Los trapos sucios son muy comunes cuando hay un gran grupo de personas que están unidos bajo una sola causa común, ya que por el resto de causas son muy distintos y se tiende más a la confrontación que a
la paz. Éste ha sido el caso de “Bullseye”, un capítulo donde hemos visto que
incluso donde parece haber la mayor integridad, ésta se puede ver alterada por una muy ligera brisa de aire.Freak Show está superándose capítulo a capítulo. Los personajes están teniendo un trasfondo psicológico de lo más interesante, y se están dando a lugar situaciones donde realmente las atrofias de los “monstruos” no son lo más importante de la esencia, sino más bien
sus acciones y su humanidad. En este capítulo hemos visto el claro papel de tres personajes que han sido clave para ver la escondida humanidad que tiene esta serie.
Maggie Esmeralda ha representado un papel de lo más curioso. Tiene un muy claro conflicto de intereses: por un lado, tiene a Stanley, que no para de presionarla para que manipule a alguien del circo para matarlo y quedarse con sus partes extrañas. El problema viene cuando el objeto de interés es Jimmy Darling. Maggie siente algo real por este chico: no puede negar que se siente realmente atraída por la fuerza de voluntad y la humanidad de nuestro hombre langosta. Así, aunque haya sido un poco rastrero, le propone que huyan juntos. No habría nada mejor para ella: se alejaría del problema de tener que enfrentarse a la presión de Stanley y además estaría con quien se siente a gusto y a salvo. Pero el conflicto se hace más evidente todavía cuando, teniendo planeado el asesinato de Ma Petite es incapaz de matarla: a la pura inocencia. Maggie tiene que ordenar sus prioridades, pero una cosa esta clara: va a haber una dura lucha interna en ella para conseguir superar de una vez por todas este conflicto: ¿se llevará Stanley a uno de nuestros “monstruos” o, por el contrario, le hará caso a su más interno deseo y se irá a favor del amor? Ya veremos lo que le tiene guardado Ryan.Paul the Illustrated Seal. Como breve apunte, hay que tener en cuenta que el actor de Paul (
Mat Fraser) le había confesado a
Ryan Murphy que él quería un verdadero papel con el que poder actuar bien: su mayor sueño es conseguir actuar en películas, series y ser reconocido por ello. Pues bien, una cosa nos ha quedado clara:
Paul lo vale. Un personaje cargado de exigencias que no puede hacer mucho por combatirlas y que, sin embargo,
se puede considerar como todo un héroe. En seguida vemos que busca un verdadero amor, como todos, pero que mientras esté con
Elsa Mars, ése sueño no es posible para él. Desde que vino la enfermera del hospital, la ha seguido viendo a escondidas y la ha conseguido conquistar: quiere tenerla como novia,
como alguien con quien pueda estar y sentirse querido por cómo es y no por cómo aparenta. Y, sin embargo, estar con Elsa mina esa posibilidad. Por eso es capaz de ver lo raro de la situación de las siamesas:
¿cómo si no dudaría de la fiabilidad de la palabra de su salvadora? Y es así cómo le echa narices al asunto y se lo suelta en la cara. Graso error.
Elsa es consciente de que Paul tiene lo que ella más anhela (todavía más que ser una estrella y brillar):
el verdadero amor. Así, muerta de envidia, aprovecha la oportunidad de la rueda para clavarle un cuchillo. Y vemos la cara de victoria en su rostro durante unos instantes. Y es que para ella no era la muerte de Paul lo que estaba consiguiendo ahí, sino una forma muy ilustrativa de lo que le estaba pasando a ella: el amor que nunca le llega por ser como es. Nadie había sido capaz de conocer su alma: ¿por qué iba a ser distinto en el caso de Paul? Así es cómo, clavándole el cuchillo, en realidad lo que estaba haciendo es enseñarle a todos
el cuchillo que tiene ella clavado eternamente: la imposibilidad de saber amar bien. Incluso la única que la quiere bien,
Ethel Darling, está en una cuerda floja, porque con toda la justicia del mundo la amenaza:
está arriesgando mucho apostando por ella si luego resulta que miente en su palabra.Aunque no haya estado muy presente en este capítulo, también el papel de
Dandy Mott ha sido clave. Qué increíble que es
Frances Conroy en el papel de
Gloria Mott: la madre obsesiva que ninguno querría, pero que sin embargo,
no puede dejar de querer a su hijo hasta la médula. Desde luego, si es capaz de pasarle todas sus locuras, muy ciega y obsesa tiene que estar. En este capítulo, de Dandy nos quedamos con el papel tan distinto que tiene por una parte con
Bette Tattler: juguetón, seductor, atractivo… Y sin embargo, en
Dot Tattler tiene el efecto contrario: repugnancia, aburrimiento, insensibilidad… Así, en un ataque de despecho, reconoce que
no es capaz de amar si para amar tiene que pasar por este calvario. Y, en su locura, lo interpreta que no está hecho para amar, sino para odiar, para destruir. En definitiva:
está hecho para matar. Es entonces cuando vemos el verdadero rostro de locura de Dandy. Aquí va a estallar, aquí
nos van a empezar a dar escenas de Dandy donde veremos hasta qué punto es cierto lo que dice. Este capítulo ha sido, en definitiva, el momento donde los trapos sucios han sido útiles para sacar al verdadero monstruo que hay en los personajes pero, al mismo tiempo, hacernos ver que
precisamente es por los trapos sucios por lo que son más humanos de lo que creemos. ¿Qué opináis vosotros? Como siempre, sois bienvenidos a dejar vuestros comentarios con vuestra opinión y vuestros puntos de vista. Muchas gracias.
Juan (@MrRadda)