Pese a que las series policíacas que muestran tramas repetitivas no han conseguido nunca seducirme, The Blacklist ha conseguido embelesarme por varios motivos, aunque el principal es mi adoración hacía el personaje de Raymond Reddington.
La primera temporada, que contaba la trama de un criminal que se entregó a la policía para ofrecerles una lista negra de delincuentes a cambio de protección, se introdujo como una trama principal interesante, sobre todo por el hecho de que éste criminal sólo quisiera colaborar con Elizabeth Keen, una novata criminóloga.
Pero a partir de este episodio piloto, empezaron a surgir una serie de tramas que envolvían, desde la traicción del marido de Keen, a la posible relación paternal de ésta con Reddington, que produjeron que la serie captara el interés del espectador por conocer todos los misterios principales que van surgiendo a medida que el FBI se encarga de la lista negra proporcionada por Red.
A pesar de ello, la serie no hubiera tenido tal éxito sin la presencia de Reddington. Se trata de un criminal que emite tal seguridad y tranquilidad en cualquiera de sus actos, ya sean sensibles, dramáticos o malvados que todo él produce una mezcla de terror y fascinación del que es difícil escapar. Su carisma es tal que incluso empequeñece al resto de interpretaciones, sublevándolas a la suya propia. Su protagonismo es del todo innegable.
Ya hecha una pequeña valoración de la serie que no he podido evitar, procedo a criticar su vuelta en la segunda temporada, la cual me ha dejado con un buen sabor de boca. Vayamos por partes.
Elizabeth, se encuentra en este capítulo de lo más dispuesta a colaborar con Red para conseguir encontrar a Berlín y acabar con él, lo que nos lleva al siguiente número de la lista, Lord Baltimore.
Lord Baltimore resulta ser una mujer de lo más peculiar, puesto que tiene un trastorno de personalidad múltiple con su hermana gemela muerta, por la cual puede por un lado, ser una mujer propensa al asesinato y sin escrúpulos, a otra que parece que nunca haya roto un plato.
Pero Baltimore, solo es una parada en el verdadero plan de Berlín, que es el secuestro de la ex mujer de Red (Naomi), que parece ser que la usará como venganza hacía lo que le hicieron a su hija. Esto, se observa en que al final del episodio podemos ver el dedo de Naomi en una cajita, por lo que las intenciones de Berlín se basan en desmenuzarla poco a poco para poder ver sufrir a Red.
Desde luego que esta mujer no sabía dónde se metía cuando se caso con Raymond, porque pobrecita. De igual manera, creo firmemente en las capacidades de Red para acabar con Berlín, pues son capacidades que ha ido demostrando continuamente en la serie.
Como punto positivo, me ha alegrado la vuelta de Harold Cooper como jefe del grupito del FBI, ya que como bien afirman continuamente en el capítulo, el sucesor que les habían puesto parecía bastante incompetente. Y además, Cooper, pese a ser su jefe muchas veces se muestra como la figura paternal de Keen, a la cual, debido a los continuos rompecabezas de su vida, la hace falta una persona fiel a su lado.
En definitiva, en mi opinión, parece que The Blacklist está en camino de ofrecernos una segunda temporada muy intrigante que resolverá misterios sobre la vida de Red, el cual es el personaje más misterioso de la serie. Espero que en esta temporada ya se observe lo que pasó en su pasado y qué le llevó a ser un criminal de tal índole.
- Eva Bel.