Revista Comunicación

Crítica Del 6x12 "The Debate" De The Good Wife: Betrayal In The Riot

Publicado el 13 enero 2015 por Dro @Drolope
Otra semana más, The GoodWife sigue dejándonos con la boca abierta hasta el suelo y un mono tremendo por el siguiente episodio. La pega es que no volveremos a tener una nueva entrega hasta mediados de febrero – nuestro gozo en un pozo –, por lo que tendremos que ser pacientes. Y muy pacientes, ya que este último capítulo ha sido un torbellino puro. Si quieres enterarte de lo que ha pasado, no dudes en seguir leyendo.
*SPOILERS*
Tras el anterior episodio en el que Cary conseguía la ansiada libertadFuck yeah! – y el futuro de Kalinda pintaba más negro que de costumbre, en este capítulo ya tenemos a Cary de nuevo en el bufete ejerciendo como abogado y siendo el señor y uno de los dueños del bufete. Haciendo equipo con Diane, se encuentra con un gran problema: la demanda de divorcio de Neal Gross, más conocido como Mr. Chumhum, el “amigo” de Will Gardner o ese señor al que no me importaría darle una paliza por snob. Gross no está dispuesto a pagar una ingente cantidad de dinero a su futura exmujer y les pide a sus abogados que tengan más sangre que horchata en las venas con el acuerdo. Pero ahí no acaban todos los problemas: David Lee, conocido por ser el archienemigo de Florrick, Agos & Lockhart y un jugador nato, es el abogado que representa a la otra parte, la mujer de Gross. Haciendo uso de una de sus favoritas artimañas, las temidas fotos comprometedores, amenaza tanto a Diane como a Cary con ir a la prensa y montar un escándalo, así podrá obtener el dinero que pide – 60 millones, ahí, como si nada –. Pero no sólo el problema es que Lee esté en la parte contraria, sino que la parte de Florrick, Agos & Lockhart, el abogado llamado Evan, está en un momento familiar delicado, por lo que actúa de una forma mucho más suave de la que debería ante tal oponente. Dejando a Evan a un lado y tomando las riendas Diane y Cary, utilizan también la táctica de David: las fotos comprometedoras de la todavía señora Gross. Pero el momento chocante, ese con el que se te queda el culo torcido y suplicando a la pantalla es cuando Neil Gross despide al bufete al ver que no le salvan de esta situación. Puff, eso sería un revés muy gordo ya que uno de los clientes más importantes es Chumhum, a pesar del resto de clientes que tengan. Menos mal que la jugada que han hecho Diane y Cary es para quitarse el sombrero, aunque al mismo tiempo me ha parecido un poco amarga: contratar a David Lee para salvar la cuenta. Después de la batalla tan ardua que ha habido entre ambos bandos, acudir a David Lee me parece rebajarse un poco, aunque es mejor tener a tu enemigo en tu bando y convertirlo en aliado que enfrentarte a él en algo que vas a acabar perdiendo. Entiendo la decisión, pero me hubiese gustado más que David hubiese acudido a Florrick, Agos & Lockhart arrastrándose pidiendo un trabajo – sería una victoria total –. De todas formas, viendo cómo está el asunto, el bufete ahora mismo es un jodido dream team, un equipazo para quitarle el sentido a cualquiera y que se puede convertir, si no lo es ya, en el mejor bufete de todo Chicago. Siguiendo un poco más con la reflexión, después de todas las pegas que puso Cary con la incorporación de Diane, ¿cómo es que no ha tenido ninguna objeción al meter a David Lee? Es parte de su antiguo bufete, es parte de lo que no quería tener en su nuevo proyecto. Pensaré que es porque, después de ser mucho tiempo la putita de Chumhum, Agos no quiere perder la cuenta, pero me parece que hay un poco de doble rasero por aquí. Más adelante seguiré con el bufete.

Se está ganando mi simpatía poco a poco

En cuanto a Alicia, después de verla en el anterior episodio pateando culos a los fake Pradys, por fin ha llegado el debate de verdad. La Florrick me sigue pareciendo muy torpe en este tipo de cosas, no está nada preparada aunque la gente crea que sí, pero se luce muchísimo cuando es ella misma y no está bajo las directrices de Elfman o Gold. El enfrentamiento con el periodista era para que te sangraran las manos aplaudiendo, imposible no ponerse palote – y creo que no hay una forma mejor de expresarlo – viendo cómo Alicia saca todo su arsenal y deja al periodista al nivel del subsuelo. ¡Este es el lado que quiero ver de ella, esa tigresa que no duda en pelear hasta el último minuto y deja a la gente en su sitio! Para mí, Alicia se ha lucido en este episodio en su lado más político – llevamos sin verla en un tribunal la vida de años – y la hemos visto mucho más segura de sí misma, más guerrera. Ha sabido comportarse ante mucho estrés, ante la noticia de que hay unas imágenes de Ramona saliendo del apartamento de Peter – de verdad, ¿cuándo vas a parar de tirarte al personal? –. La escena del debate informal en la cocina me ha parecido muy cercano; los debates no deberían estar milimétricamente medidos, con sus 45 segundos de respuesta donde no puedes decir absolutamente nada y quedas como un imbécil en pantalla, tienen que ser del tipo que se ha hecho en esa cocina, escuchando a la gente, teniendo en cuenta sus opiniones, ofreciendo una imagen cercana, escuchando al oponente, a sus propuestas y más que llegar a un enfrentamiento, llegar a un consenso. Sí, es una carrera, pero se puede ganar o perder de muchas maneras.
Pero, lo más importante de este episodio, in my opinion, es cómo las dos grandes tramas, la campaña de Alicia y el bufete, que sustituye a la trama de Cary, han colisionado y nos han dado un cliffhanger difícil de soportar las próximas semanas. Tras encontrarse con David Lee en su oficina y este dejarle caer que quiere quedarse con su oficina, Alicia no duda en ir al despacho de Diane donde también se encuentra Cary. Eso ha sido una bronca y una declaración de intenciones a lo grande, algo que aplaudo muchísimo. Por fin alguien le dice a la cara a Alicia que para qué se presenta a fiscal del Estado si ni Castro está haciendo campaña ni Cary está en la cárcel, las razones/excusas se le han terminado. Alicia, totalmente dolida por el último movimiento del dúo, no ha dudado ni un segundo en dar su verdadera razón: cree que puede ser mejor fiscal del Estado. La pregunta es, ¿mejor que quién, que Castro? Puede, pero me inclino a pensar que mejor que su marido, Peter Florrick. Esto me recuerda un poco a Walter White de Breaking Bad, quien realmente cocinaba metanfetamina porque era el mejor y la sensación de adoración por parte del resto y ese endiosamiento hace que a uno se le vaya la cabeza. No dudo que Alicia quiera ser mejor, pero también le está gustando eso de estar en el ojo del huracán y dejar mal a periodistas en directo por la televisión. ¿A quién no le gusta estar en la cima y por méritos propios? Es totalmente comprensible y humano, a mi parecer. Centrándonos en esa pequeña traición que siente la Florrick al saber que David Lee ha vuelto, me ha encantado porque por fin ha sentido lo mismo que sintió Cary cuando estuvo en la cárcel y todo el mundo andaba entusiasmado con que Diane se integrase en el bufete. Él se sintió traicionado, te pasaste su opinión y sus sentimientos por el forro y ahora pruebas de tu propia medicina. Creo que era necesario lo que ha pasado ahí como lección a Alicia, y tengo que decir que la quiero mucho, que me parece increíble su evolución y todo lo que ha luchado, ¡pero como me toques a Cary, y le has tocado los huevos bien, ahora te vas a enterar! Hablando de Cary y Diane, me ha gustado y sorprendido al mismo tiempo cómo han dejado sus rencillas del pasado– comprensible al ver cómo Lockhart se ha dejado la piel defendiéndole – y han formado un tándem muy potente. Ahora me surge una pregunta al ver la escena en que Alicia los mira desde su despacho: ¿es Cary Agos el nuevo Will Gardner? Tengo que decir que me salen sarpullidos sólo de pensarlo porque siempre he dicho que no, que no lo es ya que es muy diferente pero, sin embargo, está al lado de Diane como lo estuvo Will en su momento. Viendo la trama de Cary con su problema con la justicia y ahora esto con Diane, sí podríamos decir que es el nuevo Will, pero a mí me siguen saliendo sarpullidos. Espero que no acabe como él – aquí una se cortaría las venas o se tiraría al tren en marcha –.

Te quiero, Eli, MUCHO

Siguiendo con otro punto del episodio, se ha tratado uno de los temas más candentes y delicados de Estados Unidos: el racismo y la violencia que genera. Este ha sido un caso muy parecido o calcado al de Ferguson, un caso real. Lo más sorprendente del asunto es que este capítulo se grabó muy cercano en el tiempo en el que los sucesos reales ocurrieron, por lo que esta serie me sigue demostrando lo actual que es.Para mí, se ha tratado el tema con mucho respeto, sin meterse con unos ni con otros, sino respetando los hechos y que todos queremos lo mismo: acabar con la violencia y que haya igualdad. Es admirable ver cómo la serie ha tratado el tema y cómo lo ha unido con los intereses políticos de Peter Florrick. Creo que a este le importa un comino si han asesinado a un hombre de color, le importa la foto y quedar bien. Y otra forma de quedar bien ha sido cortando por lo sano con Ramona. El “fuck you” que le he soltado a la pantalla lo han debido oír a 3 kilómetros a la redonda por lo menos. Ramona, no me das ninguna pena, me pareces una oportunista, una interesada y no hace falta que vayas de digna llorando. Sorry, not sorry. Sin embargo, uno de los momentos que me ha hecho emocionarme de verdad – y que no deberíamos pasar por alto – es la frase de Eli: “Me doy cuenta de que trabajo duro y no se me valora”. Me parece lo más sincero y lo más descorazonador que una persona puede decir, y del calibre de una persona como Eli Gold. Eli se ha dejado la piel convirtiendo al lobo de Peter Florrick en un corderito, en un tipo que todo el mundo querría votar, y está viendo que, a pesar de lo que haga, Peter va a seguir cagándola, va a seguir tirándose al personal y que él no va a poder hacer para salvarlo. A lo mejor – quiero pensarlo – Eli está sintiendo lo mismo que sintió Alicia cuando se enteró de que su marido le puso los cuernos con esas prostitutas. Me duele muchísimo que Eli se sienta así y le comprendo perfectamente, no es plato de buen gusto ver tu trabajo menospreciado o poco considerado. Eli, te quiero abrazar y no soltar, de veras. Lo que espero es que Gold se cambie de bando y pase al Team Alicia, quien siempre le ha tenido más respeto y consideración que Peter. Este se merece quedarse solo y perder antes unas elecciones para gobernador contra su mujer, si siguiesen casados.
Un último detalle a destacar y que me parece también importante es la conversación entre Alicia y Elfman. Ella intenta poner tierra de por medio por EL BESO en el aparcamiento y le dice que no significó nada para ella, pero se ve claramente que para él sí significó algo. Elfman tiene sentimientos por Alicia, unos sentimientos que no han salido a la luz hasta ese beso y, por eso mismo no puede mirarle a la cara. Creo que la Florrick se da cuenta en ese momento de lo que está pasando, lo mismo que hemos visto nosotros: el Hombre Elfo está bajo su embrujo por un beso inocente y sin significado, pero toda una liberación para él. Siento una pena tremenda por él, el ver que te están diciendo en la cara que el sentimiento no es mutuo, el tener que trabajar con ella todos los días sin ir más allá. Es TAN CLARO que duele verlo, de verdad. Increíble lo humano que ha sido este episodio entre Alicia, Eli y Elfman. Esto se merece una jodida ovación, por favor.
En general, me ha parecido un torbellino de episodio con un ritmo frenético. No me ha chirriado nada, como me pasó en el anterior capítulo con la trama de Alicia. Que ambas historias, el bufete y la campaña, hayan colisionado me parece todo un acierto ya que era bastante necesario. La Florrick se tiene que dar cuenta de que tiene que dar explicaciones sobre lo que va a hacer tanto a sus socios como a sus trabajadores. Estos dependen de sus movimientos ya que si Alicia se va, y como ha dicho el propio Neil Gross, los clientes pueden optar por irse por la puerta también, lo que no beneficia para nada al bufete. Además, ella ha sido una parte muy importante de que Florrick, Agos & Associates se formase, sin ella no tendrían a Chumhum como cliente, sin ir más lejos. Alicia se está equivocando muchísimo pero creo que son lecciones que tiene que aprender y rápido; hay gente que depende de ella y eso no le hace ser una buena líder.
Por mi parte nada más, excepto agradeceros que os hayáis leído la parrafada; entiendo que es muchísimo pero creo que este episodio lo merecía de verdad – ¡hay tantísimo que comentar, Dios mío! – y recordaros que podéis dejar vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la cabeza al ver el episodio a través de los comentarios. Siempre es un placer ver cómo os involucráis con la serie y la paciencia que tenéis todas las semanas conmigo. Sois increíbles. Recodaros también lo que decía al principio de esta review: no tendremos más The Good Wife hasta el 15 de febrero en USA, 16 para el resto de los mortales. Así que tened paciencia, tenéis más series con las que poneros al día, que muchas han vuelto; hay que llenar el hueco de alguna forma. Los que seáis fans de Banshee, me tenéis escribiendo las reviews para este blog, así que podréis ver otro lado de mi fanatismo – tengo mucho amor para muchas series –.
¡Hasta el 17 de febrero! ¡Sed fuertes!
P.D: Creo que el comportamiento de Nora, la secretaria de Eli Gold, es un buen reflejo del pensamiento que muchos afroamericanos pueden tener o tienen en situaciones como las que se han vivido con el caso Ferguson. Decir desde aquí que no sólo los afroamericanos, sino que muchos “blanquitos” también estamos en contra de la violencia racial y que es inadmisible que en un s. XXI como en el que estamos este tipo de situaciones sigan ocurriendo.
Irene (@MissSkarsgard)

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