A tan sólo un episodio para decir adiós a
The Good Wife por este año – tranquilos, que vuelve el 4 de enero en Estados Unidos, el 5 para el resto del planeta –, las tramas siguen avanzando poco a poco, unos tomando ciertos caminos peligrosos y otros con una vis cómica para compensar la tensión del momento. Si quieres enterarte de lo que ha pasado, no dudes en seguir leyendo.
*
SPOILERS*
La campaña de Alicia sigue dándole quebraderos de cabeza tanto a ella como al Hombre Elfo, quien ya no sabe cómo jugar con sus reglas. En este caso, el episodio se centra en
los anuncios que ambos candidatos tienen que hacer para ensalzarse o para destruir al oponente. Desde el principio me ha parecido un despiporre con el que no me he podido reír más: desde el señor del cosmos asintiendo apasionadamente como si de un
gif – o
jif, según Elsbeth Tascioni – se tratase hasta que la madre de Prady, en ese anuncio tan sentido y triste que hace su hijo acerca de la muerte de su padre, lleve el mismo vestido que Alicia, sin olvidar a
la versión de Frank como si fuese el dinosaurio de Toy Story, lo cual ya ha sido la risotada padre. Pero en estos momentos no podía faltar el broche de oro,
la guinda del pastel: la hija de Eli Gold,
Marissa,
riéndose a más no poder durante el visionado de los anuncios. Creo que me ha representado en muchas ocasiones y por eso la quiero tanto; gran personaje. Por cierto, gran puntazo que el actor de
Numb3rs, David Krumholtz, – también conocido por su aparición en
Urgencias – haya estado en el episodio y que estuviese de pique con ella. Pero una de las cosas que más me llaman la atención es
el juego que se cuece por detrás entre Frank Prady y Alicia Florrick. ¿De verdad nos tenemos que fiar de él? Yo no lo haría por si acaso;
podríamos estar ante una trampa, que de alguna forma esté grabando sus conversaciones con Alicia y le hagan un Cary Agos – ¿habéis visto cómo hilo tramas con las cosas más tontas? – y luego a ver cómo lo arregla ella. Este “tú no sacas nada turbio de mí y yo tampoco de ti” no me da buena espina, y creo que escudarse en el Comité o en el director de campaña es rastrero. Así que, Prady, por ahora no me compras, chato.
Sin embargo,
Alicia no puede estarse quieta y, claro, tiene que abrir la caja de Pandora o la caja de “cómo tu marido no puede dejar de tirarse a gente y necesita ayuda ya”. ¡¿Pero vosotros pensáis que esto es medio normal?! ¡Que se tira a todo lo que se mueve!
Yo ya apuesto a que la desbragada iba así por la oficina porque no las encontraba por el despacho de Florrick. ¡Un cinturón de castidad para Peter, o que le corten… la “cabeza”! Sin duda alguna, lo que más me ha gustado de esto es
cómo Alicia ya está más que harta de que su marido no pueda dejar de pasarse por la piedra a todo el mundo y le suelta que “no va a aguantar más a su lado ni en millones de años” si sigue así. ¡Olé, por fin se replantea divorciarse y que al final el que pase por la piedra sea los cuartos traseros de Peter! ¡Tú di que sí! Mi reacción ante todo esto ha sido otra gran risotada, otro no parar de pensar que este hombre no tiene más trama que excepto esta porque, Peter, eres un grano en el culo y, aunque te las des de superior ante Alicia, eres LO PEOR. Y encima te lo montas con Ramona, que ni siquiera es pechugona ni tiene dos cántaros por pecho; el gusto se te quedó por el camino. O con las bragas de la otra, que a saber dónde estarán.
Otra que no va a saber dónde ha dejado las bragas va a ser Alicia dentro de poco por lo que nos están pintando. ¿Nadie se ha preguntado durante la escena de Finn con ella en su despacho si se lo iba a tirar ahí? Yo sí, para qué negarlo.
Esta Tensión Sexual (o lo que sea) No Resuelta se está haciendo cada vez más palpable. Ella está cabreada con su marido, el otro se encuentra de lo más cómodo entre copas o entre una montonera de papeles, ¿a qué estamos esperando? Aunque es cierto que a mí ya me gustan así, sin meter el factor “sexo” de por medio. Alicia no debería por ahora comprometerse con nadie pero sí darse una alegría que otra,
you know what I mean. ¿A Finn le molaría la idea?
We’ll see.
El que no va a tener alegrías durante una temporada va a ser mi amigo
Cary.
Ya lo último que le faltaba es que el FBI le ponga una grabación donde Bishop dice claramente que se lo carguen, que se lo quiten del medio, que le caven el hoyo ya y le vayan poniendo unas flores en la tumba. ¿Problema? Varios.
El primero es que el FBI quiere ayudarte pero delatando a Lemond, el segundo, que Lana Delaney, la mujer que se tira a tu “novia” –
are you serious? –
está allí presente, llamándote por tu nombre y haciendo como eres colega suyo.
WTF, people?! Lo que no me ha gustado para nada de la trama de Agos es que hemos vuelto a presenciar cómo a Cary se le hace el culo Pepsicola cuando Kalinda está delante. Otra vez volvemos a lo mismo pero sin el factor “sexo” de por medio, ¡menos mal! Por lo menos, gracias a ella,
Cary se convirtió en Whitney Houston y encontró a su Kevin Costner, un armario empotrado de 2x2 que le sigue hasta para mear, y creo que no exagero en absoluto. Ese “
It feels weird” me ha parecido lo más grande cuando tampoco es nada del otro mundo, pero la cara de Cary lo dice todo. Y, para no parar de partirme la caja,
va y se encuentra con Lemond Bishop en la entrada. ¿Esta no es la situación más surrealista
ever? ¿Qué hace ese pavo ahí, alguien me lo puede explicar? Así que, siguiendo una lógica aplastante – nótese la ironía, por favor –, más tarde,
Cary decide enfrentarse al mayor traficante de drogas en Chicago… ¡en su fucking casa! ¡¿Pero me podéis explicar de qué guindo se ha caído este chaval?! Pero las risas no acaban aquí. Aunque ver a Cary tan acojonado me lleva por la calle de la amargura,
no he podido contenerme cuando Bishop le ha dicho que lo de matarle no iba en serio, que son cosas que se dicen sin más. NO TE LO CREES NI TÚ, VERSIÓN AFROAMERICANA DEL MR. PROPER. Lo mejor de todo es que Cary llega a relajarse en un momento dado y ¡es que no tiene sentido! Pero, tío, vete cagando leches de ahí, no socialices. ¡Y encima sin tu
Kevin Costner de por medio para que reciba la supuesta bala! Dios, qué frustración todo. De todas formas,
estaba claro que no se lo iba a cargar allí con su hijo mirando, ya sabemos cómo es Lemond con el tema de los niños. Por cierto, no sé si os ha pasado a vosotros, pero me ha dado la sensación de que es mejor no decirle que no Dylan, el hijo de Bishop, delante de su padre, a ver si te vas a ganar otro agujero en la cabeza.
Por último,
Kalinda ya ha recibido dos advertencias en dos episodios: primero la de Cary acompañada con el glorioso pero desinflado “go to hell” – sí, desinflado; con lo bonito que hubiese quedado un “
fuck you” –,
y después de la de Lana. Tampoco me extraña: todos han calado a Kalinda después de todo este tiempo y saben a qué atenerse, otra cosa es arriesgarse o no.
Delaney le ha dejado claro que “o me tomas más en serio o te das el piro, que tengo más gente a la que quiero ver”. Traducción: o te comprometes y estás conmigo, o me tiro a otra gente que me aprecia más. Y, sinceramente, la entiendo. Creo que hay un momento en nuestra vida en el que hay que ser serios con las relaciones que establecemos y tener claro lo que queremos o no. A veces tengo la sensación de que Kalinda sigue jugando por diversión, que no quiere echar raíces después de estar en el mismo sitio mucho tiempo. Por lo que parece,
Sharma se toma en serio su relación con Lana o está interpretando un papel, con esta mujer nunca se sabe, pero, ¿a qué precio para la agente?Según el
cliffhanger,
es muy posible que se haya metido en un lío por haberle dado la grabación a su ¿novia? y que esta se haya filtrado. Uy, que al final me veo que Kalinda se queda sin amigos y va a ver las consecuencias de jugar con la gente. Un último apunte, si Cary y ella no iban en serio, ¿cómo es que ambos tienen las llaves de la casa del otro? ¡Todo esto tampoco tiene sentido! Vamos, que a cualquiera que te tiras le das las llaves de tu apartamento. Anonadada me hallo.
En general, un capítulo muy divertido cuando en ciertas situaciones no debería serlo en absoluto. Por una parte, la trama de Cary me parece que va un poco lenta pero me gusta lo que vamos viendo, el miedo de ir a su casa solo, esos posibles escenarios del “momento”, esa dinámica que puede tener con el guardaespaldas si lo dejan algunos capítulos más, cosa que nos puede traer algún que otro tronchamiento corporal, que nunca viene mal viendo cómo está el patio. Por otro lado, la campaña de Alicia no me convence y menos viendo cómo no sirve para esto; es una abogada que necesita estar en su hábitat: los juzgados, en plan leona en la sabana. Echo de menos esa parte de
The Good Wife, no los casos en sí sino que se entremezclen con el resto de historias, que haya un equilibrio. De todas formas, prefiero seguir disfrutando de lo que me den por ahora, teniendo claro si me gusta o no, y más si tenemos en cuenta que
sólo falta un episodio para despedir a la serie hasta el año que viene, lo que me va a llevar a la depresión.
Por mi parte nada más, excepto recordaros que podéis compartir vuestros pensamientos, sensaciones o todo lo que os ha pasado por la mente viendo el episodio a través de los comentarios. Cada vez sois más los que os animáis a dejar unas palabras por aquí y os lo agradezco muchísimo.
¡Hasta la próxima semana!
P.D: El nuevo estilo de la
intro ha venido para quedarse, ¿no?
P.D.D: Seguimos sin saber qué es la dichosa tarjeta.
Irene (
@MissSkarsgard)