Después de unos cuantos episodios de capa caída y tratando el tema de la campaña de Alicia hasta la saciedad, por fin hemos visto cómo la trama va saliendo poco a poco de ese agujero en el que se encontraba metida y nos ofrece un poco de sangre, volviendo a los orígenes de la serie con un caso de actualidad y poniendo al bufete en plena guerra. Si quieres enterarte de lo que ha pasado, no dudes en seguir leyendo.
*SPOILERS*
En este episodio hemos podido ver el día después de la victoria de Alicia y cómo la gente va encajando la ¿buena nueva? La Florrick ha tenido que lidiar con las consecuencias que hay que aguantar tras obtener el apoyo económico de cierta gente, como el de Redmayne, quien sigue siendo un pulpo asqueroso al que me encantaría practicarle la eutanasia o pegarle un tiro directamente, a ver si deja de ser un viejo verde, o como el de Bishop, quien quiere un favor bastante gordo: parar la investigación que está llevando Geneva Pine contra él ya que quiere salir del business, como vimos en el anterior episodio. Sin embargo, a pesar de que puedan parecer pesos pesados – incluyendo a un Castro agachando la cabeza sólo para conseguir su objetivo y luego pasar a amenazar directamente –, hemos visto a una Alicia muy decidida y con las ideas muy claras, no dejándose pisar en ningún momento, estando segura de sí misma. La respuesta a Lemond me ha parecido de las mejores que ha salido por su boca, poniendo al traficante en una posición difícil y bastante cabreado; por otra parte, la de Castro también me ha parecido muy buena ya que se nota que hay rencor por el caso de Cary. Pero parece que para Eli ha sido demasiado ya que le ha puesto los puntos sobre las íes en un segundo. No puedo negar que me ha encantado ver a esa Alicia pateando culos de gente que me está cayendo muy mal – esos tres es que se llevan la palma, de verdad – pero estoy de acuerdo con Gold: mejor decir que te lo vas a pensar, que estás abierta a las diferentes opciones, y luego ya haces lo que te da la gana. Es un movimiento limpio, sin complicaciones, sin ganarte enemigos por el camino – de momento – y haciendo finalmente lo que tú quieras. Así que Alicia ha tenido que bajarse las bragas – figuradamente – y empezar a mostrarse modosita, como toda una princesa Disney haría – por estas frases amo a Eli Gold con todo mi corazón, ¡qué grande! –; de esta forma, Eli se ha mostrado un poco más tranquilo al ver que Alicia no se va a cargar su nuevo puesto tan rápidamente. Lo mejor de todo ha sido que cuando creíamos que Gold estaba haciendo esto por su buena relación con la nueva fiscal del Estado ha metido también su baza como el resto sugiriéndole a Florrick que pusiese a cierta persona como su número dos. Y, como buena estudiante, Alicia le ha dado la misma respuesta que al resto pero sabiendo perfectamente los dos cuál es el mensaje que esconde entre líneas . Lo que no me esperaba era que Alicia le ofreciese ser el número dos a Finn Polmar– Horchata Man para los que lo soportamos poquito – ya que me parecía bastante obvio y porque, por otro lado, el chaval acaba de abrir su propio bufete de abogados, por lo que me resultaría un poco chocante que lo dejase de la noche a la mañana. Por ahora se ha quedado en un “Me lo pensaré”, pero no sé yo si dirá que no. Finn Polmar no me agrada, como muchos sabréis, ya que no me parece que tenga la garra suficiente como para estar de ni ayudante del fiscal ni como abogado. Polmar estaría mucho mejor dándose a la vida contemplativa o estudiando a los grandes filósofos y dando charlas muy aburridas sobre ellos en alguna universidad de prestigio de los Estados Unidos, pero no defendiendo a gente. Los que están en la fiscalía del Estado son conocidos por ser despiadados, calculadores, competitivos y un poco cabrones – Matan, Geneva Pine, Cary en su momento –, pero Polmar no así que, por favor, no te vayas con Alicia pero sí de nuestras pantallas un rato. Lo siento, Matthew Goode, no pintas ya nada en esta serie, eres un cero a la izquierda, no eres interesante y por mucho que juegues al Halo no me vas a caer bien. Quédate en Downton Abbey.
Siguiendo con estos dos y con lo que realmente hay chicha, Alicia y Finn, como su representante, están negociando su salida de Florrick, Agos & Lockhart, una salida que no quieren que sea para nada barata – Polmar pide medio millón mínimo ante los 300.000 dólares que ofrecen los socios –. Sin embargo, no se va a llevar ni esa cantidad sugerida. En un giro de los acontecimientos, los socios sólo pueden ofrecer 100.000 dólares ante los imprevistos con los que se han encontrado, entre ellos instalar una nueva red y correos electrónicos, cambiar ordenadores, tablets y móviles. Pero la Florrick no se va a ir de buenas, sino con una amenaza de por medio: “Quiero que sepáis que esa oferta de ningún modo influirá en mi consideración de vuestros casos penales como fiscal del Estado”. ¡Toma ya! Amenaza totalmente directa y sin ningún tipo de filtro. Lo que me ha gustado mucho es que se han dado cuenta de por dónde iban los tiros y de cómo han puesto a los cuatro en el mismo plano, que parecen casi como una pequeña mafia. Porque sí, amigos, en este capítulo hemos visto cómo los cuchillos volaban y por casi se llevan heridos de por medio. El caso de la descarga ilegal de la película, muy en auge últimamente por cierres de páginas y bloqueos de otras en España con la Ley Sinde, nos ha recordado a los emails hackeados de Sony que salió el año pasado y a lo que está pasando con páginas como The Pirate Bayy cía, que nos “facilitan” el tener los últimos contenidos a tan sólo un click de ratón. In my opinion, es una guerra que parece que nunca va a acabar; entiendo a las dos partes pero comparto también lo que dice el demandado: si la peli es buena o tiene mucho hype, entonces tendrá buena taquilla, al igual que si los precios de las entradas invitan a la gente a gastarse el dinero en ellas. En España, las entradas de cine, en día de diario y no del espectador – que cuestan 3,50€ –, son a 7 euros, lo que me parece una barbaridad; en cuanto a películas y temporadas de series de televisión, los precios raramente bajan y milagrosamente a veces uno encuentra ofertas buenas, por lo que no es extraño que la gente recurra al camino fácil. Ahora mismo muchos de nosotros lo hacemos – gracias a ello estoy comentando este episodio aquí y creo que sería hipócrita negarlo, otra cosa es que haga apología de ello que no es el caso – y creo que ninguno en ese bufete podría tirar la primera piedra porque todos lo han hecho seguro. Otra cosa a comentar de la que se habla en este episodio es de los famosos anuncios en las páginas web llenas de porno y su posible razón. Vale, sí, en ocasiones te sale porno porque visitas esas páginas pero otras no es por eso, sino porque simplemente salen, porque pueden darle más beneficios a esas páginas anunciarse en este tipo de sitios, así que no es siempre porque visites esas páginas. Pero la chicha de todo el caso no es este tira y afloja entre los autores de los contenidos y sus consumidores ilegales, sino las consecuencias que paga el bufete al adentrarse en una guerra como esta: el hackeo de su sistema, lo que conlleva que miles de emails vean la luz, haciendo que las armas se pongan en ristre y empiece la guerra. Que si unos piensan que David Lee es gay – LOL –, que si Diane piensa que Cary es un abogado del montón, que si Howard Lyman se ha acostado con Kalinda en un armario de suministros – otro LOL –, que si Julius – ¡has vuelto, desaparecido! – sólo está ahí porque siempre tiene que haber un afroamericano para que no todo sea tan racista. No sé vosotros pero yo me he echado unas buenas risas con lo que se dice en los emails y las reacciones de los que no tenían que ser sus destinatarios – escupitajo totalmente antiglamuroso incluido –. Me ha gustado que no se queden atascados en el mensaje, que ya duele de por sí, sino que hayan seguido con el caso llevándolo lo mejor posible. El momento en el que Julius le pide disculpas a David Lee que se siente como una novia despechada me ha parecido lo más; no puedo negar que me encanta cómo The Good Wife maneja la comedia y lo bien que me lo hace pasar. Destacar dos momentos: uno al final entre Cary y Diane bastante cómplice entre ambos, y otro entre Agos y Alicia, la cual me ha sorprendido lo mojigata que puede ser a veces: “No creo que la gente opine eso de verdad. Creo que a veces la gente necesita desahogarse”. Ay, Alicia, no puedo estar más en desacuerdo; pienso que los emails es algo privado que te provee de una confianza con el interlocutor que te hacer ser tú, que puedas decir lo que quieras y, posiblemente, lo que realmente pienses, porque confías en que el otro no diga nada. Por tanto, yo sí tendría en cuenta lo que se dice en esos emails. Por otra parte, Alicia, también dices eso porque no han sido TUS emails los que se han visto envueltos en este embrollo y has intervenido cuando han estado a punto de estar en el candelero, así que no me jodas. Hablas desde la seguridad de que vas a hacer todo lo posible por no ver tu culo comprometido mientras el resto ha pagado el pato por intentar hacer su trabajo. Ay, Alicia, que me vas a tener de enemiga porque voy a querer que, como fiscal del Estado, te den hasta en el carnet de conducir, amiga. Lo siento, me gustas y me caes bien, pero a veces sobran mucho ciertos comentarios que haces porque no estás en los fregados realmente. Menos mal que hemos podido ver uno o dos emails de Will cuando estabais juntos – aquí y aquí –. Por cierto, ¿el retraso ese que sufrió podría ser de cuando estuvo con Will? Ahora me ataca la emoción y la tristeza al pensar que Gardner ya no está. Madre mía, Will, si te levantaras de la tumba y vieses cómo ha cambiado el cotarro, hijo mío.
En general, me ha parecido un episodio divertido, con algún que otro golpe – ¿pero habéis visto la mala baba que hay entre Alicia y Cary? –, lo cual me resultaba necesario. Hemos estado muy anestesiados con la interminable campaña de Alicia, donde todo era de color de rosa entre los oponentes, por lo que un poco de sangre ha venido bien. De todas formas, hay mucho veneno en Florrick, Agos & Lockhart que se ha visto poco y que me quedo con muchas ganas de que se explore. Por ejemplo, creo que Cary tiene que explotar contra Alicia en algún momento como ya hizo en el 5x22 o contra Diane; Lockhart y Agos también tienen que poner en su sitio a David Lee, sobre todo porque no se fían un pelo de él y creo que habría que darle alguna lección; tiene que explotar una bomba en alguna trama y, a lo mejor, lo hacen con la de Kalinda, que está todavía aletargada. Ya sabemos que Bishop se retira del negocio – a buenas horas mangas verdes pensando en tu hijo, ¿eh? Ya te vale –, que Sharma va a ejercer de correveidile entre este y Alicia – ¿nos regalarán alguna escena con ella? –, que hay una investigación en curso. Faltan cinco episodios y todavía están encendiendo la mecha, hay que acelerarlo. Por ahora, me atrevería a decir que este capítulo representa lo que echábamos de menos de esta serie, el entremezclar la tensión, la comedia y un caso con gran maestría, haciéndonos disfrutar, por lo menos a mí.
Por mi parte nada más excepto recordaros que podéis compartir vuestros pensamientos, sentimientos o cualquier cosa que se os haya pasado por la mente viendo el episodio a través de los comentarios; decidme si os ha gustado u os ha parecido un horror, siempre es interesante saber vuestro punto de vista y conversar con vosotros.
¡Hasta la semana que viene!
P.D: ¡Cary ha tenido más minutos de pantalla y no siendo una secretaria! ¡YA ERA HORA!
P.D.D: ¿No os ha parecido raro ese tono tan amigable de la conversación telefónica entre Alicia y Kalinda? Si te paras a pensarlo no tiene lógica.
P.D.D.D: ¿Dónde está Taye Diggs, que interpretaba al socio de Diane?
Irene (@MissSkarsgard)