Esta semana Castle ha continuado con el hilo argumental que comenzó la semana pasada, con otro capítulo muy entretenido que nos ha llevado al mundo de las telenovelas y a lo que unos y otros pueden llegar a hacer por la avaricia y el egoísmo. Si quieres saber todo lo que ha ocurrido en este capítulo, sólo tienes que seguir leyendo.
Desde el capítulo de la boda hasta el emitido en Navidad, los episodios que se habían emitido de Castle habían sido muy correctos, con sus dosis de humor, asesinatos y amor correspondientes, pero parece ser que este giro que ha convertido a Castle en detective privado le está dando buen juego a la historia. Esto le proporciona a la serie un toque fresco y diferente para no sumirla en la monotonía basada en el matrimonio de los protagonistas. Era algo que temía, pero lo cierto es que han conseguido sacar adelante la temporada y con todo yendo viento en popa, y estoy muy satisfecha con lo que llevamos visto hasta el momento.
Algo que me está gustando mucho del nuevo trabajo de nuestro escritor es el empeño que le está poniendo, y valor, valor incluso para enfrentarse a una persona con pistola y desarmarla (aunque resultara después que fuera falsa). Este entusiasmo es tanto como el que le está poniendo Beckett para que su maridito no se aburra. Ya no puede compartir con él los casos ni ninguna información, pero hace todo lo que puede por encontrarle uno entero para él solo para que no se frustre, y claro, si tiene relación el uno con el otro y pueden encontrarse a lo largo de la investigación, mejor. Me parece que este nuevo formato de capítulos, con investigaciones paralelas que se requieren la una a la otra para ser resueltas, enriquecen la trama, y me parece todavía más admirable el trabajo de los guionistas por la complejidad que esto debe llevar.
Además, el hecho de que Castle no esté rondando por la comisaría, también le está dando un poco más de protagonismo a otros personajes que normalmente están relegados a un segundo plano. Ryan ha estado intentando suplir la ausencia de Castle inventando historias locas como las que el escritor suele inventar (cosa que no se le da demasiado bien), Esposito ha sacado su vena fan hacia las telenovelas, e incluso Perlmutter tiene sus momentos de gloria, siempre diciendo palabras de desaprobación hacia Castle (aunque en el fondo todos sabemos que le tiene un poco de cariño, y no me extrañaría que hasta fuera fan de sus novelas).
Pero lo que más me gusta, y ya lo dije en mi anterior publicación, es que Castle y Beckett siguen siendo los mismos que antes de casarse, siguen teniendo su espíritu apasionado y juguetón a pesar de haber madurado como pareja. La historia de amor de Castle y Beckett es la historia perfecta y creo que aún podrían dar mucho de sí (aunque no espero una serie sin fin, no queremos empezar a odiarles por ser repetitivos o por perder la magia) y puedo asegurarlo por escenas como la del despacho de Castle.
En esta ocasión la víctima ha sido una actriz de telenovelas que portaba un bolso que supuestamente costaba medio millón de dólares. El problema es que no era suyo, sino de otra actriz compañera suya, y ésta, más que preocuparse por la muerte de su amiga, se preocupaba por encontrar el bolso. De ahí es de donde sacamos los dos casos de los que os hablaba antes: el asesinato y la búsqueda del bolso. Y lo más triste de todo es que el móvil del asesinato fue la ambición de uno de los directores de la telenovela, que no quería dejar escapar a su estrella para que fuera a montar sus propios negocios. Cosas incomprensibles del mundo...
Castle regresará el próximo 2 de febrero a las pantallas de la ABC, pero mientras tanto, ¿qué os parece si comentamos el capítulo? ¡Podéis dejar vuestros comentarios aquí abajo!
Doralicia (@Doralais)