Crítica Del 1x05 "None The Wiser" De The Resident: Chaos And Blame At The Chastain

Publicado el 28 febrero 2018 por Dro @Drolope

Tras tres semanas de parón por los Juegos Olímpicos de invierno, The Resident ha vuelto con un episodio lleno de catástrofes, gente lavándose las manos –tanto de manera literal como metafórica– y unas cuantas semillas que pueden germinar en algo interesante. Si queréis saber qué me ha parecido todo esto, no dudéis en seguir leyendo.

"Todos los focos hacia mi persona"

El episodio comienza con Mina en nuestro foco de atención al ser una de las ponentes en uno de estos eventos que se montan sobre mortalidad y morbidez, para así que todo el mundo aprenda de los errores y llevar a cabo un mejor trabajo. Al parecer, alguien ha sido la víctima de un error médico garrafal que podía haberse evitado. Para ir viendo quién será el desafortunado, nos vamos a 12 horas antes de todo lo ocurrido y nos presentan a tres pacientes muy diferentes. Por un lado, tenemos a un chico joven, Ed, con su pareja que tiene un testículo atrofiado y tienen que quitárselo –a él no le hace mucha gracia; el comentario de ella es maravilloso–. Poco a poco, vemos cómo con la ayuda de su pareja el chico se toma la noticia un poco mejor y ve la cara más amable de toda la situación. Por otro lado, tenemos a una madre, Christine, con su hijo, quien no quiere quedarse más tiempo en el hospital por temor a que la echen de su trabajo. El hijo insiste porque ve que su madre no se encuentra bien y no quiere que le pase nada mal. Finalmente le diagnostican un aneurisma aórtico abdominal que pueden romperse en cualquier momento y hacer que se desangre internamente. Por último, está York, uno de los pacientes habituales del Chastain y uno de los más queridos. Creo que la razón queda bastante clara: York tiene la costumbre de meterse cosas por el ano y luego ir de visita al hospital a que se las extraigan. Hasta Irving tiene una base de imágenes con todas las ocurrencias de York. Aunque esto parezca mentira, es totalmente real –un familiar mío médico me lo comentó hace tiempo y yo me quedé con la mandíbula en el suelo–. Da la sensación de que la manera en la que los médicos hablan sobre York puede resultar un poco irrespetuosa pero, os hago la siguiente pregunta: ¿de verdad creéis que los médicos no hablarán así entre ellos sobre sus pacientes y las excentricidades que hacen? Dicho esto, la pesadilla que se ha dado en este episodio comienza cuando el Dr. Bell le pide a Bradley, uno de los residentes random que nos encontramos por el hospital, que le asista durante una operación que tiene después en el día. El fallo garrafal está en que Bradley acaba de terminar un turno de treinta horas y que se cae de sueño por las esquinas. Nic se lo comenta a Bell, pero este pasa de ello como de comer mierda, que va mucho con su estilo. Ante esto y la atónita mirada –aunque tampoco le parece ya extraño– de Conrad, tanto él como Nic se movilizan al ver que Randolph va a operar tanto a Christina como a Ed y no quieren perder a ninguno de los dos. Esto nos lleva a un concurso para ver quién la tiene más larga entre Conrad y Jude, quien parece salir victorioso en este primer asalto. El Dr. Silva operará a Christine pero Bell tendrá otra operación, la de York, ya que la extracción de la botella de sirope por parte del Dr. Pravesh no fue tan exitosa y se dejó la corona que lleva la botella dentro. En este episodio, en vez de ver una operación, vemos cuatro –había que paliar las que no habíamos visto durante el parón–.

A Mina no le da la vida

A excepción de uno de los pacientes que se quedan en la mesa de operaciones y que no es ninguno en los que nos han presentado tan detalladamente, la peor parada de todo este percal ha sido Mina. Si Randolph no hubiese metido a Bradley en el quirófano, este se hubiese ido a su casa a descansar –que es lo que tenía que haber hecho– y no se hubiese desmayado llevándose con él medio intestino. Pero, claro, por sus santos huevos que tiene que hacerse lo que él diga poniendo en peligro a los pacientes. También, si Randolph aceptase de una puta vez que no está en condiciones para operar y se retirase, Mina no tendría que estar haciendo de niñera o realizando las operaciones que el Dr. Bell haría si estuviese en óptimas condiciones. Mina lo ha hecho lo mejor que ha podido, ha dado todo de sí para que los tres pacientes sobrevivieran si tenemos en cuenta las estadísticas preocupantes de Bell que los doctores y parte de los enfermeros ven, pero los mandamases parece que no. Sí que es cierto que la Dra. Okafor ha cometido un error muy grave al extirparle el testículo bueno a Ed–lo cual es denunciable y ya veríais el puro que le caería al hospital, con o sin disculpas de por medio–, pero si tenemos en cuenta en caos que había, que todo saliese finalmente bien sería más una fantasía que una realidad. A pesar de todo, la concatenación de escenas en los quirófanos me ha parecido trepidante, lo he pasado mal y, al mismo tiempo, no podía despegar los ojos de la pantalla. Me ha parecido maravilloso y creo que en The Resident saben jugar muy bien con los ritmos de la narración. De vuelta al evento con el que abríamos este episodio, me ha gustado mucho que Mina reconozca que es responsable de lo que ha pasado, porque ese error es suyo, aunque me duela, y creo que ser consciente de lo que ha hecho mal la convierte en una mejor doctora que el Dr. Bell, a pesar de que éste tenga muchos más años de experiencia. Hay que ser muy valiente para cargar con esa responsabilidad, algo que no lo ha sido en absoluto Randolph. Esto se puede ver muy bien en su rifirrafe con la Dra. Leonard. El tipo de va por las ramas con todo el tema de Mozart y Haydn para, simplemente, excusarse. Estoy de acuerdo en que Mina no estaba preparada, pero para esa cantidad de presión, no para el procedimiento, pues no solamente estaba realizando su operación, sino otras dos más ella sola, lo que me parece demasiado para una residente sea del año que sea.

Con estos mareos se le
va a atragantar la pastilla

Siguiendo con el Dr. Bell y, profundizando un poco más en él, hemos visto que las pastillas están mostrando sus efectos secundarios, como los mareos. Esto es totalmente inaceptable en cualquier cirujano. No está en condiciones de realizar su labor, él lo sabe y no se baja de la burra. Esto conlleva que se vaya llevando a gente por delante, como Mina, quien ha lidiado con toda la catástrofe de las operaciones concadenadas. Si ya es un peligro una sola operación en manos de este señor, como para darle más de una al mismo tiempo. Terrible. Una de las cosas buenas de ese rifirrafe del que he hablado antes con la Dra. Leonard es que esta ya se está oliendo que algo no está bien. Esto la convierte en la segunda víctima y peor parada que Mina. Mientras que Okafor va a seguir en el hospital, Leonard no. “Cuando un doctor cuestiona las prácticas de este hospital y de sus médicos, como lo que está haciendo la Dra. Leonard, tiene un efecto perjudicial”, dice Bell. Con ese “Considéralo hecho” de parte de Claire Thrope tengo suficiente para ver, una vez más, que todo esto es una mafia de mucho cuidado. Por un comentario anterior, diría que Claire no sabe nada de lo que pasa con Randolph, es más, creerá que sus estadísticas son gajes del oficio o una mala racha. Pero, el día que lo sepa, me inclino más por que va a taparle y, si realmente le invita a irse, hacerlo de una manera natural, como si a Bell le acabase de caer una lotería pirándose, que por echarle directamente dejándolo en evidencia delante de todo el mundo.

Ese gesto me ha hecho
rechinar los dientes muchísimo

Otra que parece llevar su propia mafia es la Dra. Hunter. Tras su visita a la clínica de ésta, Nic le comenta sus averiguaciones a Conrad. Las altas dosis de quimio son bastante preocupantes, algo que no le llama la atención en absoluto a Hawkins, quien se dedica a darle un ejemplo a Nic de que el protocolo tan personalizado de Hunter es lo que ha mantenido vivo a un tío al que sólo le daban tres meses de vida. La preocupación viene a raíz de Lily, quien se encuentra peor de lo que la vimos en el anterior episodio. Esto lleva a Nic a preguntarle si no ha considerado una segunda opinión, cosa que Lily rechaza. Sin embargo, los últimos movimientos de la enfermera no han pasado desapercibidos para Lane. La conversación, o mejor dicho speech, que tiene con Nic me ha parecido asqueroso, aunque comprensible porque, quién no quiere proteger su guita, ¿verdad? El trato condescendiente al ponerle las manos en los hombros por casi me hace potar y esa promesa de joderle la carrera como enfermera me ha parecido de mafia absoluta. No voy a negar que las conversaciones tan con el cuchillo afilado me dan un poco la vida, pero estoy con Nic en que aquí hay gato encerrado y que hay que averiguarlo cuanto antes. ¿Realmente es que “cuanta más quimio, más pasta” o hay alguna otra razón por la cual las dosis sean tan sumamente altas? Tengo curiosidad.

Padre vs hijo. FIGHT!

Por quien también tengo curiosidad es por los nuevos detalles que hemos conocido de Conrad. Mientras que en su vida profesional no ha habido mucho movimiento, sí que lo ha habido en la personal. Gracias a su conversación con Nic hemos sabido que sus padres se separaron, su padre “le mantuvo separado de su madre”–esto me ha parecido muy fuerte–, que ésta murió y que odia a su padre. Matt, hijo mío, ¿por qué todos tus padres ficticios son lo peor? Lo que no sabemos es de dónde viene ese odio. La palabra “odio” en sí me parece muy fuerte y que sientas eso por tu progenitor, para mí, significa que esa persona te ha hecho algo muy gordo. ¡No puedo esperar a que nos lo digan! Una cosa que me ha dejado sorprendida es esa revelación al final del episodio. Mientras que, por un lado, tenemos a Conrad viendo cómo Jude y Nic se van juntos en el coche de él –triángulo amoroso a la vista. Con ese “Que empiece el juego” por parte de Jude en el tercer episodio, esto ya se olía desde lejos–, lo cual no le va a hacer ni puta gracia a Conrad, dado que sigue luchando por ella, por otro tenemos LA revelación. Aquel inversor random que se estaba interesando por el Chastain y a ver dónde podía destinar su dinero –“Yo apuesto por el caballo ganador”. Ya con eso me da un poco de repelús, para seros sincera– es en realidad el padre de Conrad. Esta es otra cosa que tampoco le va a hacer gracia y ya veremos cómo lidia con todo esto. Por lo que nos deja entrever el adelanto del siguiente episodio, personalmente me va a tener comiendo de su mano porque mi atención la tiene totalmente.

Pobre Devon. No gana para disgustos

Por último, en este nuevo capítulo de “¿Qué putada le podemos hacer hoy a Devon?” está el de sacar objetos del ano de York. El pobre ha servido más como recurso cómico para aliviar la tensión que se estaba construyendo que para otra cosa. También hemos visto cómo ha reaccionado ante la mala crítica que el paciente le ha hecho. Por la cara que ha puesto Conrad, me da que todos han pasado por lo mismo y esto era una especie de bautizo para el Dr. Pravesh. Un detalle que me ha llamado la atención es que, mientras que, en el anterior episodio, Devon había compartido quirófano con el Dr. Bell y había quedado aparentemente conquistado por él, ha sido con la conferencia centrada en el error de Mina lo que ha hecho que desaparezca cualquier simpatía que pudiese tener por el veterano doctor, lo cual me alegra bastante. Espero que se quiten a Randolph del medio en algún momento o la mala leche va a hacer que me explote una vena.
En general, el episodio me ha gustado bastante y este parón había aumentado mis ganas de ver el nuevo episodio. Como he dicho anteriormente, la concatenación de las escenas en los quirófanos me ha gustado una barbaridad y me ha tenido con los ojos pegados a lo que estaba pasando. Me ha resultado muy interesante la variedad de casos que nos han presentado y los pequeños pasos y revelaciones que nos van mostrando ayudan a que me guste mucho más la serie. Ha habido un detalle que me ha descolocado un poco –aunque para bien– y es que parece que Mina se dedica a coser y hacerse su propia ropa cuando no está en el hospital. ¿Realmente es un hobby o es un segundo trabajo porque no llega a fin de mes? Si es lo primero –eso parece más un piso pequeño que un taller de sastrería–, nunca hubiese pensado que tendría ese hobby pero, viendo el final del episodio, sólo puedo decir GO GIRL! –y “Wakanda forever”. Si habéis visto Black Panther, recordaros que Shaunette Renée Wilson forma parte de la Dora Milaje de 1992. Si no lo habéis hecho todavía, os aconsejo no parpadear porque a lo mejor os la perdéis–. Si es lo segundo, lo entendería perfectamente. El adelanto del nuevo episodio sólo ha hecho que mi hype aumente y no pueda esperar a que llegue.
Por mi parte nada más excepto animaros a que dejéis vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio. ¿El parón le ha sentado bien o ha hecho que vuestro interés por la serie decaiga? Contadme en el apartado de comentarios.
¡Hasta la semana que viene!
P.D: ¿Os habéis fijado en cómo se le hinchan las venas del cuello a Matt cuando parece que está enfadado? Es mi María Patiño particular, pero más guapo.P.D.D: “¿Has puesto esta canción porque soy negra?”. Mira, tía, te como la cara.P.D.D.D: Las radiografías con los objetos me han parecido LO MÁS. Me lo he tomado como una especie de juego a ver si acertaba qué eran los objetos.

Irene Galindo (@MissSkarsgard)