Navidad, una época de consumismo, de compartir con la familia, de paz, de reconciliación, de reflexión, de comer, de parones y de ver los especiales de las series, aunque quizás estas palabras ya llegan un poco tarde. Pero bueno, más vale tarde que nunca, así que aquí mi crítica al 1x09 “I is for Ill Communication” de A to Z.
Como ya se puede deducir, la relación entre Andrew y Zelda se está haciendo cada vez más oficial y del “te presento a mis padres” han llegado al “pasemos las navidades juntos”. Y, aunque la Navidad se supone que es una época para pasarla con la familia, que estos dos tortolitos decidan pasarla juntos es puro amor, es puro #Zeldrew (se aceptan sugerencias).
Y, como ya he dicho, la Navidad está reinventada para comprar. Y esto sí que es problemático. Siempre hay unas ciertas preguntas que no se logran resolver hasta el último día, por ejemplo: ¿Será el regalo que yo he comprado penoso? ¿Será el regalo que yo le dé perfecto y el suyo pura basura? No hay cosa más dura que esa, lo prometo. Por eso, Stephie (ayudando a Andrew) y Stu (ayudando a Zelda) entran en acción. Y, aquí es donde se lía.
Como siempre ocurre en esta serie,planteada la situación, planteado el problema. Una cosa que verdaderamente no entiendo es que Andrew le cuente a Stephie que no quiere pasar las vacaciones con Zelda y no se lo haya dicho previamente a Stu, lo mismo por parte de Zelda. ¿Acaso no debes confiar más en tu mejor amigo que en la mejor amiga de tu novia? Pues, al final, se acabarán enterando con la segunda opción. O, tal vez, dándole una vuelta más a la tuerca, Andrew y Zelda querían sincerarse indirectamente, porque no poseen el valor suficiente para decirlo a la cara (malo, malo).
Aún así, aunque haya comentado que es genial que pretendan pasar las Navidades juntos, veo totalmente normal que quieran pasarlas con su familia, pues también los echarán de menos, digo yo. Además, estar por obligación no es agradable en ninguna situación. Y quizás, si los dos se hubieran sincerado desde un principio, no habría pasado nada, pero dejar una situación de lado siempre lo empeora todo. Advertencia: Nunca dejéis las cosas de lado.
Y, como pasa en todas las situaciones (ya sea una guerra mundial o una pelea entre amigos), llega el momento en que una gota colma el vaso, en este caso la gota es la cuestión de abrir los regalos un día antes de Navidad. Así, acumulando un poco más de valor gracias al “asqueroso” ponche preparado por Zelda, la verdad sale a la luz y, aunque sea duro en ese momento para ambos, todos sabíamos que esto iba a pasar.
Pero bueno, si algo me encanta de esta serie es que siempre hay un final feliz. Da igual que se hayan peleado, irse cada uno por su lado es lo correcto y lo saben. Por eso, el final del episodio acaba con un momento perfecto en el aeropuerto que concluye con un beso para el recuerdo *aplausos*. Para ponerle pegas, admito que no me gusta el enfoque que hacen a las caras de los protagonistas, excesivo.
En este capítulo hemos conseguido ver más separados a Andrew y Zelda, temiendo que el día en que rompan llegará muy pronto. Cosas de que la cadena haya cancelado a la serie, ya sabéis. Aún así, por lo menos nos están preparando para lo que viene, esperemos que no hayan muchas lágrimas.
Stu y Stephie nunca han sido más imprescindibles. Han conseguido entablar cada uno mejor relación con el novio y la novia. Además, Stephie no me ha dado ningún motivo para que la odie y Stu, como Papá Noel, da la vida. En serio, 'A to Z' no sería nada sin este pelirrojo, son tantas sus estupideces a lo largo de los capítulos que, al final, es de lo mejorcito de la serie.
La serie va por el buen camino, sin perder esencia. Los personajes secundarios gustan cada vez más, incluso de los que no he hablado hoy y los principales, como no, son geniales (sobre todo Cristin, sobre todo ella). Y he de pensar que, cuando se vaya esta serie, la echaré de menos seguro.
Adrià (@wieder_blutbad)