El capítulo comienza, por fin, en Storybrooke, justo donde lo dejamos la temporada pasada, en el momento en que Belle se quedó a cargo de la ciudad tras el secuestro de Henry. Curiosamente, sitúan este momento cinco días atrás de la actualidad, y lo cierto es que no se me había ocurrido pararme a pensar cuánto tiempo llevaban nuestros personajes rondando por Neverland. (También me gustaría saber cuánto tiempo ha pasado desde que Henry fue a buscar a Emma a su piso en Boston, ¿alguna idea?)
Hola, soy Ariel, y soy adorable.
Esta semana, Belle ha tenido gran protagonismo porque Rumple, que confía ciegamente en ella, le encargó hacer un hechizo para proteger la ciudad de los siguientes “malos” que aparecerían en escena, y el hechizo no era otra cosa que una cúpula a lo Under the Dome que actuaría como escudo para ocultar la ciudad. Además, volviendo a la actualidad, Ariel llega a Storybrooke para buscar el objeto que Regina y Rumple le habían encargado para derrotar a Peter Pan: la caja de Pandora. Los “malos” no resultan ser tan malos: son John (un hipster del que se ha hablado mucho) y Michael, los hermanos de Wendy, que está retenida en Neverland y quieren salvarla, y al final Ariel y Belle, después de unas pocas peleas por la caja con los hermanos, consiguen enviar la caja de vuelta a Neverland. Así todos salen ganando: Belle sabe que Rumple está vivo, los hermanos, que también quieren derrotar a Pan, podrán conseguirlo y Ariel gana sus piernas para usarlas a placer (¡sobre unos taconazos que lleva mejor que yo!)Por último también está el influenciable Henry, al que Pan le ha comido el coco para que se meta en la isla de la calavera porque él es el único que puede salvar la magia. A ver si lo rescatan antes y no se mete en un buen lío, y vencen al siniestro de Peter Pan, que ya está empezando a darme miedito.
Doralicia (@Doralais)