Por fin, tras tantísimo tiempo de espera, Outlander ha vuelto con la promesa de seguir creciendo y mejorando pero, al mismo tiempo, con la certeza de que va a ser más dolorosa que nunca. El 3x01 "The Battle Joined" asienta las bases de una nueva dinámica narrativa que le ha sentado de maravilla: con ese ingenioso relato a dos voces hemos sabido de las vidas separadas de Claire y Jamie... vidas cargadas de tristeza y melancolía, pero también de esperanza. La genialidad de este episodio es la forma en que recoloca todas las piezas, en que hace ver a ambos que hay luz al final del túnel y que, quizá, puedan volver a ser felices... o, al menos, encontrar otra felicidad. Un nuevo comienzo.
¡Spoilers del episodio!
Siempre lo he dicho: creo que Outlander tiene una magia especial. Me asombró desde el principio, y me sigue asombrando, la facilidad que tiene para transmitir emoción; a veces, incluso sin palabras, solo con primeros planos de los rostros de sus actores. Y ni qué decir tiene que Caitriona Balfe y Tobias Menzies son excepcionales, pero "The Battle Joined" vuelve a demostrar el gran talento del pilar de esta serie más infravalorado. He leído más de una vez críticos acusando a Sam Heughan de ser el actor más limitado, pero en "The Battle Joined" vuelve a demostrar de lo que es capaz, y que es mucho más que un maromo super macizo (que también, pero no solo eso. Se me entiende, ¿no?).
Los primeros minutos del episodio, sin duda los más épicos y espectaculares visualmente, nos transportan a uno de los momentos decisivos en la vida de Jamie. Él es, como no podía ser de otra forma, quien derrota a Black Randall. Y estando ahí tumbado, aplastado bajo el peso de Randall en esa especie de abrazo de muerte, es cuando Jamie se prepara para dejarse ir al ver esa preciosa imagen onírica de Claire. "¿Estás vivo?", le pregunta. Y probablemente la respuesta esté más cerca del no que del sí. Durante "The Battle Joined" tanto él como Claire están más muertos que vivos, dejándose llevar más que viviendo. Serán Jenny, por una parte, y Brianna y Frank, por otra, quienes eventualmente les rescaten de ese pozo.
Me ha gustado mucho cómo Outlander ha manejado los contrastes entre la resaca de Culloden en Escocia y la nueva vida de Claire en Boston. Tal vez en algún momento hayan podido "chirriar" un poco esos grandes cambios, la oscuridad de la historia de Jamie y la frialdad de la de Claire, pero en general he sentido la historia muy fluida, aunque brutal; era como ver un muerto en vida, aún caliente, y otra muerta en vida, pero mucho más aletargada y fría. La forma en que Claire se contiene ante el jefe de Frank nos da una panorámica precisa de la nueva mujer que es ella: una mujer resignada, soportando una carga (la de callar... en todos los sentidos) demasiado pesada e injusta para ella.
Pero quizá lo mejor de Outlander sea su gran sensibilidad, la forma en que nos hace comprenderles a todos. Por supuesto que Claire ha sido horrible con Frank, pero nosotros podemos sentir su dolor y la tormenta que le arde dentro, muy por dentro, como si fuera nuestra. Hemos estado ahí en cada paso del camino. Y, sin embargo, también entendemos a Frank, que sufrió al perder a la mujer de su vida durante dos años, y que quiere volver a tenerla a toda costa. Es mucho más tarde cuando comprende que no sirve de nada tenerla si es como un fantasma, pero el nacimiento de Brianna supone una nueva oportunidad para todos, para ser una familia feliz de nuevo. Aunque esa escena final con tantísima mala leche ("¿de dónde le viene el pelo rojo?"), nos hace ver que no será tan fácil...
Creo que "The Battle Joined" ha sido un gran estreno de temporada. No me ha terminado de entusiasmar; quizá por ser un episodio demasiado "apagado", demasiado oscuro, predecible en general y algo denso en las tramas de Boston, pero en conjunto me ha parecido realmente bueno, lleno de esa inteligencia emocional que Outlander maneja tan maravillosamente bien. Esta tercera temporada, visto lo visto en esta correctísima carta de presentación, promete ser una de las más complejas e interesantes, con más saltos en el tiempo (y en físico) que nunca... el viaje sigue, cada vez enredándose más y más, pero todavía con esa emoción y ese sabor agridulce que Outlander expresa como nadie.
¿Qué os ha parecido a vosotros? La sección de comentarios, como siempre, es vuestra. Me encantará debatir con vosotros. ¡Hasta la semana que viene, sassenachs!
PD: Outlander, por si fuera poco, nos sigue enseñando Historia. Tal vez os perdisteis un poco en la charla sobre política si no conocéis la historia estadounidense. Harry Truman, que tomó el relevo como presidente temporalmente tras la muerte inesperada de Roosevelt (era su vicepresidente), se enfrentaba a Thomas Dewey, del partido republicano, para elegir un nuevo presidente por las urnas. Y lo cierto es que Truman, como se da a entender, era el menos favorito. Su victoria fue una de las más inesperadas de toda la historia yanqui... muy pocos la vieron venir. Los aficionados a la política del momento le descartaban por completo.
La intervención de Claire, muy aguda, pone de manifiesto una gran verdad: que Truman tenía más apoyos de los que se creía. Sin embargo, el jefe de Frank censura su opinión y se burla de ella, siguiendo la tónica general del episodio, que hace una crítica feroz a la situación de las mujeres en los Estados Unidos de la posguerra, despreciadas y relegadas al ámbito doméstico. Por suerte, sabemos que a Claire nadie le toca el coño. Dudo que aguante mucho más callada.
PD2: ¡QUE OUTLANDER HA VUELTO!
Isidro López (@Drolope)