y nuestros protagonistas son llamados a escena.
Me ha extrañado un poco que no se mencionara nada sobre la reapertura de los Expedientes X, de repente Mulder y Scully están de nuevo trabajando allí y punto. Tienen ya hasta su antigua base de operaciones llena de documentos, ordenadores y demás. Quizá se me escapara algo, pero se me ha antojado un poco deus ex machina.
Durante todo el episodio se hace más que patente la enorme compenetración que existe entre la pareja protagonista, a pesar de haber estado separada durante más de diez años. Llama la atención además su aparente indiferencia ante su historia fuera del trabajo, todo un alarde de profesionalidad. Es cierto que no conozco los motivos de su separación ni exactamente el momento en que ocurrió, pero me parecía interesante comentarlo.
El villano de turno, el doctor Agustus Goldman, es una figura envuelta en el misterio durante la primera mitad del episodio, una especie de benefactor de los niños enfermos con una cierta tendencia a la misantropía. Una vez lo conocemos se desmitifica casi al instante, apareciendo como un científico que se ve por encima de los demás y con un sentido de la ética un tanto desviado, que exhibe a sus pacientes ante las visitas como haría un guía en un zoológico.
Además conforme avanza el episodio se descubre que el buen doctor es un elemento de mucho cuidado, que experimentó con sus dos hijos cuando estos aún se encontraban en el útero de su mujer, a la que acusó falsamente de matar a su segundo hijo para poder seguir disponiendo de su hija, Molly, como sujeto de pruebas.
Charles Xavier los querría en su escuela
Molly y su hermano Kyle me han parecido demasiado poderosos, el simple hecho de tener (supuestamente) ADN alienígena desde antes de su nacimiento permite a Molly tanto respirar bajo el agua como tener habilidades telepáticas y psicokinéticas. De Kyle ya ni hablemos, porque aún en el vientre materno fue capaz de manipular mentalmente a su madre para que se practicara una cesárea a si misma.Evidentemente si sólo hubieran tenido las orejas un poco picudas y una membrana nictitante en los ojos no habría episodio, pero quizá este tipo de cosas es lo habitual en la serie.
El episodio ha tocado un poco de refilón el tema de la homosexualidad, uno de más actualidad hoy día, sobre todo en Estados Unidos, donde no hace ni un año se aprobó la ley que autorizaba los matrimonios entre personas del mismo sexo. Si bien no se ha profundizado mucho en ello me parecía importante señalar la absoluta normalidad con la que se ha tratado, aparte que ha dado una de las escenas más cómicas del capítulo (puede que la única) con la interpretación que le da Gupta a la palabra “charlar”.
Otro de los temas que se han abordado ha sido la maternidad y lo que significa perder a un hijo o verse forzado a sacarlo de tu vida, sea por el motivo que sea. Podemos ver el gran autocontrol y profesionalidad de Scully cuando no deja que una situación que ha vivido tan de cerca le haga perder la perspectiva del caso, lo cual teniendo en cuenta que Kyle y Molly pueden reflejar perfectamente el estado de William en la actualidad es algo encomiable, también por parte de Mulder, claro está, aunque él parece menos afectado.
Aunque en un primer momento me desconcertó al no estar seguro de a qué edad dieron en adopción a William, las secuencias oníricas de Scully y Mulder con su hijo me han parecido todo un acierto, ya que utilizando situaciones que nunca llegaron a ocurrir y prácticamente casi sin ningún diálogo se profundiza en el carácter de ambos protagonistas, así como en sus miedos más profundos, el de Mulder que los alienígenas se llevaran a su hijo al igual que hicieron con su hermana, y el de Scully que William fuera un híbrido por culpa de su ADN alienígena.
Mulder siempre se lleva un regalito de la escena del crimen
El final me ha parecido apresurado, tirando a flojo. Después de todo lo que se forma en un hospital del Departamento de Defensa, con al menos una paciente en paradero desconocido y el hombre a cargo asesinado llega Skinner y dice que se acabó, que ya no tienen jurisdicción allí. Estos roces entre secciones son una constante en los procedimentales, así que tampoco puedo quejarme mucho. Además las tendencias cleptómanas de Mulder en las escenas del crimen parece que nos aseguran que volveremos a saber de Kyle y Molly.
En resumen, ha sido un episodio muy interesante y lo he disfrutado bastante, pero aparte de alguno de los pequeños problemas que he comentado arriba creo que le ha faltado algo de conexión con el anterior, que dejó muchas cosas en el aire que ni siquiera se han mencionado en este, por lo que doy por hecho que la temporada seguirá a pequeña escala el esquema de cualquier procedimental.
¿Qué os ha parecido el episodio? ¿Ha estado a la altura de lo que se esperaba del ansiado regreso de la serie? Esperamos vuestros comentarios.
P.D.: Supongo que no será un secreto para nadie, pero la película que Mulder querría ver con su hijo es 2001: Una odisea en el espacio (1968).
Vrahos (@VrahosSDC)